El día 15 de cada mes nos asomaremos al deporte desde un punto de vista relajado, tal y como se disfruta desde el sillón. Pretendemos analizar de un modo distinto al habitual cuestiones de actualidad, momentos míticos o incluso recuerdos personales. Para ello, Luis A. Blanco se aprovechará de su conocimiento enciclopédico sobre el pasado y el presente del deporte para salpicar sus historias con anécdotas, trivialidades o datos poco conocidos para el gran público.
Quizá puedan sorprenderse por el tema del que vamos a hablar este mes. Total, sólo han pasado 46 días desde que acabó el año. Es lo que tiene cuando tu columna sale el día 15, que te pilla a contramano de fines de mes. Y como quería motivarles a ver biatlón durante los JJOO de Vancouver, pues no pude sacar esta columna en enero. Y no vamos a hacer la previa de los Juegos porque, cuando este texto sea leído, se habrán completado ya dos días de competición, con importantes medallas entregadas. Así que el mes que viene repasaremos lo más relevante que haya ocurrido en la ciudad canadiense, y hoy nos centraremos en lo que dio de sí el pasado año. Un año que no tuvo demasiados hitos excepcionales, pero que, los que tuvo, fueron intensos y, en algunos casos, inolvidables. Aunque seguramente nos dejaremos alguno en el tintero, vamos con lo más destacado, a juicio de este cronista, en términos de intensidad y relevancia.
30 de enero. Tenis, Open de Australia. Semifinales masculinas, Fernando Verdasco contra Rafael Nadal
El Open de Australia nunca ha sido un torneo que se haya dado bien a los españoles, de hecho era el único Grand Slam que se le resistía a la Armada. Por ello, ya era bastante histórico que dos de sus componentes se enfrentaran en una semifinal. Por un lado, Rafael Nadal hacía gala de su número 1 del mundo solventando sus obstáculos con relativa facilidad; por otro, la sorpresa del torneo la proporcionaba Fernando Verdasco, que tras una preparación específica, derrotaba en cinco sets a Andy Murray en octavos y se plantaba en semifinales. El partido se disputaba un viernes en horario nocturno, lo que hizo posible que fuera seguido en Europa por la mañana. Mientras Roger Federer descansaba en el hotel de su semifinal del día anterior, Verdasco y Nadal se enzarzaban en una pelea épica. Un primer set igualado se decidió del lado del madrileño en el tie-break (7-4), pero Nadal igualaba el partido con un 6-4 en el segundo. La clave estuvo en el tercero, primorosamente jugado por Verdasco; sin embargo el balear aguantó y se lo llevó en el desempate (7-2). El cuarto set tuvo un desarrollo similar. Verdasco estaba haciendo el partido de su vida, haciendo correr a Nadal como nadie y anotándose infinidad de winners. Enfrente, Nadal resistía como podía el vendaval, pero veía caer el set en la muerte súbita. Cuando parecía que Verdasco podía vencer la resistencia de su rival, Nadal rompió de inicio en el quinto y, aunque con problemas, mantenía la ventaja hasta el final. La duración, cinco horas, y el tanteo, 6-7(4), 6-4, 7-6(2), 6-7(1) y 6-4, dan idea de la intensidad de un partido tremendo, que para muchos fue el primero que veían por internet, desde su trabajo. Nadal se sobrepondría al cansancio para derrotar a Federer en la final, también en cinco sets, y ganar su sexto grande. Pero el gran esfuerzo lo había hecho dos días antes.
