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Quiero una segunda opinión por Santiago Viteri

La salud, la enfermedad y sus tratamientos son una fuente inagotable de noticias, suplementos especiales y comentarios con la vecina. Una gran cantidad de entendidos de salón y “expertos” en salud opinan sin criterio mientras que la clase médica suele responder con tecnicismos incomprensibles que solo aumentan la confusión. Por eso, Santiago Viteri (médico especialista en Oncología), escribirá una columna sencilla sobre medicina el 29 de cada mes. Porque él siempre tiene una segunda opinión y si hace falta, muchas más.

Temas candentes en el primer trimestre de 2010

Después de unas vacaciones improvisadas de la columna en febrero volvemos a la carga. Este primer trimestre del año ha estado lleno de noticias sanitarias que merecen nuestra “segunda opinión” así que vamos a repasarlas brevemente para ponernos al día:

1. Homeopatía

El comité de ciencia y tecnología del parlamento británico publicó en febrero un informe con las siguientes conclusiones: La postura del Gobierno es confusa. Por un lado acepta que la homepatía es un tratamiento placebo tomando en cuenta la evidencia científica. Por otro lado destina fondos para incluir la homeopatía en el NHS (National Health Service) ignorando las consideraciones éticas sobre la administración de tratamientos placebo. Consideramos que esta postura socava la relación entre los médicos del NHS y sus pacientes, interfiere en la libre decisión informada de estos y pone su salud en peligro. El gobierno debería dejar de subvencionar los tratamientos homeopáticos en el NHS. (La traducción es mía, las negritas del texto original)

Creo que se puede decir más alto pero más claro. No es verdad que hagan faltan más estudios, como se escucha a menudo. Existe evidencia científica suficiente para demostrar que la homeopatía no tiene efecto beneficioso en si misma. Por supuesto tras este anuncio se multiplicaron las opiniones a favor y en contra. Sin embargo hay una pregunta fundamental que yo me hago como médico:

¿Por qué recurren tantos pacientes a la medicina alternativa? Seguramente porque la medicina convencional no es capaz de satisfacer adecuadamente sus necesidades. Es común en la medicina alternativa que el “terapeuta” dedique mucho tiempo a la situación emocional del paciente y a la nutrición, dos asignaturas pendientes del sistema convencional.

2. Tráfico de órganos

La historia de Oscar Garay, un ciudadano español desesperado que pagó 130.000 euros para que le transplantaran un hígado en Tianjin (China) devolvió a nuestras conciencias el horror del tráfico de órganos en el mundo (con el gigante asiático a la cabeza). Diferentes organismos internacionales acusan a China de llevar a cabo un genocidio sistemático de disidentes (en su mayoría pertenecientes al movimiento Falung Gong) y luego utilizar sus órganos en un pingüe y macabro negocio de “turismo de transplantes”.

Uno de los ejemplos más pavorosos de capitalismo caníbal y la cara más oscura de la “globalización”. La clase de noticias que hacen que uno pierda la fe en la humanidad.

3. Reforma de la sanidad en EEUU

El 23 de marzo el presidente Barack Obama firmó la histórica reforma de la sanidad de EEUU. Esta ley pretende evitar que millones de personas sin recursos mueran por falta de asistencia médica en el país más poderoso del mundo. El tiempo dirá si su aplicación práctica resuelve una injusticia social clamorosa que ha sido motivo de vergüenza internacional.

Santiago Viteri | 29 de marzo de 2010

Comentarios

  1. Cayetano
    2010-03-29 19:58

    Lo temas son candentes porque alguien los prende fuego, los medios supongo ;-)

    Yo añadiría el cambio de actitud de la sanidad pública hacia los enfermos crónicos. Pretenden enchufarnos a un cable y potenciar la industria de la telmedicina, amén de obligarnos a estudiar medicina para “gestionar” mejor la sanidad y enseñar a otros. Es decir currelas a coste cero.

    Los planes ya se han puesto en marcha en todas las comunidades. La idea, en principio, parece buena … otra cosa es la forma de ponerla en práctica.

