Libro de notas

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Quiero una segunda opinión por Santiago Viteri

La salud, la enfermedad y sus tratamientos son una fuente inagotable de noticias, suplementos especiales y comentarios con la vecina. Una gran cantidad de entendidos de salón y “expertos” en salud opinan sin criterio mientras que la clase médica suele responder con tecnicismos incomprensibles que solo aumentan la confusión. Por eso, Santiago Viteri (médico especialista en Oncología), escribirá una columna sencilla sobre medicina el 29 de cada mes. Porque él siempre tiene una segunda opinión y si hace falta, muchas más.

A propósito de la Ley Antitabaco

A partir del día 2 de Enero de 2011 no se podrá fumar en el interior de ningún local público. Esta es probablemente una de las noticias más importantes para la salud desde hace muchos años. La exposición al humo de tabaco incrementa enormemente el riesgo de padecer diversas enfermedades crónicas y mortales. El consumo de tabaco es el factor de riesgo “evitable” más peligroso que se conoce. A partir de entrada en vigor de la ley, será mucho más fácil para los no fumadores “evitar” estar expuestos al nocivo humo tóxico, ya que no se podrá fumar en ningún lugar cerrado de acceso público.

He escuchado distintos argumentos en contra de esta ley. En el sector hostelero existe la preocupación de que cuando entre en vigor perderán muchos clientes. Francamente dudo que eso vaya a suceder. La gente seguirá acudiendo a bares, restaurantes y discotecas, pero se saldran a la calle cuando tengan ganas de fumar. El ambiente dentro de los locales será mucho más limpio y al final todos, incluso los fumadores estarán contentos con la ley. Acuérdense de que no hace tanto tiempo en España se podía fumar en los cines, en el tren, en los aviones. ¿Alguien echa de menos aquella época? La implantación de esta clase de ley en otros países europeos registró un descenso inicial de clientes en el sector hostelero, con una recuperación y un posterior aumento en los meses siguientes.

La ley antitabaco es sin duda un hito histórico y va a contribuir enormemente en la salud de la población y como señalaba antes, los más beneficiados serán los no fumadores. ¿Pero que pasa con los fumadores? Es muy poco probable que quien ya es fumador deje de fumar por la implantación de esta ley. Tal vez se consiga disminuir la aparición de nuevos fumadores, ya que, en el consumo de tabaco, existe una gran influencia social. El fumador muchas veces empieza a fumar por imitación.

El problema más grave respecto a los fumadores, el gran reto no resuelto, es el tratamiento y rehabilitación de la adicción al tabaco. Muchos fumadores quisieran dejar de fumar, pero no pueden. Es decir, muchos fumadores no fuman porque quieren sino porque no pueden evitarlo. Cualquier fumador que intente dejar de consumir tabaco sufrirá los síntomas físicos y psíquicos de un síndrome de abstinencia. Estos síntomas le pueden ocasionar graves trastornos en su entorno de trabajo y familiar, pero ¿a alguien le parece justificada una baja laboral para dejar de fumar? ¿cuantas personas acuden al médico para dejar de fumar? ¿conocemos adecuadamente los mecanismos de la adicción al tabaco? ¿qué tratamientos existen para dejar de fumar?

Mientras no se produzca un cambio en las mentalidad de la sociedad (especialmente de los médicos) y el sistema sanitario no reconozca la adicción al tabaco como una enfermedad no se lograrán verdaderos avances en su tratamiento y erradicación.

Un profesor de la universidad nos decía durante la carrera: “Imaginaos, allá por el año 2040 nadie fumará y cuando la gente piense en el siglo XX no comprenderán porqué inhalabamos a proposito una sustancia tóxica y mortal”

Tengo la esperanza de vivir para ver ese día.

Santiago Viteri | 29 de diciembre de 2010

Comentarios

  1. Olatz
    2010-12-29 17:32

    Creo que dejar de fumar no es tan difícil como lo piensan los fumadores y los no fumadores. Hasta septiembre fumaba un paquete y medio de cigarrillos, todos los días, y tengo 24 años. Lo dejé, porque no podía gastar tanto dinero tontamente, y no podía estar matándome tan descaradamente como lo estaba haciendo. Me costó al principio. Pero ahora estoy muy pero que muy orgullosa de mi misma. Sé que no puedo volver a fumar, porque será mi perdición, pero también sé que mi calidad de vida es mucho mejor ahora, que hace 3 meses. Espero que ahora con la nueva ley mucha gente se de cuenta, y se plantee como yo, de dejarlo de un día para otro, o de simplemente considerar que no se puede estar toda la vida fumando. Ni engordas, ni pierdes concentración, ni nada por el estilo. Simplemente te conviertes en un no-fumador. Y en estos tiempos, ser un no-fumador mola.

