Camilo de Ory necesita dinero. Cada lunes, en la sección Causas justas de Libro de Notas, lanza al aire una serie de pensamientos tan erráticos como su visión del mundo y tan breves como su jornada de trabajo. Animamos a los lectores a entrar al trapo y crear a pie de página un bullicioso foro de debate en el que cualquier conducta antisocial tendrá, que nadie lo dude, su justa recompensa.
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La opinión de una persona acerca del calzado ajeno dice aún más de ella que sus zapatos.
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El verano es una estación vulgar que vuelve cada doce meses. Por el hecho de que se repita y produzca incómodos sofocos es inevitable compararla con un ajo.
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Nunca he sabido distinguir una candileja de una lentejuela.
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Política local: a los concejales también les puede llamar uno ediles. Parece un sinónimo pero no lo es: la palabra edil tiene un matiz más plebeyo. Llamar edil a un concejal es como quitarle importancia. Inconscientemente uno clasifica a los ediles en la misma categoría que a los pregoneros: es difícil imaginar a un edil sin una campana en la mano.
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Con los diputados de la Diputación pasa lo contrario. Pese a lo que pueda sugerir su nombre, un diputado de la Diputación es sólo un concejal venido a más. También se le puede llamar edil y es lícito dibujarlo tañendo una campana. Los diputados de la Diputación no han visto el Congreso más que por la TV. Llamar diputados a los diputados de la Diputación es exagerar, pero no hay otra forma de referirse a ellos. El vocabulario político es caprichoso: hay mil palabras para hablar de un concejal y una sola para referirse a dos clases de diputados. Quizá sea por la falta de costumbre en rajar de los cargos electos que tienen los ciudadanos de las democracias jóvenes.
2008-09-29 12:42
No quisiera ser el típico comentarista tocapelotas que demuestra su mezquindad siendo el primero en criticar y malmeter, pero ha de saber Don Camilo que los pregoneros, al menos en mi tierra, lucen con orgullo no una campana sino una estridente corneta, con la que además de convocar a la comunidad para hacer públicos los bandos municipales, hacen bromas en el teleclub al soplarla por sorpresa junto a la oreja de cualquier desprevenido parroquiano.
Pero claro, eso es algo que Don Camilo, merced a su rancio abolengo y decadente languidez, no ha conocido ni jamás conocerá.
2008-09-29 15:11
Cretino
2008-09-29 15:25
¡Venid aquí, jodíos!
2008-09-29 19:22
Proclamo en esta hora aciaga que el talento que en su día otorgare al Ilustre Camilo de Ory está próximo a expirar. Cuarenta días y cuarenta noches restan de aquí al momento en que el señor de Ory haya de dar fe de todos y cada uno de los talentos que se le concedieron, debida y documentalmente justificados.
Serán deducibles, eso sí, aquellos talentos que se utilizaren en seducir a cualesquiera persona, animal o cosa, siempre y cuando dicha seducción resultare en coyunda.
2008-09-29 22:14
Se ve que en las familias tan especiales como la de los Ory, formada casi toda ella por poetas y artistas, decirse las cosas a la cara significa hacerlo a través de una canción. Camilo (en palabras de sus vecinos: “un egoísta cabrón e indiferente”) no supo expresar sus sentimientos hacia su mujer e hijos y a cambio, escribió hermosos textos para ellos en las que decía lo que no podía teniéndoles delante. Así creó poemas tan conmovedores como Calla y límpiate la sangre, donde explica a sus hijos, entonces niños el porqué va a divorciarse… o Zorra, dedicado a la pequeña Loreto, hoy diezañera; Comedme el ravo va más lejos, y vio la luz en el 98, cuando Camilo empezaba a despuntar: se encarga de recordarse a sí mismo con ironía que su sensación de creerse el rey del universo es propia de los Ory que llevan en la sangre varios virus venéreos; vamos, que la relación amor-odio no es más que una pose de divos. Camilo fue más allá y en el libro Pústulas bsaajo la gasa, tras una fortísima discusión por aparecer en ¡Abc! le dedica a su hermana una desgarrada sextina, Te cabrá entera, en donde retrata un episodio real que hizo que la mencionada hermana le abandonara para seguir su propio camino.
Sin embargo hay otro Camilo de Ory, el trovador sensible, el que sigue al pie del cañón, narrando su biografía a golpe de verso: viéndole declamarse ve perfectamente, en su interpretación, el timbre de su voz suave y su terrible magnetismo con el público, lo mucho que Demóstenes ha aprendido de él.
PD: Como curiosidad y buena Oryana, añadiré que en el 70, cuando nació Camilo, Jorge Guillén le dedicóun poema mítico llamado Jodido, me eclipsarás, acerca de las ansias del bebé a la hora de chupar del bote y de la teta del Estado.
2008-09-30 20:26
@ Ser Supremo:
Sr. Supremo, sepa usted que los talentos del Sr. Ory expiraron tiempo ha. De hecho, me consta estos textos que ud. lee forman parte de su archivo de viejas hobras.
Menores.
Asistimos a un canto de cisne, sí, pero a un canto de cisne enlatado.