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Causas justas por Camilo de Ory

Camilo de Ory necesita dinero. Cada lunes, en la sección Causas justas de Libro de Notas, lanza al aire una serie de pensamientos tan erráticos como su visión del mundo y tan breves como su jornada de trabajo. Animamos a los lectores a entrar al trapo y crear a pie de página un bullicioso foro de debate en el que cualquier conducta antisocial tendrá, que nadie lo dude, su justa recompensa.

Poetas modernos

Ayer asistí a una lectura poética. Hay lecturas poéticas de derechas y lecturas poéticas de izquierdas, según las organice El Corte Inglés o la Diputación. La lectura a la que yo fui era una lectura poética de derechas. A las lecturas poéticas uno va a dejarse ver más que a oír al poeta. Si todos los que asisten a una lectura se compraran el libro —sería lo lógico si realmente les interesa la lectura— los poetas nadarían en la abundancia.

Creo que ustedes tienen una idea equivocada de lo que es un poeta. El poeta lírico ha cambiado mucho en los últimos años. Por lo general sigue siendo pobre, pero eso es casi lo único en lo que se parece al poeta tradicional. El poeta aún es un hombre sensible, pero no renuncia al uso de la fuerza cuando es necesario. Conozco a un poeta cinturón negro de kárate, a otro que se hace pasar por portero de discoteca para sacarle el dinero a la gente y a un tercero que se ha ofrecido a enseñarme a partir nueces con la frente. Los poetas de hoy son más dados a la bronca quevedesca que a la tertulia. Algunos están más cerca de boxear en unos Juegos Olímpicos que de participar en unos juegos florales.

Apenas quedan poetas gays. Y los que quedan lo son de una manera bastante discreta. Hay poetas varoniles y hay homosexuales incapaces de componer una metáfora. La culpa la tiene la apertura del armario. Mucha literatura nace de la angustia, y sin armario no hay angustia: Freud diría que los deseos no se subliman. El poeta moderno es un individuo tan torturado como se supone que debe ser, pero lo que le tortura no es la sexualidad reprimida. Pocos poetas se reprimen en el sexo ni en nada. Viven hacia afuera. Lo cual explica el auge de la poesía de la experiencia.

Hoy es impensable ver a un poeta languidecer entre la floresta. La floresta, como tal, ya no existe más que en las novelas decimonónicas. (Si un poeta les dice que se siente lánguido, desconfíen: es otro truco para sacarles dinero.) Tampoco se ven en los cenáculos cruces de piernas como el de Cernuda. De hecho los cenáculos están perdiendo terreno frente a las timbas y las reuniones de taberna, que antes eran distracción exclusiva de los novelistas. Extraño tiempo el que nos ha tocado vivir. No se respeta el orden de las cosas.

Es difícil reconocer a un poeta por la calle. Los poetas modernos se visten como el resto de la gente, en parte gracias a los subsidios de desempleo y en parte gracias a la relajación de las normas estéticas. Ni siquiera se les conoce por el trato hosco: quién no es hosco en este mundo hosco. Es posible preguntar, para salir de dudas, ¿es usted poeta lírico?, pero no todos los poetas admiten ser poetas. El mejor sistema para encontrar poetas es ir a una lectura poética. El hombre del estrado es poeta y el que se sienta a su lado probablemente también. Los que le aplauden son sus poetas amigos y los que murmuran son poetas rivales. Las mujeres que hay entre el público son poetisas, aunque algunos poetas de la experiencia comienzan a tener ‘groupies’ como las estrellas del rock. Cabría pensar que los poetas de derechas sólo acuden a las lecturas poéticas de derechas, o sea, a las de El Corte Inglés, y los de izquierdas a las de la Diputación, pero esto no siempre es así. Ningún poeta confiesa ser de derechas. La única forma de saber si un poeta —o cualquier persona reservada— es de derechas es bichear su cuenta corriente o fijarse en su coche. El poeta sin coche es de extrema izquierda y cultiva la poesía experimental. El del Mercedes es de derechas y se ha labrado una sólida reputación como sonetista. Si un poeta tiene chófer, entonces es Secretario de Estado.

