Hace unas semanas estuve por primera vez en el Salon Du Livre et de la Presse Jeunesse, en Montreuil, París. Un viaje que vale mucho la pena aunque sea solamente para tocar papel, descubrir editoriales pequeñas, y no dar crédito con las cosas que hace la gente. Si algo tiene de sorprendente el Salón de Montreuil es la accesibilidad del público: podemos ver niñas y niños leyendo libros en el suelo, tocándo, riendo, compartiendo… Tengo que reconocer que en absoluto esperaba ese tipo de ambiente y me encantó.

Se presentaron las primeras imagenes de la Alicia en el País de las Maravillas de Rebecca Dautremer, que saldrá a la venta el 10 de enero editado por Gautier-Languereau.

Es con ella con quien iniciamos un camino hacia la comprensión de la vida de palacio en la exposición La Vie De Château, con originales de Éric Battut, Nicole Claveloux, Tom Schamp, Nikolaus Heidelbach, Maurizio Quarello, y muchos más… Un recorrido por conocidos cuentos populares que suceden entre las paredes de lujosos castillos, con princesas, príncipes, bestias y barba azules.

Hojeamos el ganador del Premio Baobab 2011, otorgado por el Salon, Le Monde, el Syndicat de la librairie française y Librairies Sorcières. Este año le tocó a La Règle d’or du cache—cache, de Christophe Honoré e ilustrado por Gwen Le Gac, que presidía la entrada del salón. Sin querer entrar en polémicas, tengo que decir que a pesar de tener una cubierta bastante llamativa, personalmente no me gustó demasiado su interior, pero reconozco que es una cuestión de sensibilidad estética y no de calidad de la obra. Habrá que esperar a que llegue a España y leerlo con calma. Tampoco vi ni a un niño pasar de la primera página, y no terminé de encajarlo con los otros finalistas, como es el caso de La Mode de Jean Lecointre (ed. Thierry Magnier, 2010).

Los habitantes del Reino de la Moda viven aterrorizados por un monstruo horrible: el Ridículo. Las modas se suceden, cada vez más rápido y todos deben someterse so pena de ser secuestrados por el monstruo y llevados más allá de las montañas. Pero un día surge un caballero misterioso. Es más hype, más tendencia que la propia reina… El caballero entregará genorasamente su secreo a los habitantes del Reino: el Ridículo no mata y… tampoco existe.

El premio À l’abord’art 2011 al mejor libro de divulgación de arte para niños, fue para Andy Warhol, de la editorial Palette , y editado en españa por Combel. No me parece casual que montones de niños abrieran y cerraran las ventanas y puertas de esta maravilla de popup.

Entre los libros que llamaron la atención, está el título La Petit Cha—PUB—ron rouge (Ed.Rue du monde, 2010) ¿Por qué en todos los medios nos avasallan a publicidad, excepto en los libros? ¿Cuánto dinero ahorraria una editorial si permitiera que los anuncios entraran en el mundo del papel? Este álbum con texto adaptado por Alain Serres y ilustrado por Clotilde Perrin, con la participación de Zaü, Pef, Martin Jarrie, Laurent Corvaisier, etc. nos propone la lectura de la cláscia Caperucita Roja de Perrault interrumpida por anuncios de publicidad falsa… Lo que no sabemos, es si esto es una advertencia de lo que vendrá ¿No?

Como visitante/turista del salón, puedo decir que Aurelia Grandin y Kitty Crowther, fueron las protagonistas absolutas del salón, copando todos los stands, flyers, posters y con una cantidad brutal de obra publicada en cualquier mesa que miraras. Por mi parte, pude agenciarme lo último de Kitty Crowther, Le Petit Homme et Dieu (Ed. Pastel, 2010) y alguno más que me faltaba, así como Les Monstres Malades de Emmanuelle Houdart (premio 2005 del salón del libro de Bologna), que aunque no sea novedad, le tenía muchas ganas desde hacía tiempo. Juliete Binet también terminó en mi bolso, con dedicatoria incluida en L’Ombre d’Igor . También secuestré —recien salido de imprenta— Les Chansons de Lalie Frisson de Claire de Gastold y Anne Lemonnier (Ed. Atelier du poisson soluble). Creo que, a parte del de Autrement, el de Atelier du poisson soluble fue el stand donde pasé más rato de todos y al que volví y volví, a revolver entre sus libros, y al que me gustaría dedicar un post entero.

No puedo terminar esta crónica sin destacar la presencia de pequeñas editoriales españolas como Mamut Comics (Bang ediciones), Milimbo u OQO , abriendose paso en territorio francés con maravillosas propuestas editoriales.

En fin, para mi ha sido una experiencia maravillosa, pero no sé si tiene que ver con que ese fin de semana nevó muchísimo y la ciudad quedó completamente blanca, y que coincidí con la exposición de Moebius en la Fundación Cartier, y la de Basquiat en el Museo de Arte Moderno de París (dos visitas obligatorias si alguno se desplaza hacia allí en fechas navideñas). Pero está claro que el año que viene, nos vemos ahí.

¡Feliz Navidad! Y a regalar muchos álbumes a todo el mundo.