Libro de notas

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Traduttore, traditore por Elisabeth Falomir Archambault

Desentrañar significados ocultos, concebir el texto como espejo, invocar la palabra detrás de la palabra y desvelar palimpsestos: todo esto nos proponemos hacer los días 20 de cada mes. Elisabeth Falomir Archambault, traductora y otras cosas, hablará de etimología y corrientes traductológicas, descubrirá curiosidades sobre el oficio del trujamán e intentará desenmascarar a traductores y traidores.

Decálogo de buenas prácticas en el envío de traducciones (o cualquier otro archivo de texto)

He visto cosas que no creeríais. He visto traductores escribir los meses y días de la semana con mayúscula inicial. Poner el guion dos veces en lugar de la raya de diálogo. Utilizar los símbolos matemáticos < > para emular comillas angulares. He tenido que calmar a más de un corrector, harto de eliminar ristras de saltos de línea donde el autor del texto quería, en realidad, insertar un salto de página. Y, seamos sinceros: por muy cuidado que esté el fondo, por impecable que sea el estilo, una forma descuidada perjudica nuestra percepción del texto.

Así que, para todos los que escribís y traducís, para todos los que enviáis textos susceptibles de ser corregidos, editados y maquetados, ahí van algunos apuntes para dejar los textos limpios y presentables.

1) Escribe siempre con la función «Mostrar todo» habilitada. Es un detalle pero te permitirá evitar la mayoría de errores de formato. Se activa pulsando el calderón (¶).

2) No te pongas creativo. Piensa que tu texto va a volcarse a una maqueta que probablemente ya tenga predefinidas las características del texto (portadillas, tamaño de caja, sangrías, etc). Mantén la misma fuente e interlineado en todo el texto. No cambies el tamaño de títulos o capítulos. No pongas sangrías ni —horror— tabuladores a modo de sangría. A menos que sean imprescindibles, evita las tablas.

3) Mayúsculas no, gracias. Utiliza siempre las versalitas, también para los números romanos (excepto en numeración de reyes, donde sí se utilizan versales: se escribe «siglo xviii» pero «Luis XIV»).

4) Memoriza los atajos de teclado más útiles. Puedes incluso configurar tu teclado para asignar números sencillos a ciertos símbolos frecuentes.

5) Utiliza la herramienta Buscar/Reemplazar. El corrector quedará impresionado cuando compruebe que no has cometido ninguno de los despistes más comunes: sustituye los dos espacios (habitualmente involuntarios) por uno solo, comprueba que has puntuado correctamente los paréntesis por fuera, cambia las comillas altas por angulares.

6) Hablando de comillas: alguno se preguntará de qué sirven las altas y las simples si es preferible, en textos impresos, utilizar las angulares. Pues bien, se ha establecido una jerarquía de comillas que debe cumplirse así: «…“…‘…’…”…». Es decir, que las altas y simples se utilizarán en caso de que necesitemos entrecomillar partes de un texto ya entrecomillado. Recuerda que no se deja espacio entre las comillas y su contenido. Ah, y cuando el fragmento entrecomillado sea lo único que compone la oración, se escribe el signo de cierre antes de las comillas, a excepción del punto, que se escribe siempre por fuera.

7) Apréndete de memoria los usos de la raya de diálogo (—). Es más larga que el guion y se utiliza para marcar una intervención hablada. Aquí van algunos ejemplos que ilustran distintos casos:

—No tengo hambre —dijo Marta.
—No tengo hambre —dijo Marta—, creo que me voy a la cama.
—No tengo hambre —dijo Marta—. Creo que me voy a la cama.
—No tengo hambre. —Se levantó y se dirigió a la habitación—. Creo que me voy a la cama.

Como ves, no se puntúa el parlamento y se da comienzo al inciso con minúscula si se trata de verbos declarativos (como «susurrar», «exclamar», «argumentar»). En el caso de que no haya verbo declarativo, se puntuará el parlamento y el inciso empezará con mayúscula. Si el parlamento continúa, el inciso tiene que puntuarse después de la raya.

8) No te líes con los números en cifras y letras. Como regla general y siguiendo las recomendaciones de la Real Academia, se escriben con letras los números que puedan expresarse en una sola palabra o en dos palabras unidas por la conjunción y. También las cantidades aproximadas, modismos y frases hechas. En textos de carácter general es preferible escribir con letras los números sencillos o redondeados referidos a unidades de medida. En ese caso, no debe usarse el símbolo de la unidad, sino su nombre. Cuando se utiliza el símbolo, será necesario escribir el número en cifras. Por último, también escribiremos con cifras los porcentajes superiores a diez y los números formados por una parte entera y una decimal.

9) Ojo, no siempre es bueno fiarse de los libros de estilo orientados a medios de comunicación. Mejor hazte con un manual de ortotipografía para textos literarios; yo utilizo y recomiendo el de José Martínez de Sousa.

10) Esta lista no es más que un pequeño acercamiento a la cuestión, sin ánimo de exhaustividad. Prefiero dejar el decálogo incompleto e invitaros a terminarlo entre todos. Así que si se os ocurren otras indicaciones sencillas para mejorar el formato de los archivos de texto, serán muy bienvenidas en los comentarios.

Elisabeth Falomir Archambault | 20 de noviembre de 2012

Comentarios

  1. Al rico libro
    2012-11-25 12:47

    Muy buen decálogo, aplicable también a cualquier texto (algunas veces, en los libros autopublicados online hay muchos defectos de este estilo, y yo no sé si es por culpa del escritor o del software que convierte el archivo de texto en un ebook).


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