  2. Cesar
    2010-12-29 18:33

    Me sorprende tanto tu comentario Olatz que me cuesta creerlo, aunque supongo que el tiempo que lleva uno fumando también será un factor y que cada uno es cada uno.
    Yo dejé de fumar en enero (después de unos 18 años) y he aguantado 8 meses, he engordado unos 10 kilos y no he notado mejoría física sinceramente.
    Ahora me toca empezar otra vez a pasar por el proceso y no tengo para nada tu optimismo. Hay que hacerlo, y merece la pena, pero creo que los que empiecen deben tener claro que dejar el vicio es difícil, es muy difícil, pero con esfuerzo podemos conseguirlo y es una gran satisfacción ir venciendo.
    En cuanto al artículo lo que se comenta es algo que los no fumadores no suelen entender, el fumador tiene su adicción, es un incentivo muy fuerte que les empuja a defender su derecho a fumar por encima de la lógica. Esa es la explicación a mi juicio de que no hayan proliferado locales de no fumadores con la ley anterior.

  3. José Eburi Palé
    2010-12-29 22:41

    Paradojica y curiosamente, estamos en el siglo de los dogmas.
    Y en eso no hay grados.

  4. Valentín
    2010-12-30 11:35

    Yo cambiaría la frase “El consumo de tabaco es el factor de riesgo “evitable” más peligroso que se conoce” por una que dijera algo así como “El consumo de tabaco es el factor de riesgo “evitable” que más se conoce”, sencillamente porque (sin negar en ningún momento que el tabaco sea perjudicial) compensa e interesa que sea así. La reducción de consumo probablemente no será significativa para las arcas del Estado (que ya se encargará de subir adecuadamente los precios para compensar), pero permite una imagen de preocupación por el bienestar público muy ventajosa, además de inculcar en las mentes de la gente la idea de que ese “veneno” es el culpable de la mayor parte de los problemas sanitarios de una sociedad, desviando la mirada de otros factores tan importantes o más que quedan así convenientemente a salvo de satanizaciones (industria química, eléctricas, automóvil, alimentaria, etc). La gente se muere cada vez más pronto en las sociedades industrializadas (lo vemos cada día), fumadores y no fumadores, cuando se supone que los avances que nos rodean deberían haber provocado un salto cuántico en la esperanza de vida.
    Toda esta campaña está muy bien, pero a poco que el destinatario del mensaje sea consciente de la hipocresía del mismo, lo más normal es que haga omiso. Que prohiban; se les da como hongos. ¿Que es malo y mata? Prohiban. ¿No prohiben la marihuana y no se sabe de un sólo caso de muerte por el consumo de esa sustancia?
    Hipocresía, por doquier.

  5. José Eburi Palé
    2010-12-30 12:40

    Mas o menos, por ahí iba mi afirmación a cerca de los dogmas.
    Dogmas prefabricados, difundidos, erróneos, interesados, manipuladores y “distraidores”.
    Dogmas que, consciente o inconscientemente, son asumidos enigmaticamente por la población, como ciertos y con un espíritu de defensa a ultranza e incluso con violencia, además de intolerancia.
    Vamos, la nueva edad media, a la carta del poder.

  6. Cayetano
    2010-12-30 12:43

    Una cosita: Hace 8 años que conocí la unidad anti-tabaco mi hospital de referencia y ya entonces había amargas quejas de su personal por la falta de medios. Hace unos meses volví a encontrarme con su responsable, la cosa no ha mejorado, está aún peor.

    Los médicos de familia tambien se sienten impotentes ante la demanda y los escasos resultados obtenidos por programas orientados a la mera propaganda (o a vender productos milagrosos de tal o cual farmaceútica).

    En una palabra, los toxicómanos enganchados a la nicotina no son visto como enfermos ni cuentan con centros de desintoxicación orientados a resultados ni en número suficiente. Esto vale para la sanidad pública y la privada.

    En mi opinión, la solución pasa por prohibir por completo una sustancia tan adictiva y que tanto daño causa. A la vez un programa de rehabilitación que inevitablemente pasaría por la prescripción médica, a los adictos, de una dosis de nicotina controlada para evitar el mono mientras no exista voluntad del enfermo de dejar de consumirla.

    Los fumadores (y ex-fumadores) son enfermos y mientras no se asuma esta realidad mucho me temo que poco o nada se puede hacer.

