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Los anales perdidos por Jose Antonio del Valle

Jose Antonio del Valle escribe la bitácora Vidas Ajenas y ha colaborado en www.Stardustcf.com y www.Bibliopolis.org. Los anales perdidos se publica el día 22 de cada mes y trata de ser una mirada a personajes e historias medio olvidadas por el tiempo.

El periplo de la tortuga

Testudo o tortuga
La primera vez que supe de la historia de la fundación de una ciudad por soldados romanos en la antigua China fue hace más de 15 años, leyendo la biografía de Atila de Mario Bussagli, en la que esta anécdota aparece mezclada con la discusión sobre el origen de los hunos. Desde entonces me la he vuelto a encontrar un par de veces en sendos libros sobre la ruta de la seda y muchas más en artículos en internet, y siempre ha estado rondando mi cabeza la posibilidad de escribir una historia de ficción sobre el tema porque, como veremos, es capaz de despertar la curiosidad y la imaginación de cualquiera.

La cosa comienza con la derrota de Marco Licinio Craso frente a los partos en Carras, en el año 53 A.C., un desastre en el que perecieron la mitad de sus 40.000 hombres y otros 10.000 fueron hechos prisioneros. Estos últimos habrían sido trasladados a sus fronteras orientales por los partos, y finalmente algunos de ellos habrían acabado sirviendo como mercenarios al caudillo Zhizhi de los xiongnu, que se suele aceptar que es el nombre dado por los chinos a los hunos. En el 36 A.C. Zhizhi, que había creado un pequeño estado en Asia central, fue derrotado por el ejército imperial chino, y en la batalla destacaron unos soldados que combatían de una manera especial que se identificó con la famosa tortuga romana. Luego los supervivientes habrían acabado sirviendo a los chinos y fundando una ciudad llamada Liqian en lo que hoy es la provincia de Gansu. En la actualidad Liqian se asocia con la localidad de Lou Zhuangzhi, caracterizada durante mucho tiempo porque algunos de sus habitantes tienen el cabello y los ojos claros.

En realidad las relaciones entre Roma y China parecen haber sido algo bastante común al menos indirectamente desde la apertura de la ruta de la seda en el siglo I A.C. Si bien no está tan claro que hubiese alguien que realizase el camino completo entre los dos grandes imperios. Durante los primeros siglos de nuestra era, la ruta permaneció bajo el dominio de cuatro grandes imperios: el romano, el parto, el kushan y el chino, lo que la hizo relativamente segura y dio lugar a que por primera vez Eurasia se convirtiese en un solo bloque en el que se difundieron diversos productos comerciales, aunque también sería, en lo negativo, el inicio de la difusión de los gérmenes que causaron las primeras grandes epidemias.

Marco Aurelio
En cuanto a viajeros individuales, el primero del que tenemos noticia es el embajador chino Zhang Qi, que buscando una alianza con los Yuezhi, el pueblo que más tarde formaría el imperio kushan, frente a los hunos, viajó hacia poniente entre los años 138 y 126 A.C., y volvió con noticias de varios reinos occidentales entre los que estaría Lijian o Liqian, que algunos han identificado con Roma. Posteriormente el historiador romano Floro habla de una embajada de los seres (identificados por algunos con los chinos) durante el principado de Augusto) (27 A.C.-14 D.C.). En el año 97 D.C. el general chino Ban Chao envió hacia occidente a Gan Ying, que se cree que llegó al Golfo Pérsico, donde oyó hablar de Da-Qin (la gran China) que se suele identificar con el imperio romano, aunque los partos le indicaron que para llegar allí le esperaba un viaje lleno de peligros y lograron persuadirle de que no continuara de manera más que interesada, puesto que podría haberse convertido en un peligro para su posición como intermediarios en el comercio de la seda. En 166 D.C. las crónicas chinas hablan de la llegada por mar de una embajada del rey Andun de Da-Qin, que se piensa que podría ser el emperador romano Marco Aurelio o su antecesor, Antonino Pío, posteriormente hay noticias de otras embajadas en las épocas de los emperadores Alejandro Severo (237-239) y Caro (282-283) aunque, como veremos, todos estos contactos se basan en identificaciones de lugares y personas bastante discutidas.