También se puede identificar a un poeta por sus modales en la mesa, por su reacción al tropezar con otros escritores y por sus amistades. Antes los padres trataban de evitar que sus hijas se casaran con poetas. Pero nuestra sociedad es tolerante y acepta a los poetas y a las cupletistas. El futuro es tan halagüeño para un poeta o una vicetiple como para un licenciado en Derecho. Exactamente.

Camilo de Ory | 04 de mayo de 2009

Comentarios

  1. Marcos
    2009-05-04 15:48

    Genial.
    Pero tengo algunas dudas. Dices “poeta lírico”. ¿Entiendo que es una analogía con “cantante lírico”? Si es así, los poetas a secas (los no líricos) son poetas pop. Por otro lado, ¿qué hay de los poetas de centro? Y una aclaración: los poetas de la experiencia no tienen su origen en ese “vivir hacia afuera” actual, sino en la democratización de la sociedad y por lo tanto de la cultura: igual que hoy en día todo el mundo tiene aceso a los estudios universitarios, cualquiera puede ser poeta.

    Saludos.

  2. Camilo
    2009-05-05 14:29

    Bueno, un amigo mío dice que toda poesía es poesía de la experiencia, y creo que tiene razón: hablamos o escribimos de lo que pasa o de lo que se nos ocurre, no hay más tu tía. Por otro lado, muchos de mis poetas actuales favoritos son de los llamados “de la experiencia”. Lo que pasa es que una corriente tan fuerte y definida por unos cánones estéticos tan (aparentemente) accesibles desde el punto de vista técnico ha de generar a la fuerza imitación, y en esa imitación es donde encontramos a ese “cualquiera” que puede ser poeta. O así.

  3. María José
    2009-05-05 14:59

    Camilo, no creo que Marcos se refiera a eso, por lo menos yo no lo veo así. Qué curioso, yo también he dicho siempre que toda poesía en ese sentido es de la experiencia. Pero es que no todas las experiencias son iguales y ahí es donde está la diferencia. A mí, salvo un poeta, los llamados de la experiencia me aburren soberanamente, igual que los de la metafísica y los de todos los nombres que se quieran ir inventado. Y es que realmente muy pocos son poetas, el problema es que la mayoría no lo sabe y ya se sabe que no hay nada más atrevido que la ignoracia.

    Aprovecho para decir de nuevo que me encantan los textos que publicas en esta sección.

  4. Santiago
    2009-05-06 07:41

    Pero no jodan, eso de poetas de la “experiencia” es una mariconada. Eso no existe. Todo el mundo sufre “experiencias”, algunas desgarradoras y no por eso se convierten en poetas. Lo que hoy falta es la experiencia poética, la experiencia del trabajo honesto con la palabra, y claro, nadie está dispuesto a pasarse la vida tratando de sacarle el jugo a una lengua que está dejando de existir y además hay que pagarse el auto, la casa, las vacaciones, las putas, el cable, la cerveza, y la concha de su madre. Así que no queda más remedio que trabajar en otra cosa y escribir en los ratos libres, después de ver las noticias o ser muy rico y no tener nada que hacer y algunos editores amigos. Lecturas de poemas…¿Pero qué les pasa? ¿Escucharon alguna vez algo más horrible que la voz de los poetas, hasta de los buenos? El mejor poeta transforma sus poemas en una cosa espantosa al leerlos, los destruye. Vivimos en un mundo antipoético. No porque pasen cosas horribles y todo sea banal y efímero, es porque hoy sabemos al segundo todo lo que pasa pero es tanto lo que sabemos que no sabemos nada y la poesía no puede globalizarse, la poesía siempre fue provinciana y hoy debe haber, digo yo, como cien millones de poetas buscando la forma de no decir lo mismo, lo que quiere decir que no hay ninguno. Y si lo hay nunca lo conoceremos. El mejor poeta es el poeta muerto. Quiero decir con esto que los buenos están todos muertos, se están muriendo por estos días. No quiero decir que haya que matar a los que quedan, porque a estos ni la muerte los arregla.

