Alfredo Herrera Patiño dirige la editorial mexicana Verdehalago y escribe con asiduidad la bitácora Erratas eminentes. Asombros y paralajes intentará dar salida a los muchos asombros en los que vive desde las diversas perspectivas y lugares donde le suceden. Se publica los miércoles.
De pronto, ser un beso, un beso serio y pequeño, pues los besos son buenos como merienda y distraídos como mariscos. Que los besos son buenos por salibosos y olorosos a las personas. Ser un beso pequeño, recién bañado, pulcro como los niños al ir a la escuela, peinado de raya en medio, con un poco de limón, que en mis ayeres no existía el gel perfeccionista. Un beso pequeñito, como peca de fresa, como hueso de naranja, como semilla de sandía. Un beso portátil, que pueda llevarse a donde se quiera y sacarse a pasear y llevarse a tomar el sol por las mañanas. Un beso venturoso que diga a los demás su nombre y apellido tan pronto se lo inquieran. Un beso como de día a la hora del almuerzo. Un beso color hormiga, Un beso como de rayo. Un beso pequeño y tímido, gozoso de ponerse en un cachete. Un beso platicón, un beso observador, un beso solo, pues, de pronto…
2007-01-10 19:05
Asombro: acabo de descubrirlo, Sr. Herrera Patiño.
Lo leeré.
2007-01-12 20:34
¡Vaya cuánta amenaza! Agradezco el su asombro y prometo escribir, en correspondiente gratitud, señora…
2007-01-16 18:47
Absolutamente prescindible:
Un asombroso asombro. Interrogantes en el aire. Respuestas sin pregunta. Gozos de escritura y lectura. Una infancia, antes destino. Alborozados emilios. Oscuras transparencias. Un exorcismo a la tragedia. Un montón de granos, que no hacen montón. Un pensamiento solo —que puede hacer dicha—. Un silencio, intraducible tipográficamente. Filosofía de la carencia simbólica. Lógica indignación frente al chauvinismo. Ricas palabras, generadoras de endorfinas, medibles en belleza.
Dentro de unas horas será miércoles, usted habrá perdido otro martes, nosotros ganado un nuevo Asombro. Gracias.
Imprescindible: entierre su viejo sueño andorrano. Busque una nube blanca, que le llevará más al norte: la dulce Francia le llenará de dichas.