Hay otro cine, alejado de las esferas comerciales y del consumo y la publicidad. Esta sección es una excursión mensual —cada día 17— por la periferia del cine guiada por Martin Pawley, bloguero y crítico de cine del programa “Extrarradio” de la Radio Galega. [Esta columna se dejó de actualizar en agosto de 2009]
La edición número 56 del Festival Internacional de Cine de San Sebastián que comienza el 18 de septiembre dedica su retrospectiva clásica al director y guionista italiano Mario Monicelli. Nacido en 1915, el autor de obras tan recordadas como I soliti ignoti no sólo se mantiene lúcido y con buena salud, sino que sigue trabajando: su última película hasta el momento, Le rose del deserto, la dirigió en 2006, poco después de cumplir noventa años, con la participación como guionista de otro ilustre nonagenario, Suso Cecchi d’Amico, leyenda viva del cine italiano.
Está aún fresco en la memoria el estreno de La duquesa de Langlois del director francés Jacques Rivette, que en marzo alcanzó sus primeras ocho décadas. La verdad es que el país vecino es un filón. Ahí tenemos a Alain Resnais, nacido en junio de 1922, que presentó hace poco en España Couers (Asuntos privados en lugares públicos), premio a la mejor dirección en Venecia 2006, y ahora ocupado con la postproducción de Les herbes folles. De Eric Rohmer, nacido en abril de 1920, vimos el pasado año El romance de Astrea y Celadón. Ochenta y tres años tenía Chris Marker cuando hizo Chats perchés, un documental libérrimo, inteligente y optimista que sigue la pista del graffiti de un gato por las paredes y tejados de París mientras recorre las manifestaciones contra la guerra de Irak y contra Le Pen. Una obra maestra hecha en vídeo digital y editada en casa por un genio gamberro y lúcido que pasa de las evocaciones nostálgicas tipo “lo que pudo haber sido y no fue” y opta por echarse a la calle con el espíritu de un chico de veinte. Lo último que supimos de él es que abrió una exposición en el Museo del Diseño de Zurich, “A farewell to movies”, que tenía una versión paralela en Second Life. En la misma orilla izquierda de Chris Marker transita Agnès Varda, que no ha dejado descansar la cámara en lo que va de siglo.
Al húngaro Miklós Jancsó (1921) lo tenemos bastante olvidado, pero para los cineclubistas de los sesenta el autor de Salmo rojo era un nombre imprescindible por sus películas construidas con secuencias coreográficas. Su larga filmografía se extiende hasta el año 2006, casi igual que la del japonés Seijun Suzuki (1923). Más breve es la de Jonas Mekas (1922), o la de Don Allan Pennebaker (1925), documentalista que dirigió el clásico dylaniano Dont look back que ahora hace piezas para la televisión. El egipcio Yousef Chahine (1926) dio a conocer en 2007 Caos y participó en la película homenaje al festival de Cannes, pero su salud se resintió de forma crítica a mediados de junio.
Sigue rodando Richard Attenborough (1923), el oscarizado director de Gandhi, que presentó hace unos meses Closing the ring (Cerrando el círculo), un dramón con Christopher Plummer y Shirley MacLaine. Tampoco se detuvo la actividad del polaco Andrzej Wajda (1926), candidato este año al Oscar a la mejor película extranjera por Katyn, su reconstrucción de la matanza de miles de compatriotas a cargo del ejército ruso. Ni siquiera la del excéntrico Ken Russell (1927), el de Tommy y Mujeres enamoradas (e incluso La guarida del gusano blanco), que después de pasar por “Celebrity Big Brother” en 2007 está preparando una nueva versión de Moll Flanders.
Del director de Doce hombres sin piedad, Sidney Lumet (1924), nos llegó recientemente la estupenda Before the devil knows you’re dead, thriller protagonizado por Ethan Hawke, Marisa Tomei y Philip Seymour Hoffman, y ya tiene otra prevista para el año próximo, Getting out. Ancianos en activo son también la montadora Anne V. Coates (1925), la de Lawrence de Arabia, que trabajó en La brújula dorada; los productores Saul Zaentz (1921), el de El paciente inglés y Los fantasmas de Goya, o Dino de Laurentiis (1919); el director de fotografía Haskell Wexler (1926) o el guionista Tonino Guerra (1920). También los actores Eli Wallach (1915), Celeste Holm (1917), Danielle Darrieux (1917) (que fue la voz de la abuela de Marjani Satrapi en Persépolis), Ernest Borgnine (1917), Betty Garrett (1919), Christopher Lee (1922) o Lauren Bacall (1924). Entre los españoles, Manuel Alexandre (1917), José Luis López Vázquez y Tony Leblanc (1922), así como el director Jaime de Armiñán (1927).
He dejado deliberadamente para el final al indiscutible megacampeón. El ganador de la medalla de oro, de hierro o de lo que haga falta es el portugués Manoel de Oliveira, hiperactivo a sus noventa-y-nueve-camino-de-cien años. Singularidades de uma rapariga loira, adaptación del texto de Eça de Queirós, es el proyecto con el que celebrará su primer siglo de vida. Después de verlo en Donostia en 2006 presentando Belle toujours, no me cabe duda de que aún le queda cuerpo y ganas como para hacer otras veinte o treinta películas.
2008-07-17 13:49
Estupenda esta columna. Impresiona lo de Manoel de Oliveira, ¿verdad? Uno lo mira y no puede creerse que realmente cumpla cien años, setenta a lo sumo le echaría yo, ágil, lúcido, despierto… impresiona. Lo de Chris Marker es tema aparte: cuando pienso que tenía más de sesenta años cuando rodó Sans Soleil y más de setenta cuando hizo El último bolchevique... me hace sentir una de esas envidias malsanas ante un genio más que evidente al que antes o después se le dará el reconocimiento que se merece, ¿cómo es que aún no hay Nobel de cine?
Apunta al siguiente que va en busca de los ochenta (dentro de tres años): Ermmano Olmi, que con 76 aún tuvo el ojo visionario de elaborar uno de los arranques visuales más poderosos que he visto en los últimos años, en Cento chiodi. Dice que con ese filme se retira pero quiero creer que no podrá evitar volver.
Muchas gracias por la columna
2008-07-17 16:43
Muy cerca de los ochenta hay otros grandes cineastas en activo. Godard y Chabrol nacieron en 1930. Pere Portabella en 1929, y viéndolo hace unos meses en el CGAI tiene pinta de acabar ganándole a Manoel de Oliveira. Ese mismo año nació Vittorio Taviani, y su hermano Paolo dos años después, en 1931.
Recordemos también a algunos directores que murieron el último año trabajando casi hasta el final, como Ousmane Sembène, que pasaba de ochenta cuando hizo “Moolaadé”, o Kon Ichikawa, que estrenó dos películas en 2006, a los 91 años.
2008-07-17 16:59
Y no en activo, pero sí vivo, está Tullio Pinelli, el ya centenario guionista de las películas de Federico Fellini. Y camino de los cien van Gunnar Fischer, director de fotografía de algunos títulos legendarios de Ingmar Bergman; Louise Rainer, actriz doblemente oscarizada que anunció en su día el premio de la academia para Garci, o el director artístico Robert F. Boyle. Algo más jovencito es Jack Cardiff, que a los 93 no parece haberse retirado aún del todo. Sin olvidar a Karl Malden, las hermanas Olivia de Havilland y Joan Fontaine, Van Johnson, Kirk Douglas, Lena Horne, Louis Jourdan… Una lista de grandes figuras del cine de avanzada edad, aquí: http://pawley.blogalia.com/historias/51424