    Otra solución es autorizar la plantación controlada y sin carga impositiva para autoconsumo :-)

  7. Santiago Viteri
    2010-12-30 12:58

    Gracias a todos por vuestros comentarios:

    @Olatz y Cesar:
    No todas las personas que fuman son adictas al tabaco. Algunas personas, tal vez el caso de Olatz, pueden dejar de fumar cuando quieren por que no tienen dependencia de esta sustancia. Sin embargo, existen muchas personas (la mayoría) que sufren adicción al tabaco en distintos grados de intensidad. La adicción al tabaco es de naturaleza tanto física como psicológica. En algunas personas lo que domina es la adicción física, por eso cuando intentan dejarlo sufren un síndrome de abstinencia (dolor de cabeza, malestar general, irritabilidad…) que puede durar al menos 2 semanas.
    Por otro lado, el hábito de fumar puede generar una dependencia psicológica y social. Se asocia el momento de fumar un cigarrillo con situaciones de placer, ocio, tensión, etc. De se modo se acaba produciendo un reflejo condicionado y determinadas situaciones intensifican el deseo de fumar. Es especialmente fuerte el efecto potenciador del tabaco en combinación con otras sustancias con acción psicoestimulante (café, alcohol, marihuana) . Por decirlo de alguna forma, unas adicciones refuerzan a las otras.
    En cualquier caso, mucho ánimo a los dos y no dudeis en consultar al médico si necesitais ayuda.

    @valentin:
    No lo digo por decir. El tabaco multiplica por 15 el riesgo de desarrolar cáncer, el alcohol lo multiplica por 4 y otros tóxicos los siguen muy de lejos.
    En nuestra sociedad (industrializada) la gente cada vez vive más. Las estadísticas indican que la esperanza de vida en España ha pasado de los 70 años en 1960 a los 81 años en 2008. Estoy de acuerdo contigo en que como sustancia nociva el tabaco debería prohibirse (igual que se prohibió el uso de asbesto como aislante en la construcción porque causaba tumores pleurales). Respecto a la marihuana, creo que es un debate complejo y da para una columna a parte.

    No niego que nuestra sociedad esté plagada de hipocresía y contradicciones, pero no tengo ninguna duda de que la ley antitabaco es una medida histórica que va a mejorar enormemente nuestra salud.

  8. Cayetano
    2010-12-30 12:58

    Y ahora en serio, uno de los mayores narcotraficantes de tabaco, Cesar Alierta, se marcha de rositas siendo culpable de los hechos de los que se le imputaban por el consabido método de prescripción de delito.

    Hace ya tiempo que escribí ésto: Narcotraficantes de tabaco y poder toda una lección para que nuestros niños aprendan ética y se dejen de las memeces que propugna el buenismo, el compromiso social, la moral cristiana y otros valores orientados a pacificar los ánimos de la chusma. Eso de soy “pobre pero honrado” solo te garantiza que acabarás siendo un esclavo (de la nicotina y del sistema).

    Por polemizar un poco

  9. Cayetano
    2010-12-30 13:48

    De momento no estoy por dialogar con otros comentaristas, luego veré, ahora solo alimento la máquina (ya he explicado esto alguna vez).

    Cada vez estoy más seguro de un hecho: A medida que el status social se va igualando entre el narcotraficante, el legislador y el médico quien acaba pagando el pato es el más priingado. nada nuevo.

    Es para explicarme la incapacidad (o voluntad) de los jueces y fiscales (similar status social) para procesar a quienes se han enriquecido a costa de la salud de millones de personas.

    Dejar de fumar (como dejar de participar en el circo democrático) es (puede ser) un acto revolucionario. Incluso va en contra del discurso sanitario imperante: Tomar en control de tu propia salud.

    Hoy, en España por ejemplo, es impensable un equipo con recursos suficientes y multidisciplinar de médicos y abogados capacitados desarrollando una demanda contra el Estado y la industria tabaquera.

  10. Santiago Viteri
    2010-12-30 14:00

    @José Eburi:

    Pues precisamente en la edad media se arrojaban basuras a las calles lo que ocasionaba epidemias y enfermedades a la población. Afotunadamente, el algún momento se promulgaron leyes, (dogmas si quieres) que prohibían arrojar basuras y la salubridad mejoró muchisimo. Si hablamos de esta clase de dogmas estoy completamente a favor de ellos. Igual que estoy a favor de regular los vertidos de sustancias tóxicas a en los ríos, en la atmosfera, etc. El humo del tabaco es tóxico y prohibir que se vierta en el ambiente de los espacios públicos es imprescindible.

  11. Cayetano
    2010-12-30 14:09

    Y ahora, expuesto lo anterior, Santiago Viteri, puedo decir que: Siendo una obviedad que el tabaco es perjudicial, esta Ley Antitabaco es una ley represiva que presupone que la mayoría de los ciudadanos son estúpidos y hay que llevarlos por el “buen camino”, es decir paternalista.

