Alfredo Herrera Patiño dirige la editorial mexicana Verdehalago y escribe con asiduidad la bitácora Erratas eminentes. Asombros y paralajes intentará dar salida a los muchos asombros en los que vive desde las diversas perspectivas y lugares donde le suceden. Se publica los miércoles.
Soy un pésimo viajero, el peor, quizás, de cuantos hayan alguna vez existido; por minucioso, pues me interesan los detalles, las cosas mínimas y nimias, las minucias. Recuerdo una ventana con su protección de humilde árbol, el balde puesto frente a la puerta falsa de la catedral, la hiena del zoológico, la hoja verde junto al árbol, la gárgola hipopotámica, el azul o verde o gris o café del río, el alféizar de la ventana, la columna, el plinto vacío, la hoja de la palma enorme y corpulenta, la cola pequeña del elefante, los zapatos hermosos del aparador, la escultura junto al monumento, los pies únicos de aquella caminanta, las ovejas vistas desde el aire, las líneas de la carretera, la banca del parque, el santo alto y el marco labrado del cuadro. Recuerdo la lámpara y el cenicero, el sillón donde leí cierto libro, el tren donde olvidé otro. Al regresar, me entero, me dediqué a nada. No visité la ciudad, estuve en ella.
2007-02-02 09:34
Al estilo de Paul Morand en sus libros de viajes.
Un día, un minuto, un entusiasmo. Es lo que cuenta.