1 y 3 de mayo. Baloncesto, Euroliga. Final four
Pocas veces una final four de la Euroliga nos ofrece tres partidos de la calidad e intensidad de los vividos el año pasado en el O2 Arena de Berlín. Para empezar, la primera semifinal enfrentaba al campeón de 2008 en Madrid, el CSKA de Moscú, con el Barcelona, que había tomado el dominio en el baloncesto español tras una épica serie de cuartos ante el Tau Cerámica. El CSKA no era el del año anterior, ya que había perdido jugadores importantes, como David Andersen, al que precisamente se enfrentaba; el favorito era, ligeramente, el equipo español. El Barcelona tuvo controlado el partido en el primer tiempo, pese a las faltas acumuladas por Juan Carlos Navarro. Andersen y Vázquez mantenían el marcador dominado, pero en el segundo tiempo los rusos tocaron a rebato, con Ramunas Sikauskas y Trajan Langdon imparables, y abrió una renta que sería imposible de remontar. El resultado final, 82-78. La segunda semifinal es el mejor partido que he visto en varios años. Los dos equipos con mayor presupuesto del continente, Olympiacos y Panathinaikos, se medían por enésima vez en un partido vital. Ningún equipo se escapó por más de seis u ocho puntos, con maravillosas acciones ofensivas y defensivas. Los últimos minutos fueron muy emocionantes, con aciertos por ambos bandos, pero al final Olympiacos se jugó el último balón con el gran Ioannis Boroussis (increíble decisión en un equipo con Papaloukas, Vujcic o Greer), que falló…Panathinaikos pasaba por dos puntos (84-82). La final tuvo dos partes muy distintas. En la primera, los griegos pasaron el rodillo, con su triplete exterior mágico, Jasikevicius, Spanoulis y Diamantidis, superando claramente a sus pares, bien apoyados por Batiste o Pekovic dentro. Al inicio del segundo tiempo, la ventaja era superior a veinte puntos, pero el partido no estaba acabado. El CSKA sacó su calidad y se aproximó a una canasta, gracias a Holden o Khryapa, pero falló los ataques decisivos. El Panathinaikos repetía su título de Atenas 2007 ante el mismo rival, por 73-71.
2 de mayo. Fútbol, Liga española. Jornada 34, Real Madrid-Barcelona
Un Barcelona histórico se presentaba en el mes de mayo jugándose sus opciones en las tres competiciones. En la liga, pese a su excepcional temporada, sólo contaba con cuatro puntos sobre un Real Madrid que había sumado 52 puntos de 54 posibles desde su derrota por 2-0 en el Camp Nou en la primera vuelta. Nadie dudaba de que del Santiago Bernabéu iba a salir el campeón. Tras un par de ocasiones iniciales, el Madrid pegó primero con un gol de Higuaín a pase de Sergio Ramos. Pero, pese a todo, el sevillano iba a tener un día nefasto, además de sufrir el mejor partido de Thierry Henry en el club azulgrana. El francés marcó poco después el gol del empate, y de una falta sobre él nació el 1-2, marcado de cabeza por Puyol. Con el marcador a favor, se empezó a comprobar el gran acierto táctico de Guardiola, que le ganó la partida totalmente a Juande Ramos con el simple movimiento de desplazar a Eto’o al extremo, para colocar a Messi en el centro del ataque, entre líneas. Así, además de obtener superioridad en el centro del campo, potenció la comunicación entre el argentino, Xavi e Iniesta. Messi marcaba el 1-3, solo ante un desesperado Casillas, y al descanso el partido, y la liga, parecían decididos. Y así fue pese al espejismo del segundo gol blanco, obra de Ramos. Una nueva pifia suya, sólo un minuto después, propició el segundo gol de Henry, tras el cual los blancos bajaron definitivamente los brazos. Los últimos treinta minutos fueron un monólogo del Barcelona, con gran juego, muchas ocasiones, dos tantos más (obra de Messi y Piqué), y un marcador histórico, de escándalo. El 2-6 dejaba al Barcelona pendiente sólo de cuándo cantar el alirón, y le dejaba concentrarse en las competiciones de eliminatorias.
6 de mayo. Fútbol, Liga de Campeones. Semifinales, vuelta, Chelsea-Barcelona
Y es que sólo cuatro días después de asaltar el Bernabéu, el Barcelona viajaba a Stamford Bridge con un resultado muy peligroso en la ida, un empate a cero. El Chelsea de Guus Hiddink había sido el equipo que mejor había resistido el empuje azulgrana, bien es cierto que con un planteamiento conservador y una pequeña ayuda arbitral, aunque también cabe recordar que Valdés evitó el triunfo azul con una gran intervención ante Drogba. El partido de vuelta comenzó con un golazo, no exento de fortuna, de Mickael Essien, que enganchó un balón desde unos 25 metros que se coló por la escuadra. El Barcelona no se encontró cómodo en ningún momento y las mejores ocasiones fueron para el Chelsea, pero Valdés de nuevo evitó males mayores. Capítulo aparte merece la controvertida actuación del árbitro noruego Ovrebo, que según algunos dejó de señalar varios penaltis a favor del Chelsea. Los minutos finales fueron un acoso del Barcelona, siempre fiel a su estilo de juego. El golazo de Iniesta en el descuento ha sido contado mil veces mucho mejor de lo que podría hacer yo, y desató la locura entre la afición blaugrana, por no hablar de su técnico. Aún tuvo el Chelsea tiempo de protestar otro penalti, pero no hubo tiempo para más. Tras una eliminatoria memorable, donde el Barcelona supo clasificarse pese a no haber sido tremendamente superior al rival, y haber sido superado en algunas fases, el Manchester United caería en la final de Roma.
