Camilo de Ory necesita dinero. Cada lunes, en la sección Causas justas de Libro de Notas, lanza al aire una serie de pensamientos tan erráticos como su visión del mundo y tan breves como su jornada de trabajo. Animamos a los lectores a entrar al trapo y crear a pie de página un bullicioso foro de debate en el que cualquier conducta antisocial tendrá, que nadie lo dude, su justa recompensa.
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Signo de los tiempos: los economistas hacen el trabajo de los filósofos.
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La economía de los países caribeños crece despacio porque los nativos son perezosos, Pero la pereza tropical está justificada por el clima y por lo poco que se cobra en esas latitudes: la pescadilla no se muerde la cola porque le falta motivación.
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El euro, que con su anunciada a bombo y platillo llegada propició que los millonarios vuelvan a ser millonarios de verdad.
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Una moneda con céntimos que dote de armas plañideras al indigente: deme usted unos céntimos, mire qué poca cosa le pido; si no me los da, su corazón valdrá solamente eso, unos céntimos, su corazón será un corazón de rebajas, helado como febrero e inútil como un abrigo en verano.
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Los céntimos sólo tienen valor de cien en cien, como los cobardes.
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Los céntimos apenas se hacen oír al chocar entre ellos en el bolsillo, como los sindicalistas modernos en las reuniones a tres bandas con el Gobierno y la Patronal.
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Aún los damos y los aceptamos debido al miedo a equivocarnos y a que alguien crea que tratamos de engañarle: si tenemos en cuenta que según el clásico cinematográfico ya estaba épicamente feo delinquir por un puñado de dólares, no nos queda otro remedio que concluir que estafar unos céntimos es una imperdonable bajeza.
2009-01-20 00:57
“Los centimos solo tienen valor de cien en cien, como los cobardes” dice de Ory.
Genial y veraz.
Saludos.
2009-01-20 01:14
La mayoría de las entregas son buenísimas, pero esta tiene varias ideas geniales.