    Cierra las posibilidades de futuras demandas a los responsables de esta pandemia (la gripe A es un mal chiste comparada con los efectos del tabaquismo) y la posibilidad de dotar de recursos (vía expropiación de bienes a los culpables) a un plan para prevención y rehabilitación de la enfermedad

    Un saludo y espero haberme explicado

  12. José Eburi Palé (JEP)
    2010-12-30 16:42

    S.Viteri:
    >>Si hablamos de esta clase de dogmas estoy completamente a favor de ellos.<<

    Pues fijate que yo no admito, por principio, NINGUN dogma.
    Y mucho menos cuando ese dogma se me IMPONE por ley y, por su no aceptación, se me SANCIONA.
    Es obvio que esta actitud de los estados tiene un nombre, también obvio y clarísimo, que no estamos dispuestos a pronunciar. Lo cual hace más enigmática e inquietante la situación.

  13. paseante
    2010-12-30 16:55

    “José Eburi Palé (JEP)”
    “Pues fijate que yo no admito, por principio, NINGUN dogma.”
    Supongo que entonces verás bien que orine y defeque en la entrada de tu edificio. Y que luego no se me sancione, claro.

    Eso es sólo un ejemplo.

  14. Jaime
    2010-12-30 17:06

    Lo fácil que sea o no sea dejar el tabaco, como sucede con otras adicciones, es una cuestión genética. Hay quien se engancha y no puede parar, o le cuesta un mundo.

    Yo fumé más o menos ocasionalmente durante 8 años. Bueno, un paquete diario durante tres años de universidad, y luego, viviendo en el extranjero, donde fumar es un crimen, lo fui dejando. Al final lo dejé definitivamente y no me creo eso que dicen que uno es fumador para siempre. Mi excusa fue una mudanza, a un piso en el que no quería humos desde el primer día.

    Y no me costó tanto. Un poco de monillo al ver películas en las que la gente fuma, y al salir por los bares también.

    La ley antitabaco me parece perfecta, ya tardaba. Ahora falta que prohiban comprar comida basura a los menores de 18 años. Sería lo justo. Aquí es donde el estado tiene algo que decir.

  15. Santiago Viteri
    2010-12-30 17:36

    @Cayetano
    Acabo de comprobar con frustración que una extensa reflexión que había escrito antes comer en respuesta a tus comentarios no se ha publicado correctamente.
    Así que empiezo otra vez, aunque seguro que con menos ingenio que en mi texto anterior.

    ¿La ley es represiva? ¿Qué derechos vulnera? Fumar sigue siendo legal. También lo es cultivar tabaco y venderlo. Simplemente regula donde está permitido exhalar los humos tóxicos residuales de su consumo. Al aire libre, sí, en domicilios privados sí, en locales publicos cerrados no.

    ¿El estado actúa de modo paternalista? ¡Ojalá fuera eso! Desgraciadamente y como tú muy bien has expuesto y documentado el estado trafica con sustancias tóxicas y adictivas. Se enriquece al permitir el comercio de un veneno que nos mata lentamente. Si uno fuera consecuente, la única respuesta posible sería la rebelión armada. El estado está dejando que las tabacaleras nos usen como si fueramos ganado. Nos hacen adictos al tabaco, nos esquilman el máximo por cada dosis y finalmente dejan que muramos.

    En resumen, el tabaco habría que prohibirlo, del mismo modo que se prohbió el uso de asbesto como aislante en la construcción cuando se descubrió que ocasionaba cáncer de pleura. ¿Quién se queja de que hoy en día ya no le dejen utilizar asbesto? (por cierto @JEP ¿no estás también contra de esa ley? quizá sientas que están coartando tu libertad y tu derecho a vivir en una casa hecha con asbesto por culpa de un dogma fascista)

    Pero volvamos un momento a la ley que propuesta por el ministerio de sanidad. Sigo defendiendo que esta ley es una mejora sustancial con respecto a la situación actual. La población va a estar mucho menos expuesta a humos tóxicos gracias a ella.

    Desde luego no es más que un parche, no va al núcleo del problema. Pero, ¿Por qué crees que cierra la posibilidad de futuras demandas y la dotación de recursos para tratar la adicción al tabaquismo? Es decir, los fumadores no van a desaparecer….