Porque, volviendo a nuestros soldados romanos, en realidad la historia de Liqian se cimienta casi exclusivamente en los trabajos del erudito Homer H. Dubs, profesor de Oxford que tradujo entre los años treinta y cincuenta el Han Shu, una crónica del imperio chino en la época de los Han, donde aparece la historia de Zhizhi y nuestra tortuga perdida. En realidad lo que dice el Han Shu es que los guerreros en cuestión usaban una formación con forma de escamas de pescado, y de eso y de ciertas fortificaciones descritas que a Dubs le parecieron fuera de lugar en el contexto de un pueblo nómada como los xiongnu, vino el resto de la historia. Posteriormente Dubs, aprovechando la peculiaridad de los habitantes de Lou Zuangzhi, y la existencia en las crónicas de un lugar llamado Liqian, que era junto a Da-Qin otro de los nombres por los que presuntamente se conocía a Roma, llegó a la conclusión de que los soldados de Zhizhi no podían ser sino hombres de Craso, convertidos con el tiempo en colonos en mitad de Asia. Ciertamente algunas cosas funcionan en su teoría, como el hecho de que los antiguos tuvieran la costumbre de utilizar prisioneros tomados en una frontera para sus guerras en el otro extremo del imperio, lo que sucede por ejemplo con los persas que Procopio de Cesárea cuenta que combatían en el ejército bizantino en las guerras de Belisario en Italia; pero en general todo lo demás suena demasiado a castillos en el aire, como demuestra la oposición a la teoría con buenos argumentos de muchos estudiosos chinos. Y es que, según algunas fuentes, el mismo contacto entre Roma y China es bastante discutible, y la identificación de nombres como Da-Qin o Liqian con Roma o de Andun con algún emperador de la dinastía Antonina han sido dados por ciertos muy a la ligera en la mayoría de las ocasiones, y hay gran cantidad de datos, como los productos que según las crónicas procedían de esos lugares, que hacen ser cautos a la hora de establecer una relación clara.

Sea como sea, la teoría de Dubs les ha cambiado la vida a los habitantes de Lou Zuangzhi, sobre todo desde que en 1993 a Jia Xiaotian, un avispado dirigente de la localidad, se le ocurrió que la historia de los antepasados romanos podría ser una buena fuente de ingresos turísticos. Desde entonces el lugar se ha convertido en una especie de parque temático, con un bar karaoke llamado “César”, un museo, un nuevo hotel, edificios de estilo “clásico” llenos de columnas, gente vestida de romanos con los que te puedes hacer fotos, y supongo que todo lo que convierte un lugar curioso en algo de lo que es mejor apartarse.

Habitante de Lou Zuangzhi
Porque además, por mucho que la teoría de Dubs entre dentro de lo posible, lo cierto es que sí que hubo comerciantes griegos y romanos en la ruta de la seda, y es probable hasta que algunos de ellos fundaran algún establecimiento en China, incluso se han dado casos como los de las momias de la meseta de Tarim en Asia central (datadas hacia 1800 A.C.), con características similares a los antiguos celtas, que demuestran que sabemos bastante poco sobre movimientos de pueblos en la antigüedad, y el origen de los habitantes rubios y con ojos verdes de Lou Zuangzhi, aun siendo un misterio, no tiene por qué haber sido causado por nada tan rocambolesco como la historia de la tortuga perdida. Para terminar, mediante pruebas de ADN realizadas a habitantes de la zona en 2005 y 2007 y que causaron gran expectación entre ellos (algunos incluso llegaron a ir a la embajada italiana para interesarse por la familia) se llegó a la conclusión de que la población estudiada era una variedad de chinos Han, descartando el origen romano lo que, por otra parte, no parece importar demasiado a los vecinos de Lou Zuangzhi, embarcados en su particular Disneylandia.

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ALGUNAS FUENTES

Jose Antonio del Valle | 11 de diciembre de 2009

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