16 de mayo. Tenis, Masters 1000 de Madrid. Semifinales masculinas, Rafael Nadal contra Novak Djokovic
La temporada de tierra batida llegaba a la antesala de su clímax, Roland Garros, con el debut de un torneo peculiar, jugado sobre la altitud de Madrid, en una instalación como la Caja Mágica. Nadal llegaba, en teoría, en posición inmejorable, habiendo ganado sucesivamente en Montecarlo, Barcelona y Roma. Ya en Montecarlo había sufrido mucho en la final contra Novak Djokovic, que le había barrido en el segundo set antes de caer, rendido físicamente, en el tercero. En Roma el partido había sido un poquito más sencillo para Nadal, que seguía ejerciendo de rey de la tierra con mano de hierro. Sin embargo, este encuentro comenzó con Djokovic sacando de la pista a un Nadal desconocido, al que no le funcionaba ninguna de sus armas, menos eficaces en Madrid que a nivel del mar. El serbio jugaba como los ángeles, y se imponía fácilmente en el primer set, encaminando su victoria en el segundo. Entonces Nadal, contagiado por el público, fue encontrando su juego, y durante tres horas se produjo uno de los mayores intercambios de golpes que recordamos. Nadal se hizo con el segundo set, que nos llevó a un tercero mágico, lleno de alternativas, puntos de break para ambos, puntos de partido para ambos, levantados de manera sensacional…parecía increíble que Djokovic no ganara el encuentro, pero al final Nadal se impuso en ¡más de cuatro horas! por 3-6, 7-6(5) y 7-6(9), tras un tie-break final para guardar en las hemerotecas. Evidentemente, no pudo recuperarse en pocas horas del esfuerzo y sufrió su segunda derrota en tierra ante Federer en la final. Luego nos enteraríamos de su lesión. Desde entonces, sólo ha ganado a un top-ten.
31 de mayo. Balonmano, Liga de Campeones. Final, vuelta, BM Ciudad Real-THW Kiel
La final de la máxima competición continental se planteaba como una revancha de la del año anterior, donde el Kiel había visto cómo el equipo manchego conseguía sobreponerse a una derrota en el Quijote Arena para remontar la eliminatoria en tierras germanas. El equipo alemán se conjuró para devolver la moneda a los españoles, y ganó en su cancha en la ida por cinco goles (39-34). El partido de vuelta comenzó igualado, pero poco a poco la actuación del mejor jugador del mundo, Nicola Karabatic y, sobre todo, del guardameta Thierry Omeyer decantó el choque hacia el Kiel. El Ciudad Real estaba muy impreciso y atenazado por la situación. A falta de apenas veinte minutos, el Kiel ganaba por cuatro goles y la final parecía decidida, con nueve goles de renta. Ahí apareció el punto fuerte del Ciudad Real, su profundidad de plantilla. Su defensa consiguió asfixiar a los alemanes, Arpad Sterbik empezó a pararlo todo, y Jonas Källman y compañía se forraron a contragolpes; en estático eran Olafur Stefansson y Sharhei Rutenka los que masacraban una y otra vez la portería de Omeyer. A tres minutos del final, el Ciudad Real consiguió la renta de cinco goles, y el final fue una fiesta (33-27), en lo que podía significar el fin de una era tanto para el equipo manchego, que ha tenido que reducir plantilla por motivos económicos, como para la competición, ya que este año estrena el formato de final four.
