Queridas amigas personas lectoras, nos hemos enterado estos días que Gran Hermano será el primer gran promotor del voto afirmativo a la constitución europea. Y aquí surge la apremiante, inquietante, delirante pregunta: ¿Existe otra manera de hacer llegar la constitución europea a las masas televidentes?

Algún iluso, tras varias semanas sin tomar la medicación, podrá decir que sí, que hay otras maneras. Pero yo me tomo la medicación todos los días y afirmo lo contrario. Incluso estoy pensando que Gran Hermano debería impartir clases de matemáticas, de lengua y de alguna otra cosilla útil, como filosofía o historia o ciencias físicas: todo aquello que las masas televidentes, compuestas por vosotras, queridas, no ha querido conocer ni de lejos en las pocas horas asignadas semanalmente para ello, también llamadas lectivas.

Que se utilice Gran Hermano para promover la constitución europea implica varias cosas:

Primero: Que el gobierno (sea del partido que sea, siendo del partido que es) no sabe dirigirse a las masas televidentes cuando se trata de asuntos serios o ligeramente complejos.
Segundo: Que TVE carece de la imaginación que hace falta para convertir esos asuntos complejos en comprensibles de manera amena: aquella tontería de la ilustración de ¿cómo era? ¿enseñar deleitando?
Tercero: Que aunque TVE tuviera esa imaginación da igual, porque lo que vosotras, las masas televidentes, queréis, queridas amigas, es introduciros sin ser vistas en las casas de los demás. Ya dentro, lo que os apetece es deslizaros hasta el canasto de la ropa sucia y echar una olida a la ropa interior. He leído en algunas revistas pornográficas que esto pone un montón. Lo he intentado, pero oler mis propios calzoncillos, la verdad, no me pone. Y entrar en casa de los demás, tampoco.
Cuarto: Que Europa, la estructura política y económica de la cual depende nuestro nivel de vida, nos importa un carajo, por lo que se puede deducir que nuestro nivel de vida también nos importa un carajo y da igual si se va al ídem.
Quinto: Que Mercedes Milà votará que sí a la constitución europea, igual que un servidor y defensor vuestro, aunque sea sólo por joder a los americanos, que por más gringófilo que yo sea, siempre resulta divertido.
Sexto: Que la democracia en la cultura de masas tiene estas cosas, queridas amigas, cuando no existe una cultura no de masas transmitida a través de la educación que, recordad, siempre comienza en casa (en mi caso, palacete) y no en la escuela. Lo malo es que la tele siempre está encendida.

Cuando los referendos estaban prohibidos, cuando lo normal era (la) mentira, cuando al personal gobernante se la sudaba cuantos millones de vosotras salían a la calle a decir que no a algo (y sólo se sale a la calle a decir que no, si se quiere salir masivamente, quiero decir), cuando vuestra opinión se cotizaba por debajo de su precio de mercado, o sea que valía menos que nada; cuando todo eso, a nadie le parecía mal que nunca se os pidiera vuestra opinión. Ahora que se os pide, algo de información sobre el asunto no está de más. Y es más, puede que incluso os resulte interesante. No lo sé.

He leído en alguna parte (sí, lo he leído) que alguien, no sé si la Vicepresidenta, dijo que esto dignifica a Gran Hermano. Permitidme que discrepe, queridas, pero esto dignifica al gobierno. Y lo dignifica porque queda claro que al gobierno le importa vuestra opinión. O por lo menos considera que hace falta vuestro voto para algo que no sean unas elecciones directas. No es lo mismo, pero por el momento puede valer. Se llama democracia, queridas. Y está muy bien que se busque informar para que el voto sea un poquito razonado. O sea, tirando a inteligente.

¿Y por qué ir a Gran Hermano? Muy fácil: es ahí donde estáis vosotras, amigas, yo lo sé bien. La mayoría os pasáis la vida mirando la tele, y de lo que echan, Gran Hermano es de los programas de mayor audiencia. Si os pasaseis la vida leyendo, os regalarían un librito.

Así que ya lo sabéis: no os perdáis el programa de la Milà. Borja (el mejor perro salchicha del mundo), mi chavala y yo no lo haremos. ¿No os parece la mar de bonito? ¡Aprenderemos algo de la constitución europea en familia!

Chao