    En el fondo se trata de reducir el gasto que generamos los enfermos crónicos y de paso recluirlos en casa para no molestar al cada vez más escaso personal sanitario.

    Todo esto es una revolución silenciosa que no conviene publicitar demasiado

  2. Cayetano
    2010-03-29 20:13

    Unos ejemplos:

    Los pacientes crónicos suponen en España un coste cercano a los 50.000 millones de euros

    Sanidad impulsará que los pacientes crónicos se enseñen entre ellos

    El ministerio prepara una acción estratégica en crónicos

  3. Alberto
    2010-03-29 20:52

    Cayetano, desde la más completa inocencia: ¿te parece bien o mal el plan? Es que leyendo tu comentario primero, el tono me da a entender que te parece una pequeña guarrada, pero la frase la idea en principio me parece buena me ha despistado un poco…

  4. Cayetano
    2010-03-29 21:03

    Hola Alberto. El plan me parece bien, solo que el personal sanitario no está por la labor. Hay otro asunto: Desfortunadamente todo este plan es pura cosmética, si no se hizo en el 2004 (inicio de este sistema en el Pais Vasco) será dificil ponerlo en marcha ahora.

    Se de lo que hablo y estoy un poquito harto de mentiras, como por ejemplo los famosos centros de rehabilitación cardiaca.

    Resumo. Los subsodichos planes se traducirán en una peor atención sanitaria en todo el estado. Y eso, en mi opinión, es bastante grave.

  5. Miguel A. Román
    2010-03-29 22:22

    Hombre, Santiago, permíteme una ironía (o un sarcasmo, si cuadra mejor): la mejor forma de desprestigiar a la homeopatía es incluirla en el cuadro de especialidades de los servicios públicos de salud; así, colmando las consultas de los homeópatas, estableciendo listas de espera interminables, sollicitando análisis diferidos un semestre, despersonalizando (o anulando) la anamnesis, regateando el tratamiento… si encima tampoco curan los padecimientos, la gente dejará de acudir al homeópata, aunque probalmente se echará entonces en manos de santeros y exorcistas.

    Y fíjate que digo “tampoco curan”, pues creo que la medicina se ha regodeado en un exceso de optimismo en sus avances científicos, creando expectativas que, en la práctica, muchas veces no se cumplen. Excepcionalmente, tu especialidad es de las pocas donde al paciente se le explica con aceptable claridad su pronóstico. Pero son legión los pacientes con enfermedades crónicas y degenerativas, que cursan con dolor persistente o rebaja sustancial en su calidad de vida y nadie se lo intenta explicar. Migrañas, alergias, intolerancias alimentarias, lesiones traumatológicas o neurológicas, metabólicas, etcétera, etcétera, etcétera (por no hablar de los errores diagnósticos, tratamientos inadecuados y otras lindezas que supuestamente nunca suceden).

    Y, cuando la ciencia no ofrece ni soluciones (rápidas y sencillas) ni explicaciones (claras y sinceras), la gente se agarra a la esperanza y a la superstición. Y no seré yo quien les juzgue por hacerlo. Hasta no hace mucho la gente en esas circunstancias se iban al Cristo del lugar y le llenaban a velas y novenas, y si uno de cada 1000 se “curaba” ya teníamos santo milagrero para varios siglos.

    Ahora les hemos convencido de que eso son patrañas, de que la única verdad es la ciencia que todo lo cura, y si la ciencia “oficial” no funciona, pues habrá que recurrir a cualquier otra “ciencia”, ya sea oriental, tradicional o emocional. Mientras más arcana, mejor.

    Pero nada demasiado grave en principio. La mayor parte son pacientes desahuciados o desatendidos de la medicina “oficial”, pero, igual que con el santo patrón, uno de cada mil va y se cura. Y ahora vete tú a convencerle de que los temblores no eran Parkinson sino depresión, que las erupciones no eran alergia a metales sino psoriasis de estrés, o que la pertinaz diarrea no era colitis ulcerosa sino colon irritable (ríete si quieres, pero te hablo de tres casos de mi entorno cercano, y, por cierto, en el último caso te puedes imaginar el hastío a métodos diagnósticos “invasivos” que llegó a experimentar el paciente).

