Jose Antonio del Valle escribe la bitácora Vidas Ajenas y ha colaborado en www.Stardustcf.com y www.Bibliopolis.org. Los anales perdidos se publica el día 22 de cada mes y trata de ser una mirada a personajes e historias medio olvidadas por el tiempo.
Sanz Briz fue un diplomático maño que en marzo de 1944 era secretario de la embajada española en Budapest cuando el almirante Horthy, regente de Hungría, fue obligado por Hitler a nombrar un gobierno pronazi encabezado por Döme Sztojay. Inmediatamente comenzaron a aplicarse en todo el país y particularmente en Budapest las medidas antijudías que eran la norma en los países ocupados, empezando por la obligación de llevar la estrella de David y terminando por la deportación. En mayo el ministro de España en Budapest Miguel Angel Muguiro informó al gobierno de la situación. En aquel momento nuestro país no había reconocido aún al gobierno de Sztojay y en junio Muguiro tuvo que abandonar el país acusado de haberlo impedido con sus informes, no sin antes haber tramitado los visados que salvaron a 500 niños. De esta manera Sanz Briz quedó convertido en el representante oficial de España en Hungría. En julio Sanz Briz calculaba en medio millón el número de judíos deportados y había empezado a conceder visados con los que 1684 judíos pudieron huir a Suiza. El 15 de octubre el almirante Horthy fue detenido, y llegó al poder Ferenc Szalasi el líder de los nazis húngaros. Inmediatamente la persecución contra los judíos se endureció. Mientras Sanz Briz había conseguido que se le permitiera extender pasaportes españoles para los judíos sefarditas de la ciudad. Estaba autorizado a conceder 200, y como sólo encontró 45 sefarditas empezó por repartir el resto entre judíos asquenazíes que eran mayoría en Budapest. Luego se le ocurrió el subterfugio de conceder pasaporte a 200 familias en vez de a 200 individuos, y finalmente acabaría por dar pasaportes a miles mediante diversos trucos. En noviembre se obligó a los judíos protegidos por países neutrales a concentrarse en un gueto, desde el que serían deportados, por lo que Sanz Briz, siguiendo el ejemplo del diplomático sueco Wallemberg, alquiló varias casas y las presentó como “Anexos de la embajada de España” lo que impedía que se llevaran a los refugiados en ellas. Finalmente consiguió que el gobierno español, ante la presión internacional, le diese permiso para actuar a su entera discreción. En aquel momento había miles de refugiados en las casas de la legación española en lugar de los 300 que a duras penas había conseguido que aprobaran los húngaros. Cuando éstos se dieron cuenta le insistieron en que debían deportar al resto. Sin embargo gracias a un generoso donativo al gobernador alemán y a sus insinuaciones de que si le permitían seguir con lo que estaba haciendo el gobierno español podía mediar con los aliados para lograr un armisticio con Hungría, consiguió que las “casas españolas” fueran respetadas. Finalmente Sanz Briz tuvo que abandonar Budapest el 30 de noviembre ante la insistencia del gobierno de que no debía de caer en manos de los rusos, dejando la legación española en manos de Giorgio Perlasca, un italiano que había combatido con los nacionales en la guerra civil y que, haciéndose pasar por el nuevo embajador español, consiguió mantener a los refugiados a salvo hasta que llegaron los rusos. En total se calcula que gracias a Sanz Briz, Muguiro y Perlasca se salvaron unas 5000 vidas.