  5. Camilo
    2009-05-06 12:22

    Santiago, ya te digo que yo creo que hay muchos escritores y poetas actuales que merecen la pena, tan buenos como los de hace un siglo o cinco. Lo que pasa es que somos como somos y nos cuesta menos aplaudir el talento de un muerto o de un anciano extremo. A mí también me ocurre, lo admito. De acuerdo en lo de las lecturas: opino que la poesía se disfruta más en casa, a solas con el libro. El interés de acudir a una está en oír los comentarios del autor sobre su obra y en alternar con el resto de asistentes, sobre todo. En fin, que discrepo amigablemente contigo en parte y coincido amigablemente en parte también. Un saludo.

    (María José, gracias.)

  6. María José
    2009-05-07 01:41

    Camilo, más bien al revés, nunca ha habido en una época muchos poetas ni muchos escritores que valgan la pena y en esta época tampoco. Yo te aseguro que no me cuesta nada aplaudir el talento vivo, pero tiene que ser talento.

  7. Francisco
    2009-05-07 01:51

    A mi me ha conmovido hasta las lagrimas el positivismo de Santiago quien, a mi leal saber y entender hace poesia en este su escrito sin, probablemente, percatarse de ello. Es algo asi como el poeta del antipoetismo.

    Fuerza y talento le sobran.

    Saludos.

  8. me encanta esta foto del perro sonriendo
    2009-06-12 18:16

    La afrenta de tu orgullo babilónico
    Te dio esta lengua sucia, hecha de brotes
    Que urden, estallan y arrancan sopores
    Volviste a construir torres, rascacielos
    Cornisas como refugio de arrobados
    Hiciste ascensores, luz para opacos
    Te entregaste a la furia en trinidades
    Manchaste así aguas con la unción sagrada
    Partiste el pan más duro a los escuálidos

    ¿Y este idioma de locos para cuerdos?

    Ahora vas en ti, derretido en fango
    Esperando inventes su forma tácita
    Al páramo hirviendo contra esta fobia
    Que es el ver crecernos rozando el numen

    Tú mismo, insaciable, prurito, estúpido

    Tú mismo dolerás tu nervatura
    Tu cicuta que te espera gangrenada
    Irrevertible, con su obscenidad de huesos
    Para aplastar lo vertical del hombre

    Una y cien veces, aquí, Tú, das dote.

  9. aaron mejia
    2009-07-18 06:53

    señores ,uno de ustedes dijo la verdad noson las trajedias las que conbierten aun hombre comun en un erudito de la palabra poetica ,pero tenemos un espiritud , que al serr azotado reacciona de dos formas , se duerme o se levanta ,es ahi donde dentra en juego el intelecto , y de el el tamaño de este depende la reaccion , … lamentablemente ser poeta no se estudia . por ello un monton de tontos , por ahi ,… imitando a dario o a neruda , chaooooooooooooooo

  10. Rony César
    2010-11-04 22:28

    La poesía es una forma de expresión del hombre. Cosas bonitas eficientes o metafóricas, un mundo que resume los sentimientos, emociones y pensamientos y muchos conceptos más. La poesía se encuentra en todos lados, puede emerger de pronto sin darnos cuenta, sin saber exactamente por qué.
    Pienso que cada hombre tiene un potencial poético, porque puede pensar, imaginar, sentir, emocionarse.

  11. Jos
    2012-09-01 14:00

    Personalmente, creo que la poesía siempre fue una etérea esencia con multitud de vértices.
    cada cual la lleva a su personal visión…; pero como la palabra amor, su realidad física, siempre sera una dilatada extensión, no sujeta a tantos cánones en los que erudito tiende a encasillar.
    Siempre quise sintetizar su esencia en el modelo de Becquer, (Belleza, sensibilidad y perfección en la métrica la rima y los tiempos…
    Pero eso solo queda como un frágil modelo; pues los tiempos cambian, la realidad de los presentes mutan, y las maneras de sentir y de expresarse se adaptan a los presentes…
    Hoy se siembra verso libre, sin buscar demasiado la perfección, es un canto que surge espontaneo, desde una idea, una visión, una experiencia o una rebelión…, y se escribe tal cual llega, porque el poeta hoy no se siente un producto de consumo, y sabe que de su sentir no va a comer. Hay una pasión en expresar el momento, aun a sabiendas de que solo sera un recordatorio personal de su breve transito.


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