  16. Ana Lorenzo
    2010-12-30 17:42

    Yo he dejado de fumar tres veces en serio: las dos primeras, en los embarazos y respectivas lactancias de mis hijas. Ahí no me costó nada, creo que la alegría de tener un hijo me hizo olvidarme hasta del síndrome de abstinencia; además, los cambios hormonales seguro que ayudaron. Volví, como dice Cayetano, todo ex fumador (uy, la RAE me va a decir que ahora va junto, justo ahora que ya me había acostumbrado a poner ex lo-que-sea separado) es ex fumador de por vida, y si bajas la guardia, una calada te lleva a un cigarro, y este a un paquete: pueden pasar días, pero llega.
    Cuando volví a dejarlo, me costó bastante, pero me había puesto una fecha, había ido anotando los cigarros que me fumaba, las razones por las que fumaba y las razones por que quería dejarlo, gracias a un cuaderno de no sé qué hospital, que, además, me prestó ayuda vía Red. Estuve tres años y medio. Hoy en día fumo de nuevo, y ando buscando una fecha que he atrasado ya dos veces, una que no sea ni el 1 ni el 2 de enero, mejor el 16 o algo así. Sé que me va a costar, sé que estoy harta de oír decir a la gente, incluso a mi madre, que esta es la peor droga que hay (ah, claro, que los porros no se hacen con tabaco mezclado; que si hubiera un heroinómano, un cocainómano y un fumador, mi bebé se lo iba a dejar a uno de los dos primeros, ja), porras, que el tabaco trastorna lo mínimo, aunque enganche lo máximo: nadie en su sano juicio dejaría a cuidar del bebé a un heroinómano o a un tío trastornado por el éxtasis y sí a un fumador que, simplemente, apagaría el cigarro por no ahumar al niño.
    La ley, ay, la ley. Me gusta porque hay más espacios donde respirar; me parece hipócrita mientras en los colegios e institutos públicos, al menos aquí, el porretas es inofensivo y el fumador prácticamente un asesino que, para colmo, gasta inútilmente el dinero de la sanidad: pero si en impuestos y en no pagar la pensión desde los 65 hasta los 85 ya se les quintuplica el beneficio.
    La ley, que un tal Jaime quiere que regule también el acceso a la comida basura a los menores de 18 años.
    Caramba, a mí tanto entrometimiento por parte del Estado me parece que es de chiste: vamos a hacer que los médicos decidan si se informa o no a los padres si una chica de 16 aborta (el aborto es algo nimio, ¿sabes?, no conlleva trastornos emocionales ni fisiológicos ni hormonales), vamos a bajar las pensiones de los mayores (que no están indefensos como niños; bueno, claro, no Botín ni Florentino Pérez —¿que no llegan a los 65? amos, anda, eso no me lo creo… bueno, no lo sé de seguro, la verdá…— pero vamos a regular por encima de los mayores de 18 si se come sano, ja, ja. A mí me encantan estas contradicciones, que no paradojas. Olé.
    Por cierto, que dejar de fumar es más simple que nada, ahí está nuestro corresponsal Jaime Rubio escribiendo sobre ello en Débiles y cobardes «Cuando les referí este hecho a mis amigos, algunos de ellos se atrevieron a decir que lo mío no tenía ningún mérito, ya que yo no había fumado en mi vida. Indignado, sin soltar una sola palabra y a pesar de los peligros de una posible recaída, le agarré un cigarrillo a uno de esos envidiosos, me lo encendí y aspiré el humo. Después de toser sangre durante tres cuartos de hora, apagué el pitillo sin ni siquiera sentir la necesidad de acabármelo y les miré con mirada de “¡ja!” Sí, lo había vuelto a hacer. Había dejado el tabaco dos veces el mismo día. Y en esa ocasión, después de fumar. Ya nadie me podía reprochar nada.
    Y lo más importante: ni siquiera había engordado.
    Está mal que lo diga yo, pero es que soy la hostia.»
    Vayan, vayan a leerlo; no tiene desperdicio y pone de buen humor: y eso sí que es sano, hacer reír.
    Un beso. [Santiago, siento haberme explayado tanto :-(]

  17. JEP
    2010-12-30 18:22

    Que complicado es comunicar claro y conciso en internet.
    paseante:
    Yo soy fumador y no, no se me ocurriría ir a fumar a tu casa.

