Jose Antonio del Valle escribe la bitácora Vidas Ajenas y ha colaborado en www.Stardustcf.com y www.Bibliopolis.org. Los anales perdidos se publica el día 22 de cada mes y trata de ser una mirada a personajes e historias medio olvidadas por el tiempo.
La cosa comienza con la derrota de Marco Licinio Craso frente a los partos en Carras, en el año 53 A.C., un desastre en el que perecieron la mitad de sus 40.000 hombres y otros 10.000 fueron hechos prisioneros. Estos últimos habrían sido trasladados a sus fronteras orientales por los partos, y finalmente algunos de ellos habrían acabado sirviendo como mercenarios al caudillo Zhizhi de los xiongnu, que se suele aceptar que es el nombre dado por los chinos a los hunos. En el 36 A.C. Zhizhi, que había creado un pequeño estado en Asia central, fue derrotado por el ejército imperial chino, y en la batalla destacaron unos soldados que combatían de una manera especial que se identificó con la famosa tortuga romana. Luego los supervivientes habrían acabado sirviendo a los chinos y fundando una ciudad llamada Liqian en lo que hoy es la provincia de Gansu. En la actualidad Liqian se asocia con la localidad de Lou Zhuangzhi, caracterizada durante mucho tiempo porque algunos de sus habitantes tienen el cabello y los ojos claros.
En realidad las relaciones entre Roma y China parecen haber sido algo bastante común al menos indirectamente desde la apertura de la ruta de la seda en el siglo I A.C. Si bien no está tan claro que hubiese alguien que realizase el camino completo entre los dos grandes imperios. Durante los primeros siglos de nuestra era, la ruta permaneció bajo el dominio de cuatro grandes imperios: el romano, el parto, el kushan y el chino, lo que la hizo relativamente segura y dio lugar a que por primera vez Eurasia se convirtiese en un solo bloque en el que se difundieron diversos productos comerciales, aunque también sería, en lo negativo, el inicio de la difusión de los gérmenes que causaron las primeras grandes epidemias.
Porque, volviendo a nuestros soldados romanos, en realidad la historia de Liqian se cimienta casi exclusivamente en los trabajos del erudito Homer H. Dubs, profesor de Oxford que tradujo entre los años treinta y cincuenta el Han Shu, una crónica del imperio chino en la época de los Han, donde aparece la historia de Zhizhi y nuestra tortuga perdida. En realidad lo que dice el Han Shu es que los guerreros en cuestión usaban una formación con forma de escamas de pescado, y de eso y de ciertas fortificaciones descritas que a Dubs le parecieron fuera de lugar en el contexto de un pueblo nómada como los xiongnu, vino el resto de la historia. Posteriormente Dubs, aprovechando la peculiaridad de los habitantes de Lou Zuangzhi, y la existencia en las crónicas de un lugar llamado Liqian, que era junto a Da-Qin otro de los nombres por los que presuntamente se conocía a Roma, llegó a la conclusión de que los soldados de Zhizhi no podían ser sino hombres de Craso, convertidos con el tiempo en colonos en mitad de Asia. Ciertamente algunas cosas funcionan en su teoría, como el hecho de que los antiguos tuvieran la costumbre de utilizar prisioneros tomados en una frontera para sus guerras en el otro extremo del imperio, lo que sucede por ejemplo con los persas que Procopio de Cesárea cuenta que combatían en el ejército bizantino en las guerras de Belisario en Italia; pero en general todo lo demás suena demasiado a castillos en el aire, como demuestra la oposición a la teoría con buenos argumentos de muchos estudiosos chinos. Y es que, según algunas fuentes, el mismo contacto entre Roma y China es bastante discutible, y la identificación de nombres como Da-Qin o Liqian con Roma o de Andun con algún emperador de la dinastía Antonina han sido dados por ciertos muy a la ligera en la mayoría de las ocasiones, y hay gran cantidad de datos, como los productos que según las crónicas procedían de esos lugares, que hacen ser cautos a la hora de establecer una relación clara.
Sea como sea, la teoría de Dubs les ha cambiado la vida a los habitantes de Lou Zuangzhi, sobre todo desde que en 1993 a Jia Xiaotian, un avispado dirigente de la localidad, se le ocurrió que la historia de los antepasados romanos podría ser una buena fuente de ingresos turísticos. Desde entonces el lugar se ha convertido en una especie de parque temático, con un bar karaoke llamado “César”, un museo, un nuevo hotel, edificios de estilo “clásico” llenos de columnas, gente vestida de romanos con los que te puedes hacer fotos, y supongo que todo lo que convierte un lugar curioso en algo de lo que es mejor apartarse.
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ALGUNAS FUENTES