La salud, la enfermedad y sus tratamientos son una fuente inagotable de noticias, suplementos especiales y comentarios con la vecina. Una gran cantidad de entendidos de salón y “expertos” en salud opinan sin criterio mientras que la clase médica suele responder con tecnicismos incomprensibles que solo aumentan la confusión. Por eso, Santiago Viteri (médico especialista en Oncología), escribirá una columna sencilla sobre medicina el 29 de cada mes. Porque él siempre tiene una segunda opinión y si hace falta, muchas más.
Ayer participé como invitado en un coloquio sobre la reforma del sistema de salud estadounidense organizado por la sección “Barcelona” del colectivo Democrats Abroad . Mi participación tenía el objetivo de que pudiese explicar de forma breve y concisa el funcionamiento de nuestro sistema de salud pública (una tarea nada fácil, por cierto). En el coloquio también estaba invitado otro médico español que había trabajado mucho tiempo en el Reino Unido y podía dar una visión sobre el National Health Service británico, aunque, desgraciadamente, debido a una urgencia quirúrgica no pudo asistir.
Durante el coloquio se proyectaron varios videos de la película Sicko de Michael Moore y otros documentales y entrevistas con el fin de ilustrar los problemas que presenta el sistema actual y explicar en qué consiste la reforma que propone Obama para la sanidad estadounidense y que se llevará al Senado la semana que viene.
¿Propone Obama un cambio radical del sistema desde una medicina cubierta por seguros privados a una Seguridad Social pagada principalmente por el Estado con el dinero de los impuesto como en España? La respuesta es: no, ni remotamente. De hecho, un sistema sanitario “single-payer” (donde el Estado paga la sanidad con partidas del presupuesto nacional) fue descartado desde el principio y muchos sospechan que los lobbies de presión de las compañías farmacéuticas y las compañías de seguros tienen un pacto desde hace décadas con la Casa Blanca para que esta clase de reforma nunca se lleve a cabo.
En pocas palabras, el actual presidente de los Estados Unidos propone la creación de una compañía de seguros pública a la que cualquier ciudadano pueda inscribirse libremente pagando una póliza a cambio de recibir atención sanitaria. La gran diferencia con las compañías privadas sería el precio. El seguro público podría ser mucho más barato ya que :
– No tiene ánimo de lucro – Al ser una compañía del Estado tendría poder para negociar mejores precios con los proveedores de salud – No requeriría los tramites burocráticos de autorizaciones que suponen hasta un tercio del coste de los servicios de una compañía privadaAsí pues, si la gente pudiera hacerse de un seguro público mucho menos costoso y que les brindara la atención sanitaria, los seguros privados no tendrían más remedio que disminuir los precios exorbitantes de sus pólizas para poder competir.
La semana que viene la reforma será evaluada en el Senado. Si hubiera 60 votos a favor el proyecto podría progresar pero si los demócratas no llegan a esa cifra comenzará un proceso de enmiendas y contraenmiendas mediante el que los republicanos podrían bloquear la reforma indefinidamente. Actualmente, los demócratas cuentan con 60 senadores de los cuales 57 están claramente a favor de la reforma. Respecto a los otros tres senadores, se sospecha que puedan tener importantes conflictos de intereses (económicos) con las empresas farmacéuticas y de seguros privados.
2009-10-29 12:17
El mayor problema que presenta el estadounidense actualmente es la diferencia de coberturas (y muchas veces el asegurado descubre demasiado tarde que la suya no era la idónea) y, por supuesto, el que muchos no puedan permitirse ni el más barato de los seguros.
El sistema español en comparación no es malo. Socialmente está bien planteado en universalidad y recursos. Sin embargo presenta graves problemas de funcionamiento.
Por un lado hay un abuso de los usuarios que produce una demanda artificialmente inflada.
Pero también, el estado absorbe y administra el 90% de los recursos sanitarios lo que lo convierte en un paquebote enorme, difícil de gobernar y cuya estanqueidad económica es incontrolable.
Además su financiación está mezclada con otras prestaciones sociales, como el paro o las jubilaciones, con lo que al final nunca sabremos cuánto estamos cotizando por nuestra cobertura sanitaria.
En definitiva, un sistema sanitario bueno es un sistema que funciona bien; y de esos, parece ser, hay pocos. Algunos dicen que el cubano, al menos a Fidel lo tratan bien.
2009-10-29 15:00
Aquí explican el plan de reforma estadounidense y sus conflictos con servilletas de papel:
http://www.slideshare.net/danroam/healthcare-napkins-all
Es una presentación brillante.
2010-01-05 03:09
Actualizando: la reforma se aprueba en el Senado con modificaciones. Y en el siguiente enlace interesantísimas reflexiones sobre el tema.
http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/paul-krugman/columna180008-nuevas-de-consolacion