5 de julio. Tenis, Wimbledon. Final masculina, Andy Roddick contra Roger Federer
Tras la lesión de Nadal, Federer se hizo con el único grande que le faltaba en París, y se presentaba en su recinto preferido, la central de Wimbledon, con la idea de superar el récord de Grand Slams que compartía con Pete Sampras. Su camino a la final fue relativamente sencillo, y allí se encontró con Andy Roddick. El estadounidense ha experimentado una interesante mejora en su juego, y ya no es un sacador más, sino que es capaz de ganar puntos con cualquier estilo. Andy se había cargado en semifinales al ídolo local, Murray, y partía como víctima propiciatoria de un Federer que le tenía comida la moral en sus enfrentamientos particulares. Y, sin embargo, jugó, probablemente, el partido de su vida. Rompió el servicio del suizo en el último juego del primer set para llevarse la manga, y, aunque desaprovechó una pelota de set con su saque en el tie-break del segundo y perdió el tercero también en el desempate, no se descompuso, y sacó fuerzas de flaqueza para romper de nuevo a Federer y llevar el encuentro al quinto set. Cada jugador iba manteniendo su saque, aunque hasta el vigésimo juego, más o menos, parecía más probable que fuera Roddick quien se llevara el partido. Llegado ese punto, Federer demostró por qué es el mejor jugador de la historia. Revertió la situación, hizo dudar a Roddick, le amenazó el saque y, finalmente, consiguió su primera rotura en el trigésimo octavo juego de servicio del americano, llegando a la cima de la historia. Más de cinco horas de juego dieron un marcador final de 5-7, 7-6(6), 7-6(5), 3-6 y 16-14. Era justo que, para llegar hasta ahí, Federer hubiera tenido que superar un obstáculo tan importante.
22 de julio. Ciclismo, Tour de Francia. Decimoséptima etapa, Bourg Saint Maurice-Le Grand Bornand
Tras un recorrido decepcionante, con unos Pirineos reducidos a la mínima expresión, incluído un paso vergonzoso del Tourmalet lejísimos de meta, los Alpes presentaban la única etapa bien diseñada de toda la Grande Boucle. Se llegaba a esta situación con Alberto Contador en gran dominador, habiendo asombrado en la subida a Verbier. Los hermanos Andy y Frank Schleck tenían la intención de atacar, por una parte, al madrileño, y por otra, a sus compañeros de equipo —pero también enemigos— Andréas Klöden y Lance Armstrong, en busca de plazas de podio final. Terreno no les iba a faltar. Tras dos durísimas ascensiones nada más empezar, el Cormet de Roselend y el Col des Saisies, y un puerto más blando, la Côte des Arâches, se subía un puerto inédito, el Col de Romme, con una pendiente media de casi el 9%. Ya con el grupo de favoritos reducido a la mínima expresión, Andy Schleck atacó por enésima vez. Contador le siguió sin problemas, y después llegaron Frank Schleck y Klöden. Armstrong, como el día anterior en el Petit Saint Bernard, decidió ir a su ritmo, a ver si enlazaba. Pero el Romme es más duro, y la diferencia iba creciendo, llevada por los luxemburgueses. Nada más bajar el Romme, comenzaba el último coloso del día, el Col de la Colombière. En ese momento, Contador decidió atacar, pensando en llevarse a Klöden con él y descolgar a alguno de sus rivales. Pero consiguió justo el efecto contrario, quedándose entre los dos hermanos, apesadumbrado, pensando en la que le iba a caer en el hotel. Klöden estaba destrozado. La etapa iba a causar más destrozos que cualquier otra, demostrando que no hace falta poner un final en alto para tener ciclismo del bueno. En la bajada hacia Le Grand Bornand, Klöden fue perdiendo tanto tiempo que fue sobrepasado por Armstrong y Vincenzo Nibali. Al final, el compadreo se adivinaba: victoria de etapa para Frank Schleck, sin sprint, y Contador más lider, seguido de los hermanos. Armstrong perdía más de dos minutos en la meta, y Klöden, casi tres. El estadounidense arrebataría a Frank Schleck el tercer escalón del podio al día siguiente, en la contrarreloj de Annecy ganada por Contador, ya en plan rey del Tour.
