Hola guapas, he estado de viaje, etcétera.

Pero al grano. Tema del día: la Fórmula 1. ¿Por qué coño la Fórmula 1? ¿Por qué coño, si a mí ni me gusta? Muy sencillo. Porque el domingo iba yo pasando por la cocina, donde tengo prohibida la entrada (ya que la señora Joaquina, mi cocinera, opina que no debo opinar sobre lo que ocurre en los fogones), iba pasando, digo, cuando oigo la siguiente frase que emana de un pequeño televisor al mando del chófer: “La Fómula 1, un deporte de masas cuya práctica está reservada a unos cuantos privilegiados.” Me quedé petrificado de miedo y/o alegría.

Vamos a ver, queridas. Voy a escribir la frase de nuevo y vosotras tratáis de adivinar el fallo. “La Fómula 1, un deporte de masas cuya práctica está reservada a unos cuantos privilegiados.” ¿Un deporte de masas para unos pocos? En Tele5 pasan cosas raras. Es posible que por fin hayan decidido pagar a sus personas guionistas; o que las hayan echado a todas. Nunca se sabe, con tanta publicidad ensuciándolo todo. A veces pienso que la publicidad es como las palomas: están en todas partes, la gente les da de comer, las subpersonas niñas quieren tocarlas, lo cagan todo, hacen ruidos extraños, es divertido ver sus ritos de apareamiento. Publicidad o paloma, que dice la canción, queridas.

Pero volvamos a la frasesita que me dejó congelado con una pata en el aire. Quien la escribió es a) un ironista que hila finísimo; b) un rey del sarcasmo cuya ira interior no conoce límites; c) un enano de circo que se ha quedado sin curro; d) un agitador social empotrado en secreto en las filas del departamento de deportes de Tele5; e) lo mismo que lo anterior pero en plan mítico, un caballo de Troya cuya misión es desmoralizaros hasta que hagáis la revolución; f) lo mismo que lo anterior, pero en plan tecnológico, un virus que está ahí para destruir todo el sistema postcapitalista actual; g) un absoluto capullo; h) mi ídolo; i) o sea, vuestro hiperídolo, ya que si yo soy vuestro ídolo, que lo soy, lo sé, cualquier ídolo mío también lo es vuestro, pero más; j) un sádico cuyo próximo crimen será escribir los diálogos de 7 vidas; k) una persona con un terrible dolor de muelas que tenía que sacar adelante un texto para ayer; l) podéis insertar vuestra opinión aquí:_________________; m) un tío que iba pasando por allí, cuando el equipo de guinistas le dijo: “Tú, sí tú, ¿aquí qué ponemos?; n) alguien que vertió café en el tecaldo del ordenador y no pudo arreglar lo que era una broma; ñ) un bromista de altos vuelos (ver a) y b)); o) un payaso de circo en paro, y amigo del enano de c); p) el novio del agitador de d), que está harto de que su novio dedique tantas horas a la agitación, en lugar de planificar la boda, ahora que pueden casarse; q) lo contrario que d), un agitador social de derechas cuya misión es mostraros que el privilegio sigue siendo el privilegio, por más cultura de masas que sea ésta; r) el texto se escribió sólo, o por lo menos, nadie piensa responsabilizarse; s) un escritor del realismo sucio; t) un poeta rural devenido poeta urbano devenido poeta posturbano que escribió la frasesita de marras en el metro; u) lo podría haber escrito yo; v) pero no lo escribí yo; w) ¿quién conho ha puesto esta letra en el alfabeto español, convirtiéndolo automáticamente en el alfabeto espeinol?; x) todo lo que he dicho en las letras pares es verdad; y) todo lo que he dicho en las letras impares es verdad; z) todo lo que he dicho es verdad.

PORQUE, mis queridas amígdalas personas lectoras, la Fórmula 1 no es un deporte de masas; los deportes son de quienes los practican, y las masas no practican el automovilismo de alta-tecnología, por más que las cifras de mortandad en las carreteras quieran decir lo contrario. La Fórmula 1 es un ESPECTÁCULO de masas, queridas, UN ESPECTÁCULO, aunque por qué las masas se quedan encandiladas delante de la tele cuando lo echan, siempre será un misterio. Y sí, como espectáculo de masas televidentes tiene todo lo que se puede pedir: el efecto sueño (las masas sueñan con ser pilotos de Fórmula 1); el efecto sueño (la Fórmula 1 es super aburrida, ya que nunca hay adelantamientos; el efecto sueño (las masas siempre sueñan con tener un coche mejor y más potente y más hortera); el efecto sueño (punto).

Un deporte de masas de verdad, mis guapas, es echar en la máquina tragaperras las monedas que os han devuelto al pagar el cubata de las diez de la mañana. O salir los domingos a comerse la peor paella del mundo. O hacer cola en la autopista camino de Benidorm. O votar que sí a la constitución europea sin habérsela leído. O ver la tele.

Quizá a eso se refería la persona descrita de la a) a la z). Las masas se atontan delante de la tele (un deporte de masas), mientras que unos tíos corren mucho para no llegar a ningún sitio (practicado por unos cuantos privilegiados). Quizá sea eso.

Chao.