Mil veces guapas, hay momentos en los que no pasa nada si perdéis el gusto por la tele pura y dura: los telediarios, los programas de deportes, los del corazón, los concursos, las galas… ¡No pasa nada! En esas épocas os dedicáis a ver series, pelis y poca cosa más. Como yo.

Y no es que un servidor pierda la paciencia así como así. El servidor en cuestión lleva tres años escribiendo esta columna y cuando pierde la paciencia lo dice y no pasa nada. Últimamente no la pierde; lo que ocurre es que no la encuentra. Es por eso que hace tiempo que no ve la tele pura y dura; tiempo que ve series y pelis, y ya está.

Esto no significa que no se pierda la paciencia con las series. Con las películas ya se ve que hay poca paciencia, la gente va cada vez menos al cine y espera cada vez más al DVD o a que la echen por el digital. La cantidad de dinero que uno está dispuesto a gastar en una película es relativa a la cantidad de paciencia de la que ese mismo uno dispone. Este servidor público vuestro ya no va al cine, por ejemplo.

La serie que el servidor de vosotras ha visto en las últimas semanas es The Closer. Le dejan el nombre así, en inglés, porque nadie está dispuesto a pagar al personal que traduce al espeinol para que encuentre una traducción. Closer es la persona encargada de cerrar el trato, la negociadora más dura, la más difícil de vencer. En béisbol, un closer es el último lanzador, el que lanza la pelota de manera tan intensa, queridas, que sólo puede hacerlo pocas veces. Por eso se le reserva para el final del partido, para no dar la oportunidad al otro equipo a contraatacar.

Brenda Johnson, devoradora de chuches, post-ama de casa, entrenada por la CIA, detective extraordinaria, es the closer. (Con lo que me pagan estos de LdN, yo tampoco traduzco). He visto la serie en su lengua original, y creedme mis guapas, hay que aprender inglés. La serie es mucho mejor en el original (el servidor lo dice porque hay algunas en las que no importa tanto). La sub-jefa de policía Johnson habla con un acento del sur de los Estados Unidos, lo que la hace parecer extremadamente cortés, tradicional y un poco paleta. Y utiliza sus armas femeninas de mujer del viejo sur para conseguir lo que quiere.

Es esta combinación, mis alegres lectoras, de suavidad y extrema dureza lo que hace interesante al personaje. Además del desastre de su vida personal, que es como el de algunos conocidos míos, que al seguir el camino pasional de su profesión se han quedado solos y nadie los encuentra soportables cuando se acercan demasiado, si es que alguna vez se acercan. A House le pasa lo mismo.

Un día, este servidor vuestro tiene que escribir una columna sobre por qué os gustan tanto las series de policías. El servidor, parapetado en su palacete, opina que existe una necesidad en la población, o sea en vosotras y el resto de la gente que os rodea (para la mayoría de la cual tenéis poca paciencia, lo sé) siente una enorme necesidad de verdad y seguridad. Algo por el estilo. Pero ese estilo será para otro día.

No está mal esta serie. Cabana la recomienda. La echan por la 4 y por la Fox.

Chao, mis mías.