1 de agosto. Natación, Campeonato del Mundo. 100 mariposa masculinos, final
Tras ser derrotado por Paul Biedermann en los 200 libres, su primera prueba en el mundial romano, Michael Phelps se rehizo ganando los 200 mariposa con facilidad, pero en los 100 mariposa le esperaba Milorad Cavic, con sed de venganza por el desenlace de los JJOO de Pekín. Además, Cavic contaba con un aliado importante, su bañador Jaked. En las semifinales del día anterior, el serbio batía el récord mundial de Phelps con 50.01, mientras el americano usaba solamente la parte inferior de su Speedo. La final se presentaba, obviamente, como un gran duelo, con Cavic en el papel de favorito. El serbio cumplió el papel a la perfección en el primer largo, bajando su tiempo de paso de las semifinales. Pero Phelps, esta vez con bañador de cuerpo entero, pasó en cuarto lugar, no muy lejos. En Pekín había virado séptimo. El segundo largo fue intensísimo. Poco a poco, la diferencia de Cavic fue empezando a menguar, y cada vez a un ritmo mayor. A veinte metros del final el vencedor no estaba claro; a diez, tampoco, pero a cinco ya Phelps era ganador. Su segunda piscina fue, sencillamente, sobrehumana. Los tiempos, 49.82 y 49.95, indicaban que la barrera de los 50 segundos se había roto. Por detrás, Rafael Muñoz ganaba la batalla del resto del mundo y se colgaba el bronce. La expresión de rabia de Phelps sólo era comparable a la que mostró tras el relevo 4×100 libre en Pekín. El rey seguía en el trono.
16 de agosto. Atletismo, Campeonato del Mundo. 100 metros masculinos, final
Si los 100 metros siempre son la prueba reina en un campeonato atlético, los del mundial de Berlín se presentaban como el enfrentamiento estelar entre Usain Bolt, el fenómeno del momento, y Tyson Gay, el hombre silencioso, eficaz. Los dos mejores velocistas del siglo, y de los mejores de la historia. Junto a ellos, esperando su momento, el ex-plusmarquista mundial Asafa Powell, que había tenido una gran temporada de verano, pero con fallos históricos en las grandes competiciones. Bolt y Gay se habían evitado hasta ese momento, y había rumores de que Gay estaba lesionado en un abductor. La referencia era la final olímpica de exactamente un año antes, cuando Bolt había parado el crono en 9.69 tras correr de lado los últimos cinco metros, ante la falta de rivales. Pero aquí se esperaba que se tendría que exprimir hasta el final. La salida decidió la carrera. Contrariamente a lo esperado, Bolt se puso en acción muy rápido (129 milésimas), y cobró una ventaja que ya no iba a desperdiciar. Por detrás, Gay iba remontando, pero jamás descontó ni un metro a su rival. Esta vez el jamaicano no se dejó ir, y el mundo alucinó al ver que había parado el reloj en 9.58 segundos, con un viento favorable de 0.9 metros por segundo. Gay batía el récord estadounidense con 9.71, y Powell era el mejor tercero de la historia, en 9.84. Cuatro días después, con Gay recuperándose de su lesión, Bolt batiría el récord mundial de 200 metros y se convertiría, por méritos propios, en el rey deportivo del año.
7 de septiembre. Tenis, Abierto de Estados Unidos. Octavos de final femeninos, Kim Clijsters contra Venus Williams
El tenis femenino atravesaba un período de falta de liderazgo, cuyo mayor exponente fuera quizá el hecho de que, en los grandes torneos, se reservaban las pistas más grandes no para las mejores jugadoras, sino para las más atractivas. El panorama presentaba una lucha entre las tenistas rusas y las hermanas Williams, cuando Kim Clijsters decidió volver a las pistas, más de dos años después de haberlas abandonado para ser madre. Su regreso fue bastante sonado, ganando a tenistas del top-10. En Nueva York jugaba su tercer torneo, y su primera rival fuerte fue Venus Williams. El primer set tuvo todos los juegos bastante disputados, pero en los puntos decisivos se imponía el carácter de la belga. Todo cambió en el segundo set. Venus empezó a jugar como ella realmente sabe, y Clijsters la ayudó con un gran número de errores no forzados. El verdadero partido empezó con el tercer set, con alternativas en la pista y en el marcador. Pero finalmente Clijsters se llevó el gato al agua, con el llamativo tanteo de 6-0, 0-6 y 6-4. Luego vendría la victoria sobre Serena Williams en semifinales, con el desagradable asunto de las amenazas a la juez de línea, y una final muy cómoda contra Caroline Wozniacki. Kim había vuelto, y los aficionados se relamían de gusto por lo que significaba para el circuito femenino.