    Esta sociedad funciona por flahses que acaban por convertirse en dogmas, el poder de convicción de las campañas mediáticas, y más con el dinero público, es inmenso y convierte ciudadanos en jueces implacables e intolerantes.
    Se han dado aquí argumentos muy válidos y de sentido común, otros, NO.
    Solo digo:
    1 Si yo soy fumador.
    2 Si un determinado establecimiento hostelero, en uso de su libertad, (derecho de admisión), decide permitir fumar a sus clientes.
    3 Si en aras de esa libertad, el resto de clientes no fumadores o susceptibles, puede elegir OTRO establecimiento.
    4 Si a mí me apetece tomar en invierno un café caliente con un amigo y, por supuesto, fumarme un cigarrillo.
    5 Si yo soy libre, el dueño del establecimiento también, otros clientes también, para irse al establecimiento de al lado o tolerar la situación.
    6 ¿Dónde está el problema?
    7¿Dónde está el sentido común?
    8 ¿Dónde está la libertad, libertad, …..sin ira libertad?
    Cayetano:
    Por cierto, el tema del asbesto está cogido por los pelos:
    A El asbesto es dañino para todo el mundo.
    B Tiene sustituto inocuo.
    C Y sobre todo, no produce dependencia, es decir, no interacciona con el individuo provocándole una adicción de la que no puede salir a toque de decreto y sin ayuda del mismo estado que facilitó que así ocurriera.
    D SI, hipotética e intelectualmente, reclamo mi derecho a vivir en una casa construida con elementos de asbesto, si mi libertad me lo dicta y la casa es solo mía; ya que, además, el asbesto solo es nocivo cuando se manipula, se mueve, o está en contacto directo con el organismo.

    El poder de los Estados es de tal calibre, que traslada a la ciudadanía determinadas polémicas, baladís en si mismas.
    Se acabó el sentido común.
    Se acabó la urbanidad.
    Se acabó.
    ¡Viva la prohibición!

  18. Cayetano
    2010-12-30 18:22

    #Santiago:

    No te preocupes por entablar, aquí, un debate civilizado ni te apures si me contestas o no. Sin embargo agradezco la interacción :-) Preguntas:

    ¿Por qué crees que cierra la posibilidad de futuras demandas y la dotación de recursos para tratar la adicción al tabaquismo?

    Me lo explicaron (no encuentro un enlace que he perdido) a raiz de ésta demanda presentada por la junta de Andalucía a las Tabaqueras y el Estado. La estrategia es demorar las sentencias, absolutamente todas las que se presenten, hasta que sea válido el argumento de que el consumidor estaba informado de los riesgos y que los asumía “voluntariamente” (los famosos avisos en las cajetillas no son inocentes).

    Esta ley, lo que he leido y entendido, no establece sanciones al fabricante por ocultar compuestos añadidos al tabaco y donde afirma que es 100% natural (que ya de por sí es cancerígeno, etc.). Lo que hace la Ley es eximir a las tabacaleras de cumplir otras leyes de consumo y hacer que la responsabilidad recaiga en el consumidor: Único culpable de la enfermedad. Para argumentar algo asi: Te dije que la lejía era caústica y no la bebieras, etc.

    El problema es que los “anuncios” en cajetilla no estaban hay hace años o se ocultaba información (aunque siguen ocultando información) y hay que esperar a que se vayan muriendo los no tan culpables, de hay el afan por demorar juicios. Esto lo explicaba mejor un abogado, yo lo hago mal. Sigo

    Yo viví la pesadilla de los 80 con la heroina, amigos y conocidos caían como moscas, se tardó mucho en entender que un adicto a la heroina era un enfermo y no un vicioso delincuente que tenía que ser castigado.

    No hemos aprendido nada, para empezar evito contar mi caso consciente de que esto nos lleva a un falso debate. La ley, criminaliza de hecho al fumador, lo cosifica como un enemigo a batir sin entrar en matices (es un vicioso maleducado que ha escogido su situación) y leña al mono … no a la Tabaquera ni al Estado verdaderos beneficiaros de este, al parecer, horrendo vicio. Y en esas estamos.

    A medida que transcurra el debate, aquí, jugaremos entre fumadores y no-fumadores y solo se admitirán en club de los buenos aquellos fumadores que inclinen la cabeza y entonen el mea culpa y prometan intentar dejarlo (que no se bien como lo harán si se emplea el método de humillarlos). Mal asunto si la discusión marha por esos derroteros.

    En otro ratito tengo que responder a: _¿La ley es represiva? ¿Qué derechos vulnera? _

    Mientras escribo veo el comentario de Ana, solo decirle que no se desanime, que dejarlo puede ser realmente duro, hay que intentarlo cuantas veces sea necesario (sin sentirse nunca culpable) y buscando el método que aa cada uno le funcione. Jamás tengas verguenza de pedir ayuda siempre que la necesites :-) Eso si, cuidadín con los estafadores, método fácil creo que no hay.

