Carmen Castro es parte de la comunidad Librodenotas y editora singenerodedudas, bitácora especializada en temas de género y democracia. Y por qué no dejó de actualizarse en mayo del 2006.
En la bolsa del mercado de reconocimientos públicos, los índices van un poco locos. Esta es la conclusión a la que he llegado después de pasarme una breve temporada observando los vaivenes de las cotizaciones de los premios.
Al principio me resultaba un poco lioso todo el entramado de premios, distinciones, homenajes y demás tipos de reconocimientos, así que, para no desistir en mi empeño, no me ha quedado otra opción que la de construir algunos índices para clasificar y valorar cuál sería la aportación relevante de cada uno de los distintivos que aparecen en esta ajetreada bolsa; una vez aclarados los medidores, el resto ha venido rodado.
En el ranking resultante de esta observación, el índice comercial es el que se lleva las de ganar; que para que nos entendamos, sería algo así como una inversión de futuro, o la pasta gansa que se podrá sacar del negocio de la obra/objeto del premio.
Luego estarían dos tipos de índices que actúan como contrapeso entre sí, manteniendo sus posiciones de manera cíclica, y con una intención claramente moralizante o cívica; aunque la intención del objeto premiado cambie en función del momento, de la coyuntura política y económica y del mayor o menor nivel de independencia de quien concede los diferentes distintivos. El índice “así sí” vendría a significar que cunda el ejemplo, como el caso de los Nobel o los Premios de Igualdad, por citar algunos. Y al contrario, el índice “así no” vendría a significar el escarnio y la denuncia pública ante actuaciones o prácticas indeseables por diferentes motivos, como el caso de los Premios Alacrán o los Premios Prevarica que concede la Internacional Meláncólica en Valencia, por seguir con los ejemplos.
Pero la mayor sorpresa ha sido el repunte del índice de pleitesía. ¡Hay que ver cómo pierde el culo la gente por rendir homenajes para el resarcimiento de no-se-sabe-qué! eso, o bien se trata del pago de deudas pendientes; como el caso de la decisión acordada en el Ayuntamiento de Ponferrada para homenajear a su ex-alcalde, el mismo que fue condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León por acosar sexualmente a una de las concejales de su equipo de gobierno [Nevenka Fernández se llama]. El centro cívico de Dehesas llevará el nombre del exalcalde, Ismael Álvarez.
Qué bonito.