Camilo de Ory necesita dinero. Cada lunes, en la sección Causas justas de Libro de Notas, lanza al aire una serie de pensamientos tan erráticos como su visión del mundo y tan breves como su jornada de trabajo. Animamos a los lectores a entrar al trapo y crear a pie de página un bullicioso foro de debate en el que cualquier conducta antisocial tendrá, que nadie lo dude, su justa recompensa.
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Economía de mercado: venderse es el acto pragmático por antonomasia.
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Anglofilia: por un casco gracioso para la policía.
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Campaña electoral: prometo no votar a nadie que me lo pida a gritos desde un coche.
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Algunos hombres se degradan tanto en vida que a su muerte la Naturaleza no tiene apenas trabajo; a otros los degradan por televisión una vez muertos. Todos los muertos célebres han sido unos canallas: Picasso, Encarna Sánchez: se supone que no debemos hablar mal de los muertos, pero lo raro es oír hablar bien de uno.
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A todos nos termina llegando la muerte: no es un paquete certificado.
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Hay una edad para robarle la gorra a los guardias y otra para leer a Pemán. Leer a Pemán a la edad en que deben robarse gorras puede destruir mentalmente a un hombre, y robar gorras pasados los dieciocho puede llevarlo a uno a la cárcel.
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Lo único malo de la juventud despreocupada es que uno no se da cuenta de que es despreocupada hasta que deja de ser joven y comienza a tener problemas.