    Saludos

  19. JEP
    2010-12-30 18:43

    Por cierto, en aras de mi libertad y como alguien ha mencionado por aquí, a modo de actitud libertaria al máximo, albergo la secreta intención de intentar de dejarlo.
    ¿Alguien tiene algún consejo?
    Lo digo porque en algún lugar leí, en boca de una persona médica cualificada, que para un fumador de larga trayectoria, el dejarlo de golpe podía tener efectos secundarios no recomendables, según las últimas investigaciones.
    Había pensado dejarlo en dos fases.
    1 50%
    2 0%

  20. Cayetano
    2010-12-30 18:47

    #José Eburi Palé: No se si to he entendido bien, pero tema del asbesto no lo he sacado yo, o es que te refieres a otra cosa ;-)

    Para dejar de fumar no hay consejos, como mucho pautas generales, y experimentar: No hay otra. Un médico puede ayudar, tambien un brujo (la fe obra milagros)

    Saludos

  21. JEP
    2010-12-30 19:38

    Cayetano:
    Cierto, fue comentario de Viteri, perdona.
    Gracias por el consejo.

  22. paseante
    2010-12-30 19:43

    JEP

    Yo no digo hacer eso en tu casa, sino en la calle, que da justo delante de tu portal.

  23. Santiago Viteri
    2010-12-30 19:51

    @JEP:
    “Los no fumadores o susceptibles son libres para irse a otro sitio o para tolerar la situación.” La verdad es que no sé que decir a esta frase, chico. Cuanto más la leo menos la entiendo. ¿Qué entiendes tu por libre?

    @Ana:
    La salud es un derecho, pero afortunadamente no un deber. Así que el estado no puede obligarnos a comer sano, ni a hacer deporte, ni a no beber demasiado alcohol ni a tantas otras cosas. Además, de algo hay que morir, ¿no?

    El estado sí que debe regular y controlar aquellos factores que pueden afectar a la salud de la población. Por ejemplo, regula los vertidos de sustancias tóxicas, trata las aguas fecales, regula el uso de pesticidas…

    Por eso es especialmente terrible que el estado (y en realidad todos los estados occidentales porque yo no conozco ningún país en el que esté prohibido fumar) hayan permitido que se organice un negocio multimillonario alrededor de una sustancia que es adictiva y tóxica. La adicción es la clave, porque anula la libertad. Y las tabacaleras que lo saben, incrementan la adictividad tanto como pueden sin importarles el daño que ocasionan.

    @Cayetano:

    Si se pretendiera prohibir el tabaco de golpe (que no se prentende, pero bueno) probablemente sería un desastre. Mira lo que pasó en EEUU con la Ley seca. Gracias a la nueva ley se reconoce un poco más el efecto dañino del humo. Se pone al tabaco en el punto de mira. Se encienden debates como éste. Es un gran avance si pensamos en que no hace tanto tiempo incluso los médicos pasaban visita fumando…

  24. Santiago Viteri
    2010-12-30 20:06

    @JEP

    Respecto a los consejos para intentar dejar de fumar.

    1- Empieza el proceso cuando estés completamente decidido y motivado para hacerlo. Las recaídas desaniman mucho y son contraproducentes.

    2- Averigua si tu dependencia es más física o psicológica. La dependencia psicológica intensa suele requerir algún sustitutivo del cigarrillo para pasar el mono (parches, chicles, etc) Las personas con dependencia física intensa suelen fumar antes de desayunar por las mañanas (ya que que tienen cierta deprivación por el periodo de sueño)

    3- Sería util que evitaras esos pequeños rituales que asocias al tabaco (por ejemplo el de tomar un cafe con un cigarrillo después de comer) Si cambias de hábito tal vez no extrañes tanto el cigarrillo.

    4- Comunica a la gente de tu entorno que estás dejando de fumar y pídeles que sean comprensivos si durante unos días estás nervioso o irascible. Si tienes muchas ganas de fumar, apoyate en alguien que te anime y te recuerde porqué querías dejar de fumar.

    5- Si lo haces en fases, intenta ser estricto. Es muy facil caer en el “Bah, por uno más no pasa nada”

    ¡Mucha suerte!

  25. Cayetano
    2010-12-30 21:53

    Bueno #Santiago lo voy a tener que dejar por hoy. Toca brevedad: Entiendo perfectamente que la moderación y los sistemas correctivos escalados con suavidad permiten evitar conflictos sociales graves. Sea pues.

    Dado que, según vamos comprobando los parámetros éticos dentro de los que se mueve (y ha movido) este sistema, que nadie se queje si aún van a peor. Especialmente para los enfermos crónicos (sea por el tabaco u otras causas indeterminadas) que no tengan apoyo familiar o bien forrado el riñon. Porque la asistencia sanitaria universal y gratuita se va acabando … gracias precisamente a que las leyes protegen al pícaro y al sinverguenza (que vacía arcas comunes, antes llenas).

