Camilo de Ory necesita dinero. Cada lunes, en la sección Causas justas de Libro de Notas, lanza al aire una serie de pensamientos tan erráticos como su visión del mundo y tan breves como su jornada de trabajo. Animamos a los lectores a entrar al trapo y crear a pie de página un bullicioso foro de debate en el que cualquier conducta antisocial tendrá, que nadie lo dude, su justa recompensa.
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La popularización del arte y su absorción por el mercado de masas había de desembocar inevitablemente en el fraude y la impostura, dos actos que la experiencia señala como rentables.
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Redefinamos el arte hasta que el concepto cuadre con las características del objeto que queremos vender.
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Así, el objeto de arte moderno puede unir a la esperable inutilidad una poco justificable falta de belleza, pero su valor no se mide en relación con criterios prácticos o estéticos sino de acuerdo con los términos de la dialéctica marxista: vale más lo que genera mayores plusvalías.
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La Historia, o el compendio de los chismes que circulan sobre la vida en el mundo.
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Es indiscreto bucear en la Historia de los pueblos.
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Tal como no hay relato hasta que el manuscrito está rubricado, no habrá en rigor una Historia, tan completa por cierto como inútil, hasta que haya acabado Todo.
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Una historia que no termina no termina de ser tal historia.
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Es oxímoron: Fin provisional.
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La última palabra, que fija y a la vez tacha a cuantas la preceden.