Camilo de Ory necesita dinero. Cada lunes, en la sección Causas justas de Libro de Notas, lanza al aire una serie de pensamientos tan erráticos como su visión del mundo y tan breves como su jornada de trabajo. Animamos a los lectores a entrar al trapo y crear a pie de página un bullicioso foro de debate en el que cualquier conducta antisocial tendrá, que nadie lo dude, su justa recompensa.
El verano es una estación vulgar que vuelve cada doce meses. Por el hecho de que se repita y produzca incómodos sofocos, resulta inevitable compararla con un ajo.
El verano nunca falta a su cita: siempre aparece cuando hace más calor, y con su llegada nos condena a una poco fructífera inactividad que no tiene nada que ver con el reposo. Además, nos obliga a mostrar partes del cuerpo que nunca enseñaríamos en otra estación, y a contemplar partes del cuerpo ajeno que tampoco nos apetece demasiado ver.
El verano nos sumerge en nuestros propios fluidos: de entre todas las formas en que se puede licuar a la gente, el verano elige la más molesta. Por supuesto que el verano también tiene cosas buenas, como las niñas en biquini, la devolución de la Renta o las vacaciones, pero por desgracia el calor no nos deja disfrutar de ellas.
2009-06-22 23:35
Llevo un rato que no pulso el enlace de la columna en portada porque me había parecido leer “Valdano” en el título y he pensado, “bah, paso de leer sobre Valdano”. Al final he pinchado y, oh sorpresa, es sobre el verano, y me siento decepcionado.
¿Podrías escribir algo sobre Valdano, por favor? ¿Por mí?