Ramiro Cabana es comentarista de radio y televisión. Tele por un tubo dejó de actualizarse en agosto del 2006.
¿Qué pasa, chicas? ¿A que pensabais que había desaparecido para siempre en el verano? En la tundra (sí, tundra, lo explicaré luego) del calor, la fritanga, la birra mal tirada, el enjambre de abejas vendedoras de alergia, la luna de Valencia, el castañazo en la autopista, la masticación de arena, el aburrimiento de otro mundial europeo, los hoteles llenos de vosotras, los paseos por la playa en la soledad de la multitud, las cartas de los restaurantes en inglés macarrónico, en fin: Espéin in de samer. He dicho tundra porque tundra es un desierto helado. Y a mí Espéin en el verano me parece un desierto mental que me deja helado. Por eso tundra.
Bueno, están las chicas guapas, como la mayoría de vosotras, pero desde que he vuelto apenas si he salido de la frescura del palacete a la calle. A Borja, el mejor perro salchicha del mundo, y a Tigre, el chihuahua feroz, los pasea el chófer. Ellos lo prefieren así. Un servidor, también. Dicho servidor se tira en su hamaca a la sombra en el segundo patio a no leer la prensa. La prensa ya ha dicho todo lo que tenía que decir y aún no se calla. La prensa dejó de serlo hace por lo menos una generación; hoy sólo se dedica a la publicidad de ciertos bienes y servicios, y a la propaganda política. Como en el siglo 19, pero al revés.
La prensa valenciana, en su faceta televisiva, o sea Canal 9, se ha lucido esta semana. Primero el accidente debido a la mala administración del dinero público, luego la visita del jefe de estado de la República del Vaticano, que es como San Marino, pero con todo el personal vestido de luto. Canal 9 no ofreció información en directo de lo que pasó el lunes a mediodía en pleno centro de Valencia; había que poner un culebrón y un concurso, o algo así.
No ofreció información en directo porque el directo es incontrolable, el personal reporteril se conmueve y empieza a decir lo que ve. Y eso no puede ser. No encaja con el modelo publicidad-propaganda de la prensa contemporánea. Hay que controlar lo que se dice. Por eso Canal 9 ofreció mucha información a toro pasao, editadita, controladita, sin decir nada que mordiera la mano a la que le da de comer.
En cambio, con el Papa, la info fue, queridas amigas personas lectoras, a pie de realidad. A pie de paseo triunfal por las calles desiertas de la ciudad. En riguroso directo. Y de lo más aburrido del mundo. La ciudad estaba desierta porque las famosas familias que nos tenían que traer un millón de visitantes se rajaron y vinieron pocas, y el personal valenciano huyó. Siempre que nos anuncian que vendrán un millón de gentes de fuera huimos: en fallas y en lo del Papa. Les dejamos la ciudad libre. Ya limpiaremos al volver.
Así que mala información muy controlada en lo que sí nos importaba, y toda la que queráis en la que nos traía sin cuidado. Esa es nuestra televisión autonómica, dirigida por el gobierno que hemos elegido democráticamente, y por tanto, nos merecemos. Otro desierto mental que me deja helado. Siberia moral. Es lo que hay.
¿Y qué hay de vosotras, volvéis u os vais?
Chao.
2006-07-11 19:00
Albricias, el ilustre Cabana ha vuelto ;-)
reconozco que las ausencias prolongadas y sus recientes idas y venidas, me tenían en vilo.
Saludos a Tigre y Borja