    Si no va a poder ser (porque el delito prescribe) meter en chirona a determinados fulanos quizás me importe, cada vez menos, este sistema donde siempre ganan las fieras. Es decir: Sálvese quien pueda y si fumas (o has fumado) y enfermas te jodes: aquí paz (cementerio) y allí gloria (hospital que tu aseguradora dice que mereces segun renta)

    Me extiendo y no debiera, pues seguro que más de uno tiene algo que contar.

  26. Cayetano
    2011-01-10 03:46

    Una iniciativa muy interesante (de las que a mi me gustan) Mi vida sin ti

  27. Rosie
    2011-01-10 19:23

    Voy a intervenir des de un punto de vista algo “excentrico”: no he fumado en mi vida (bueno, el equivalente a un paquete quizás en toda mi vida, y la mitad no era tabaco). Mis padres no fumaban, mi pareja tampoco, y en mi lugar de trabajo no se ha fumado nunca. Asi que mi exposición al humo ha sido puramente “social” y los problemas de dependencia al tabaco me son bastante ajenos.

    La ley no me parece mal en absoluto, aunque en mi caso la única diferencia sera salir de copas sin que me huela la ropa despues. Lo que no quita que su gestación, y el debate publico generado no tenga inconsistencias graves que se deberían poder debatir sin caer en la descalificación facil.

    1. Hablemos primero de mentiras, grandes mentiras y estadísticas, el tema del tabaquismo, especialmente el pasivo, es merecedor del titulo “mintamos por una buena causa” de la decada (ex aequo con cualquier estadística relacionada con el feminismo). No me quejo de los estudios científicos, que suelen ser comedidos y prudentes (todos, no solo los que estudian el tabaquismo), sino de cómo se transmiten sus resultados via medios de comunicación y campañas políticas. Los blogs dedicados a detectar estupideces numericas en los medios tienen el tema calado:
    -Busquen “tabaco” en Malaprensa. http://www.malaprensa.com/
    -Wonkapistas: http://wonkapistas.blogspot.com/search?q=tabaco

    2. Cualquier discusión sobre el tema parece polarizada entre “puedo fumar donde me de la gana, por algo pago impuestos” y “ahora podré ir al bar sin que me envenenen”. Las dos posiciones son, ejem, algo extremas. La primera porque nuestra sociedad esta llena de regulaciones en cuestión de salud y seguridad que no consideramos en absoluto liberticidas. La segunda porque parece que tomarse una caña al lado de un fumador y que el fumador en cuestión te ponga cianuro en el vaso sea lo mismo, lo cual es rotundamente falso. Un anecdato propio: por un resfriado pertinaz fue al neumologo, que me hizo pruebas y me felicitó por no haber fumado nunca. Mi exposición “social” no aparecía por ninguna parte en los analisis. En el tema del tabaquismo pasivo, se ruega no exagerar, acaba por ser contraproducente. Como decía Wonkapistas http://wonkapistas.blogspot.com/2006/09/no-esta-nia-no-fuma-un-paquete-al-da.html

    3. El estado si que podría hacer mas, especialmente a nivel de impuestos (algo mas facil que gestionar programas de deshabituación). Por razones familiares, voy a Inglaterra bastante a menudo. Mi suegra inglesa nos suplica siempre que le llevemos tabaco. La razón: en España es LA MITAD de barato que en Inglaterra. No hay otro artículo de consumo donde haya detectado tal enorme disparidad de precios, que es exclusivamente atribuible a los impuestos. Freir a impuestos a los fumadores no me parece mala idea, a veces la cartera puede pesar mas que la salud. Especialmente a nivel del hogar, donde la ley no va a tener impacto directo… En nota diré que lo de proporcionarle tabaco barato a mi suegra es un bonito dilema moral ¿le subvencionamos la adicción o vemos como se gasta su escasa pensión en cigarrillos? Lo ideal sería que lo dejara, pero la buena señora no está por la labor (base sin la cual ningún tratamiento es efectivo, punto).

    4. Sobre como desengancharse, ya digo que no puedo aportar experiencia propia. Por lo que he visto a mi alrededor, la adicción me parece más psicológica que física. He visto muchos casos de fumadores que lo pueden dejar un tiempo, pero despues recaen. Mi suegra sin ir mas lejos dejó de fumar tres semanas que estuvo ingresada en un hospital sin poder levantarse de la cama. No la ví con un sindrome de abstinencia de heroinomana, la verdad. Pero me dejó a cuadros que despues lo retomara. Entiendo que es una adicción, pero asimilarla a las drogas duras es otra exageración que me parece contraproducente.


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