La salud, la enfermedad y sus tratamientos son una fuente inagotable de noticias, suplementos especiales y comentarios con la vecina. Una gran cantidad de entendidos de salón y “expertos” en salud opinan sin criterio mientras que la clase médica suele responder con tecnicismos incomprensibles que solo aumentan la confusión. Por eso, Santiago Viteri (médico especialista en Oncología), escribirá una columna sencilla sobre medicina el 29 de cada mes. Porque él siempre tiene una segunda opinión y si hace falta, muchas más.
Sobre el catarro común se dice que sin tratamiento dura siete días y con tratamiento una semana. Esta frase encierra dos grandes verdades: la primera es que hoy por hoy no conocemos un tratamiento eficaz para una de las enfermedades más comunes del mundo, banal pero molesta; la segunda es que, si le damos tiempo suficiente, el cuerpo puede curarse solo de algunas (muchas) dolencias.
La impotencia de la medicina actual contra el simple catarro común debería hacer que los médicos agacharamos la cabeza y reconociéramos lo poco que sabemos todavía. Una dosis de humildad es necesaria para equilibrar la soberbia que nos invade cuando pensamos en los fabulosos logros de la medicina moderna: trasplantes de órganos, diagnósticos genéticos, medicamentos inteligentes…
En cualquier caso mi reflexión de hoy no va encaminada a bajar los humos de la medicina moderna sino a remarcar las increíbles capacidades de nuestro cuerpo, dotado de un sistema inmunológico y regenerativo que nos protege y nos cura de las incontables agresiones de la vida diaria.
Permítanme que les reconozca que en muchas ocasiones me marcho a la cama agobiado pensando en alguno de mis pacientes ingresados que no parece mejorar pese a los tratamientos, esos casos en los que ya no sé qué más hacer. Entonces, cuando voy a verlos la mañana siguiente, compruebo muchas veces que se encuentran mejor sin que yo haya cambiado nada. Eso me hace recordar que este organismo nuestro funciona de un modo maravilloso y es capaz, literalmente, de repararse sólo. También me acuerdo en esos momentos de los médicos del mundo clásico que ya hace muchos siglos aconsejaban: “Primum non nocere”, Ante todo, no hagas daño. Y es que a veces nos empeñamos en tratar enfermedades o síntomas que el propio cuerpo podría curar si le dejaramos.
Nota aclaratoria:
No me quedo tranquilo terminando la columna así. Sinceramente, me preocupa que algún defensor de las llamadas “terapias alternativas”lea mi columna y saque de quicio mis reflexiones. Así que para que quede claro, soy oncólogo médico, aplico la medicina según el método científico y recomiendo todos los tratamientos demostrados: vacunas, antibióticos y medicamentos de quimioterapia. Gracias.
2010-10-29 13:06
El médico cordobés Maimónides, se expresaba así a finales del siglo XII:
Repito lo que ya explicó Galeno: cuando los griegos antiguos tenían dudas sobre una enfermedad, no le aplicaban la medicina, sino que dejaban al enfermo con la naturaleza, porque era suficiente para la curación de las enfermedades. Hipócrates se extendió en varios pasajes de sus libros en alabar a la naturaleza, que es sabia e ingeniosa; esta actuará de forma conveniente y no será necesaria otra cosa para la curación de las enfermedades. Por eso el médico es necesario para ayudar y apoyar a la naturaleza, no fuera de ella, sino a su modo.
Razes en uno de sus conocidos tratados decía que cuando la enfermedad es más fuerte que el enfermo, que no confíe en librarse de ella; el médico no podrá ayudarlo en forma alguna. Cuando, por el contrario, el enfermo sea más vigoroso que la enfermedad, no necesitará al médico, porque la naturaleza le sanará. Cuando las fuerzas del enfermo y de la enfermedad estén equilibradas, entonces será necesario el médico para fortalecer el vigor del enfermo.
Pero la mayoría de los médicos se equivocan mucho, y pensando que fortalecen el vigor, en realidad lo debilitan y equivocan su camino. Por eso dice Aristóteles en el Liber de sensu et sensibili que la mayoría de las muertes las causa la medicina por la ignorancia que tienen los médicos de la naturaleza.
Los médicos, cuando dicen “naturaleza” en este sentido, se refieren a la fuerza que rige el cuerpo de los seres vivos, cuya existencia y veracidad de su acción se explica en los libros de ciencia de los sabios antiguos.
(Maimónides, El régimen de salud, 1198)
A veces no estoy seguro de si los médicos se sienten fascinados por el supuesto poder de su ciencia, si es un intento de evitar sospechas de negligencia, o es culpa de la propia presión de los enfermos, pero nunca escucho en boca de un facultativo la frase “no se preocupe, eso se le curará solo”.
Conozco mucha gente que se “vanagloria” de recurrir solo a terapias naturales, pero pienso que siguen cayendo en la obsesión por “tomar algo” y no le dan al cuerpo la oportunidad de hacer su tarea. El resultado es que luego, cuando se curan, dan por hecho que han demostrado empíricamente la indudable efectividad de su tratamiento.
Particular y personalísimamente, mis síndromes gripales los trato con largas sesiones de sofá y lectura y dosis moderadas de coñac que, seguramente, nada añadirá a mi sistema inmune (tal vez incluso lo debilite) pero que es la excusa ideal para ir dándole fin a un excelente Hors d’age y facilitar a mis allegados la decisión sobre qué regalarme las cercanas pascuas.
2010-10-29 13:31
Sr. Román:
¡No vale hacer comentarios que sean más interesantes que la propia columna!
Como siempre, muchas gracias. Deberiamos asociarnos…
2010-10-29 14:37
La expresión latina del título termina en “M” y solo lleva una “C”
http://es.wikipedia.org/wiki/Primum_non_nocere
2010-10-29 15:21
Tiene usted toda la razón Manuti. Esto me pasa por escribir las columnas de madrugada. Lo corregiremos
Muchas gracias
2010-11-14 01:13
Sí, bueno, ese método es bueno siempre que no haya por medio un enfermo cuyo sistema inmunitario sea el causante de su enfermedad…, el mundo se divide entre los que tienen bajas las defensas y los que las tienen tan altas que se atacan a sí mismos…, pero esta ya es otra historia…, fascinante y un reto para los científicos y desesperante para el que la sufre.
En cualquier caso sea bienvenida la consideración de dar tiempo al tiempo en cuestiones de salud, por algo nos llaman «pacientes» :-)