Tras la guerra, el régimen de Franco hizo todo lo posible por distanciarse de los que habían sido sus aliados, y poco a poco fue entrando en el concierto internacional sobre todo gracias a la nueva coyuntura de la guerra fría. A principio de los 60 a España le interesaba entrar en las nuevas instituciones europeas de reciente creación (la CEE nació en 1957) pero se encontró con un escollo inesperado; la oposición del estado de Israel al que no había querido reconocer Franco hasta entonces y que se dedicó a presionar para la exclusión de nuestro país por su anterior colaboración con los nazis. Por ello a partir de 1961 se ideó una campaña de lavado de cara en la que fue parte vital el Ministro de Información y Turismo Manuel Fraga. Dentro de esta campaña en los medios de comunicación destacarán la programación de varias películas sobre el Holocausto en el Festival de Cine de Valladolid del 61; la visita del historiador judío Isaac Molho, al que se le mostró una España en la que se le tiene gran aprecio al pasado conjunto de ambas culturas y que acabó siendo el principal vocero de la propaganda del régimen y, finalmente, la publicación de varios libros en Estados Unidos con la intención de que los judíos americanos supieran lo que Franco había hecho por sus correligionarios durante la guerra. La campaña culminará en 1963 con una entrevista en la que Sanz Briz, por aquel entonces Cónsul General en Nueva York, contaba a Molho como todo el mérito de sus acciones se debía al generalísimo.
Sin embargo parece bastante probado que la postura del régimen durante la segunda guerra mundial fue de desentendimiento ante el problema judío. Hay pruebas de que, si bien fueron muchos los que consiguieron salvarse a través de España, el gobierno español representado por su ministro Serrano Suñer rechazó en varias ocasiones los ofrecimientos de repatriación de sefarditas hechos por los propios alemanes, como en los casos de Francia y Grecia, donde muchos fueron deportados gracias a la falta de respuesta por parte de España. Además el paso de refugiados y sobre todo su establecimiento en nuestro suelo fue impedido siempre que la coyuntura internacional así lo hacía posible por nuestras autoridades, incluso concluida la guerra para evitar la formación de un núcleo judío mal visto tanto por las autoridades como por la Iglesia. De manera que se puede decir que si España tuvo que ver en la salvación de miles de judíos durante la guerra fue sobre todo gracias a acciones personales de diplomáticos como Sanz Briz, nombrado por ello “Justo de la humanidad” por el estado de Israel, y no porque el régimen se preocupara especialmente de ello.
_______________ALGUNAS FUENTES
2006-03-13 16:45
Enhorabuena por la columna. El artículo es muy interesante, aunque le deja a uno con ganas de saber algo más de este Briz: ¿por qué arriesgarse tanto? ¿Por qué si era franquista (si no entendí mal, era un enviado del régimen a la zona) se preocupó tanto por los judíos?
2006-03-13 17:42
Hombre, eso es lo que defienden los historiadores actualmente, que los diplomáticos españoles que actuaron en favor de los judíos lo hicieron por su propia iniciativa. El hecho de ser franquista o fascista (como Perlasca parece que lo fue) no te convierte en un asesino ni en insensible por narices. Entre los franquistas había mucha gente razonable.
2006-03-13 17:56
No lo dudo en absoluto, pero estamos hablando de un franquista con responsabilidades en el Gobierno, consul o similar, y que se jugaba muchísimo (¿la vida?) con esas ayudas.
2006-03-14 10:44
Hombre, su merito tiene, si hubiese hecho lo fácil no se le reconocería su labor. Pero tened en cuenta que al final al régimen le vino bien por la presión internacional. Por cierto, he encontrado por ahí una película sobre Perlasca, igual os interesa http://www.bibliopolis.org/pantalla/pant0058.htm
2007-11-16 18:32
Sólo tenéis que ir a Polonia y hablar con los supervivientes de la SGM para descubrir que a Franco le adoran.
El Gobierno Español durante la SGM intervino directamente en la salvación de aproximadamente 20.000 judíos (de los cuales, ni más ni menos que 5000 fueron salvados gracias a Sanz Briz y Perlasca). Es normal que el Gobierno Español no lo hiciese de formal oficial; el que no lo entienda es muy corto de miras.
