Ramiro Cabana es comentarista de radio y televisión. Tele por un tubo dejó de actualizarse en agosto del 2006.
¡Mierda! ¿Ya estáis aquí otra vez? No paráis, ¿eh? Bueno, yo tampoco. He estado de viaje esta semana y no he podido (querido, queridas) ver la tele. He ido a ver algunas de mis posesiones en la Costa Blanca. ¡No os podéis imaginar cómo ha crecido aquello! Terrenos míos que valían cuatro chavos, ahora valen 1569 chavos. Voy a vender, claro. Porque ¿quién quiere vivir allí, o hacer nada, con todo lleno de adosados como está?
¿Os imagináis la vida en un chalet adosado de esos? Sigue siendo igual que la ciudad porque estáis rodeadas de vecinos (que os observan desde detrás de los visillos de encaje), pero diferente de la ciudad porque para ir a comprar pan tenéis que coger el coche, conducir durante horas por una carretera congestionada, tener un accidente y no llegar a tiempo ni a cenar.
Yo me imagino que esas personas-no-lectoras que viven en los adosados se pasan la vida en plan ver la tele o en plan bricolaje. Que es lo mismo. Ambas actividades de ocio sirven para que se os pasen las horas hasta el día del juicio final sin que casi os deis cuenta. Todo para no vivir. Que es lo bonito. Por eso yo pago a un señor que se encarga de todas las bricolajadas que haya que hacer en el palacete. Y me estoy pensando lo de pagar a alguien para que vea la tele por mí. Luego me lo cuenta, yo grito mi columna en una grabadora, y ella, la persona empleada para ver la tele por el defensor de vuestro honor televisivo, la transcribe y la cuelga en Libro de Notas como si fuera la colada. Me lo estoy pensando.
Como os decía más arriba, guapas, no he tenido tiempo de mirar la tele. Vi una, pero estaba, por fortuna, apagada. Sin embargo, sí que leí en algún periódico que desaparece Pecado original. Será sustituido por los resúmenes de Operación triunfo, que se pasa a Tele5, ese centro mundial de la originalidad.
Por mí no hay problema si retiran Pecado original. ¿No estáis hartas ya de tanta satirilla política con los políticos doblados diciendo cosas que no han dicho pero que se le han ocurrido a algún guionista. El guionismo es la salida que les queda a la gente de letras que no han aprobado unas oposiciones en la escuela pública. Y ya sabemos cómo nos va con las escuelas. La otra salida es la mendicidad, pero para esa hay que tener perro. Y no creo que haya suficientes en ninguna parte para repartir entre toda la gente que sale de Letras.
Últimamente le habían dado un giro a Pecado original. Era más político, más crítico, el programa. Quizá por eso haya bajado en índice de público, o audiencia, como lo llaman los espeinol-hablantes de la tele. Como si se tratara de ir a charlar con el rey o el papa. El problema de cualquier crítica o sátira política en la tele, es que uno (yo), o muchas (vosotras), siempre tiene la sospecha de que se han cortado, se han quedado cortos, o no se han atrevido a decir lo que querían decir. La tele tiene eso: que pertenece a unos, y esos hunos son los dueños de todo lo demás, incluida la política. Y ellos pueden permitir cierta burla, pero no cierta burla, no vaya a ser que el personal (o sea vosotras) se subleve y se niegue a seguir colaborando con la mayor parte de su sueldo en la fortuna de los hunos.
Quizá Pecado original desaparece porque sus creadores estaban pensando en hacerlo todavía más crítico, y eso sí que es pecado. Jamás lo sabremos. El caso es que se va. Y el caso es que tampoco importa demasiado.
Chao.