Camilo de Ory necesita dinero. Cada lunes, en la sección Causas justas de Libro de Notas, lanza al aire una serie de pensamientos tan erráticos como su visión del mundo y tan breves como su jornada de trabajo. Animamos a los lectores a entrar al trapo y crear a pie de página un bullicioso foro de debate en el que cualquier conducta antisocial tendrá, que nadie lo dude, su justa recompensa.
Dios
Dios me ve cuando cumplo con mis cotidianas abluciones en el baño y cuando hago el amor allá donde ello me sea posible, cuando miento por ladino interés o blanca caridad y cuando saco pecho para decir a voz en grito toscas verdades sonrojantes: Dios es el Gran Hermano de la Biblia y con su poco discreta actitud atenta de manera reiterada contra mi inviolable derecho a la intimidad, que creo que está recogido en algún críptico versículo de la misma Biblia o en un recóndito subapartado de la también sacrosanta Constitución.
Dios pega el ojo que todo lo ve a la cerradura de mi dormitorio como una chacha fisgona con plumero y cofia de reglamento y no se pierde un solo detalle de lo que pasa al mismo tiempo en el coqueto piso de la vecina porque, en fin, ya sabemos que es ubicuo. Dios está en todas partes, pero está como el que no está y en un alarde de mística capacidad para la Contemplación se limita a ver, oír y callar. Es verdad que eso es hacer tres cosas a la vez, pero no debemos olvidar que nuestro héroe cuenta para estos acrobáticos menesteres con la inestimable y mágica ventaja de ser uno y trino.
Dios es un mirón más que un padre vigilante y sigue con el hombre una estricta política de no intervención: estoy firmemente convencido de que si fuera testigo de un atraco a mano armada en plena calle se cruzaría de acera como un vulgar inspector con casco azul de las Naciones Unidas. Dios no se mete donde le llaman, se lava las manos como su archienemigo Poncio Pilatos, se inhibe como un miembro especialmente timorato o perezoso del Tribunal Supremo, se esconde en su neutral concha de caracol en cuanto las noticias anuncian que hay el más mínimo riesgo de lluvia, no vaya a ser que le falle el paraguas y le encoja la impoluta toga de los domingos.
Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza no puede ser trigo limpio. No hay más que vernos para darse cuenta. Dios se parece tanto a Gandhi y a la Madre Teresa como a Nixon y a Franco, lo cual me lleva a pensar que debería contratar a alguien con cierta experiencia en castings para que le ayude a elegir sus referentes. En general, haría bien en dejarse de personalismos absurdos e improductivos y empezar a delegar responsabilidades. Los griegos tenían varios dioses y les fue de cine: de hecho, si han pasado a la Historia ha sido precisamente por cuidar los pequeños detalles de orden político y organizativo como ése.
A Dios se le amontona el trabajo con el hombre, una especie de hijo extramatrimonial a quien los entendidos consideran su peor error caligráfico y del que no creo que se sienta demasiado orgulloso. Dios se precipitó al concedernos libre albedrío y ahora su infalibilidad le impide rectificar. Con cada una de las idioteces que hacemos su competencia queda en entredicho, pero Él es Él por su propia y caprichosa Gracia y no convoca elecciones cada cuatro años. Hace mal, porque sabiendo lo supersticiosa que es la gente y el respeto que tiene por lo sobrenatural y por los barbados personajes bíblicos estoy seguro de que ganaría con mayoría absoluta y sin quitarse la gorra.
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2009-05-25 14:12
Y yo pregunto. ¿No sería mejor que utilizaras tu inteligencia y sabiduría para la paz? ¿Porqué investigas la guerra y sus estrategias, cuando este mundo, está falto de Amor, paz, pan, responsabilidad y participación? Anda investiga también el corazón de Jesucristo el Resucitado y dime después si te sientes feliz con tu trabajo. O tal vez prefieras utilizar tus matemáticas y conocimientos naturales para atraer la paz, el pan, el dialogo, El Amor. Y después comparas que te hace más feliz lo que hacías para la guerra o lo que haces para la paz. ¡Padre Santo, en El Nombre de Tu Hijo Jesucristo, te ruego que derrames sobre este investigador Tu Espíritu Santo para que investigue la Paz y no la Guerra! ¡Gloria a Jesucristo! Amén. Joaquín Andúgar. Profeta del Altísimo.
2009-05-26 00:43
Este De Ory tiene la desfachatez de decir verdades en racimo, como si fueran ramo de flores o hato de flechas. Para que cada quien las interprete a su gusto y deleite.
Lo que no puedo olvidar es que, debido a su buen estilo y claridosa mentalidad, algunos menores lo han calificado de mamarracho.
En mi opinion es una adicion interesante y genial a L de N.
Saludos.
2009-05-26 20:11
Hola. sabes solo comence a leer y no pude terminar pues tratas a mi Dios como Cualquier cosa,mas respeto , si tu condicion es vil humana quedate asi no te metas con lo que no conoces, no sabes y nisiquiera tienes una idea de lo que Dios te ama y de lo que el sufre por ti, pero bueno, te recomiendo que te quieras un poquito y escribas sobre amor, sobre lo bello , lo bueno.. Bendiciones y cuidado con lo que publicas
2009-05-26 20:25
Gaby dijo:
“Bendiciones y cuidado con lo que publicas”
Sí, señor. Ése es el espíritu de las Cruzadas de toda la vida.
Oiga, Gaby, ya que “su” Dios, ése al que los hombres viles no pueden nombrar porque “no lo conocen” se enrolla tanto, ¿por qué no le pide que le arregle lo suyo con la ortografía y la sintaxis? Le va a costar un poco, pero con esa capacidad de sufrimiento que usted le adjudica, seguro que al final lo consigue.
2009-05-26 20:50
Camilo, yo también quiero que escribas sobre lo bello, el amor, lo bueno. Sobreponte a tu vileza. Concho ya. Por dios.
2009-05-26 22:33
Marcos ha dicho Concho.
2009-05-26 23:31
Camilo, ¡qué razón llevas!: “Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza no puede ser trigo limpio.”
Alberto, ¿concho es coño en gallego?
2009-05-26 23:49
Es como decir miér… coles o “me cago en diez”. En cualquier caso, ¡lo ha dicho, lo ha dicho!
2009-05-26 23:52
María José, si insistes en utilizar ese tipo de palabras te borro los comentarios.
2009-05-27 00:00
Pardiez.
2009-05-27 04:31
Rediez!
2009-06-12 18:23
Ay María, que te me vas, no vuelves
Templo devorado por sus mil ecos
Devoción al lastre de tus mejillas
Qué me dan sin ti, olías a rosas
Qué me queda, yo, vivo, enajenado
Con un puño que todavía late
Y gime y ronca y se sacude y duele
Qué me queda, mis veinte años, tus rezos,
Qué queda tras de ti, limón partido
Tirabuzón rubio, cabecita sucia
Dormirme con un ojo medio abierto
Y querer ver ni la mitad del mundo
El tiempo todo lo cura
El tiempo, ay el tiempo Todo locura.
Y dejad a Dios, que ya tiene los pezones irritados de tanto explotarlo, al poberino.