Muchos franquistas cometieron durante la Guerra Civil atrocidades; y algunos después de la guerra… Los historiadores serios, cuando comparan lo que sucedió a manos nacionales en la Guerra Civil y la represión posterior, reconocen que, comparado con lo que hicieron las fuerzas “republicanas” (no olvidéis que el primer republicano que defendió la II República fue Franco, hasta que se convirtió en un régimen anárquico-comunista y sin libertades democráticas), o comparado con lo que hicieron los aliados durante y tras la SGM, fue insignificante; en esos años los vencedores de una guerra eran muchísimo más crueles. El Gobierno de Franco evitó muchos males mayores de fanáticos extremistas del bando nacional, porque también eran arrestados, juzgados e incluso algunos fusilados por sus atrocidades.
¡qué poca historia se conoce! ¡qué poca! ¡qué manipulación! ¡y qué pena!.
¡Salud!
2007-11-16 19:56
Es cierto: Qué pena.
2009-03-02 22:59
Alberto Houtin en el prefacio a su obra:Breve Hostoria del Cristianismo dice:”..no he dejado un momento de inspirarme en tres preceptos de honestidad pagana que me fueron enseñados en mi juventud por el Papa León XIII: “La primera ley de la historia consiste en no atreverse a mentir; la segunda, en no temer decir la verdad; la tercera, que el hisoriador no despierte la sospecha de adulación ni de animosidad”. Las actuaciones aisladas de algunos funcionarios diplomáticos españoles a finales de la 2ª Guerra no se debe confundir con la posición,sobre la cuestión Judía, del Gobierno de Franco en 1944.
2009-03-03 03:48
Sobre el tema recomiendo encarecidamente “Los judios en España” de Joseph Perez. El autor a pesar del apellido es francés, y un especialista en la historia de la inquisición. Escribió el libro al darse cuenta de que no había ninguna visión general del tema, solo historias parciales. Y es eso, la historia de los judíos en la peninsula des de la antiguedad al siglo XX. Es un libro no muy grueso, de divulgación pero escrito por un especialista de primer rango que disipa algunos mitos y confirma otros.
Sobre el tema del post, Perez es bastante taxativo. Lo que hizo Franco es menos de lo que pudiera haber hecho, y mas de lo que se esperaba de el. O sea, podría haber extendido la protección a los judios sefardies, cierto. Pero tambien cierto que para ser un regimen fascista aliado de los nazis, su antisemitismo era muy light y se limitaba mas bien a los discursos. Perez indica algo que los historiadores serios saben bien pero a nivel popular no, que el nazismo y el fascismo (italiano y español) tienen puntos en comun pero el antisemitismo racial no es uno de ellos. Por ejemplo indica que los judios con pasaporte español merecieron una protección rigurosa que por ejemplo nunca tuvieron los republicanos que cayeron en manos de los nazis. Eso a los ojos de Perez indica claramente quien era el enemigo. Los judios para Franco eran en el peor de los casos un mal menor, e incluso segun Perez había cierta influencia en Franco del filosefardismo del siglo XIX. Otra cosa es que estuviera dispuesto a extender pasaporte o visado a miles de refugiados judios en España. Algo que en los años treinta muchos países impecablemente democráticos tambien se negaron a hacer, no lo olvidemos.
2009-09-22 04:01
Me causo sorpresa y orgullo al saber que un pariente mio al que nunca conocí y estando tan lejos, haya ayudado a salvar a tantas personas que tenian sus vidas en peligro. Me hubiera gustado conocerlo, me parece lo máximo.
2011-04-12 10:21
Te daré una referencia sobre lo que buscas, aunque está en inglés:
Isabel Rhor. The Spanish Right and the Jews.
2012-11-11 23:50
Sean de los nacionalismos que sean, dentro de cada persona esta la humanidad y la conciencia de cada individuo.
Gracias, Sanz Briz, por todo lo bien que hizo.
Todos somos hijos de Jehova, lo queramos o no, ese es su NOMBRE.