Alfredo Herrera Patiño dirige la editorial mexicana Verdehalago y escribe con asiduidad la bitácora Erratas eminentes. Asombros y paralajes intentará dar salida a los muchos asombros en los que vive desde las diversas perspectivas y lugares donde le suceden. Se publica los miércoles.
Cuando la tragedia nos desea hay poco por hacer, esperar tranquilo su hastío, quedarse quieto, mustio, pues como cazadora voraz, ansía el movimiento y el miedo. No desea tanto nuestro infortunio cuanto ser causa plena del mismo, siempre igual, siempre distinto. Algunos dioses, ya otros menos paganos o más pragmáticos los nombran suerte o providencia o azar o misterio, algunos dioses, pues, confabulan en su contra y logra, lejana en su huida, darnos un golpe leve, mínimo. Se vuelve anécdota, en cuyo relato aparece cierta ambulancia, la sala de urgencias, la estancia hospitalaria, las tomografías, los médicos y los etcéteras plenos de un par de ladrones y un tropiezo y cierta amnesia. La tragedia, entonces, sonríe y nos deja su entera sapiencia, vivir se parece tanto a resolver un problema y tan poco a plantearlo.