Ramiro Cabana es comentarista de radio y televisión. Tele por un tubo dejó de actualizarse en agosto del 2006.
Tele5 tiene miedo, queridas, y la está cagando. Normalmente, el miedo conduce a cagarla: de ahí la frase “Cagarse de miedo”. El miedo es bueno como laxante, y poca cosa más.
Tele5 la ha cagado con Vientos de agua, una serie como no se suelen hacer en España, donde siempre existe la queja de que la tele es una mierda. La razón aparente es que no se ha conseguido el índice de audiencia que se esperaba. ¿Pero qué se puede esperar de un país que no sabe lo que quiere, si lo que se puede querer es algo que quede un poco más allá del hedonismo barato de todos los días, incluido agosto?
Y no me malinterpretéis, ¿eh, guapas? Yo amo el hedonismo. Pero el hedonismo de precio medio para arriba. El hedonismo que le pide un poco más a la vida. Y en ese sentido, la tele, aunque sea gratis, puede aportar lo suyo. Es muy diferente una serie bien escrita y dirigida, excelentemente producida y actuada, de una gala de anticuario con cantantes geriátricas y lentejuelas del año de la sopa.
En lo uno hay un placer muy parecido al de la lectura, o sea un placer intelectual y la mar de humano. En lo otro, el placer es parecido al que derivan los perros al lamerse las partes que, por ser perros, tienen derecho a llevar al aire. Borja y Tigre, el mejor salchicha y el más feroz chihuahua, respectivamente, del mundo, son grandes aficionados a las galas de quincalla. Se sientan delante de la tele de plasma que ocupa la parte noble de la capilla de nuestro palacete, y aúllan, ladran, se persiguen uno al otro: se lo pasan bomba.
Pero son perros. La mayoría de los humanos puede admitir un pelín más de complejidad en sus placeres. Y eso es lo que aporta una serie como Vientos de agua.
La serie trata sobre la emigración, tema tabú en este país de post-emigrantes. Aquí no nos gusta que nos enseñen las verdades, ¿verdad, mis guapas? No queremos, no queréis, saber la verdad porque nunca aprendísteis a derivar ningún placer de ella. Y no todas las verdades hay que decirlas, es cierto. No seamos tan pedantes. Pero algunas, cuando bien dichas, hay que escucharlas. Hay que estar en ellas.
Y Vientos de agua trata de una verdad que ya os gustaría olvidar: esa de la emigración que dije antes. Ahora España, que vive un buen momento económico gracias a la caridad de la Unión Europea, tiene que pagar el favor que recibió cuando no había manera de vivir un buen momento económico en este país sin empresarios dignos del nombre.
No somos capaces de mirarnos al espejo, y Tele5 en su miedo a la tontería de las audiencias, nos ha quitado uno de delante. Bueno, lo ha puesto en el trastero, al relocalizar la serie de los martes a las 10 de la noche a los viernes a la una menos cuarto de la mañana. Muy mal para Tele5, que ya emite bastante basura (GH, por ejemplo). Y muy mal para España que, así, nunca dejará de ser el país asustadizo y pequeño que lleva siglos siendo.
La cultura sirve, a veces, para eso: para ver hasta dónde somos capaces de llegar sin rompernos nada. Tele5 ha demostrado que no llegamos ni a la esquina.
Chao.
2006-02-10 14:29 Alguien podría decirme si se sigue emitiendo la serie Vientos de Agua y si existe una novela? quedé enamorada y ahora nos la han arrebatado…
un saludo
2006-02-11 11:33 Se han enviado sondas, querida, pero todavía no se sabe si queda vida inteligente en Tele5. Quizá quede algún ejecutivo con neuronas, aterrorizado, escondido en una cueva, que decida sacarla en DVD. Habrá que esperar.