  6. Cayetano
    2010-03-30 00:37

    Miguel, algo de eso señala Santiago:

    ¿Por qué recurren tantos pacientes a la medicina alternativa? Seguramente porque la medicina convencional no es capaz de satisfacer adecuadamente sus necesidades. Es común en la medicina alternativa que el “terapeuta” dedique mucho tiempo a la situación emocional del paciente y a la nutrición, dos asignaturas pendientes del sistema convencional

    Por otro lado, mi experiencia personal. Un médico privado se toma una hora de consulta. Un médico-funcionaro apenas diez minutos máximo.

  7. María José
    2010-03-30 21:45

    Santiago, yo creo que la medicina tiene pendiente otra asignatura: hacer entender al paciente que de momento hay aspectos de los que no tiene mucha idea y que hay que convivir con ciertas molestias cuando no queda más remedio. Recuerdo un amigo que estaba muy ofendido con los médicos porque después de muchas pruebas y ver a muchos especialistas le habían dicho qué no tenían ni idea de lo que era y por qué se había producido, a mí me pareció que decía mucho a favor de ellos. Supongo que por eso muchas veces el diagnóstico no es más que el síntoma, pero como al paciente le parece el nombre más raro se va tan contento.

    Miguel Ángel, claro que hay errores diagnóstico, como en todo lo que hace el ser humano hay errores, pero mi experiencia es que la gente prefiere que el diagnóstico sea antes alergia que estrés y van de un sitio a otro hasta que le dan un diagnóstico con contenido “físico”.

  8. Santiago Viteri
    2010-03-31 19:28

    Hola a todos:

    Muchas gracias, como siempre por vuestros comentarios.

    Cayetano: Completamente de acuerdo en la dudosa actitud con la que se aborda desde la administración el tratamiento de los pacientes crónicos. Cuando se analiza la salud desde un punto de vista económico y reduccionista se acaba llegando a la conclusión de que “hay enfermos que cuestan demasiado durante demasiado tiempo”.El sistema tiene grandes carencias en los campos de Rehabilitación, Pscología, Educación sanitaria. Como sólo buscan resultados a largo plazo no ponen en marcha estrategias que a medio y largo plazo redundaría en una gran mejoría del nivel de salud de la población.

    Miguel: Tienes toda la razón en que la arrogancia de la medicina convencional se merece muchos y fuertes varapalos. Ojalá la medicina de los hospitales tuviera la humildad de reconocer sus limitaciones y se guiase siempre por criterios de evidencia científica. Pero reconocerás que con el creciente boom de las medicinas alternativas toda clase de personas malintencionada unas e iluminadas otras, se lucran a costa de los enfermos que acuden a ellos en una situación de especial desamparo. Te estafan cuando más debil estás y muchas veces, los supuestos remedios que te ofrecen, no sólo no te mejoran sino que incluso suponen un riesgo para tu salud.

    Sin embargo y enlazando con los últimos comentarios de Cayetano y María José, hay una historia interesante que viene al caso:
    Samuel Hahnemann, la persona que desarrolló la Homeopatía inicialmente era químico y médico. Sin embargo, abandonó el ejercicío de la medicina hastiado por la ineficacia de los tratamientos de su epoca (finales del siglo XVIII) que consistían básicamente en purgantes y sangrías. Viendo que la “medicina convencional” de entonces no curaba apenas a nadie y sí causaba muchos sufrimientos decidió ganarse la vida como traductor.
    Fue más adelante, a raíz de ciertos libros y estudios que leyó cuando pensó que las sustancias diluidas podían ser un remedio eficaz contra algunas enfermedades y cuando menos, no tenían dolorosos efectos secundarios e inició la Homeopatía.


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