14 de septiembre. Tenis, Abierto de Estados Unidos. Final masculina, Roger Federer contra Juan Martín del Potro
La cabezonería de los organizadores del último grande del año provocó, por segundo año consecutivo, que la final se disputara en lunes. A ella llegaba, por un lado, el gran favorito, Roger Federer, sin haber pasado grandes apuros. Frente a él, en su primera final de un Grand Slam, el argentino Juan Martín del Potro, que tras haber ganado un partido que tenía perdido contra Marin Cilic en cuartos, había apabullado en semifinales a Rafael Nadal. Federer era el favorito indiscutible por tenis y experiencia, y aún más cuando se impuso cómodamente en el primer set y cobró break de ventaja en el segundo. Pero el argentino se repuso, empezó a aprovechar los frecuentes errores del suizo, y ganó el segundo set. Federer ganó el tercero, de forma magistral, dominador de nuevo, y…servidor se fue a la cama porque era ya la una de la madrugada, viendo el partido decidido. Cuál fue mi sorpresa cuando, a la mañana siguiente, me enteré de que el cuarto set había sido muy igualado, con Del Potro ganándolo en el tie-break, y el quinto no tuvo historia (igual que en Australia), con Federer hundido físicamente. Otro partido muy largo, cuatro horas, y un marcador final de 3-6, 7-6(5), 4-6, 7-6(4) y 6-2.
27 de Septiembre. Ciclismo, Campeonato del Mundo. Prueba élite masculina
La verdad es que este año las clásicas no nos dieron mucho espectáculo, ya que a Tom Boonen se le fueron cayendo los rivales camino de Roubaix, Stijn Devolder ganó en Flandes sin despeinarse y Andy Schleck se impuso en Lieja tras una escapada de unos 20 km. El mejor espectáculo se vio en el mundial de Mendrisio, esa prueba donde durante seis horas no pasa nada y que vive momentos de gran emoción en la última. Desde que los equipos se han reducido de doce a nueve corredores es más difícil controlar la carrera, y eso provoca numerosas sorpresas, como la de este año. Planteada la batalla como un duelo España-Italia, con el hombre más en forma, Fabian Cancellara, casi sin equipo, al final la prueba se convirtió en una lucha individual, donde los más listos esperan, agazapados, que llegue su momento. Y el momento llegó en la penúltima ascensión, cuando de un grupo destacado saltó el eterno segundón, Cadel Evans. El equipo italiano se había quedado sin efectivos, y el español jugó mal las cartas que le quedaban: Samuel Sánchez se quedó marcando a Cancellara, y Alejandro Valverde y Óscar Freire se encontraron sin fuerzas en el momento clave. Tuvo que ser el más esforzado, Joaquim Rodríguez, el que por segundo año consecutivo se encontró solo en el momento de la verdad. Trató de salir tras Evans, pero el australiano ya se encontraba demasiado lejos. Al menos se quedó con el ruso Alexandr Kolobnev, que le batió en la lucha por la plata. El Purito era bronce, poco premio para el mejor equipo, pero justa recompensa a su gran trabajo. Por detrás, Samuel le ganaba el sprint a Cancellara por el cuarto puesto…Evans lograba su victoria soñada en el momento más inesperado, tras haber hecho un Tour horroroso y haber perdido sus oportunidades en la Vuelta a España de manera surrealista.
Creo que ya está bien por este mes, aunque podríamos haber hablado de las cuatro medallas de oro de Ole Einar Björndalen en los mundiales de biatlón, o de Federica Pellegrini bajando de los cuatro minutos en 400 metros libres, de la final de 1500 femenino en Berlín, con la caída de Burka y la descalificación de Natalia Rodríguez, del Perfumerías Avenida ganando tras dos prórrogas inverosímiles al CSKA de Moscú y clasificándose para los cuartos de final de la Euroliga femenina, de Blanka Vlasic saltando 2.08 en Zagreb, de la etapa del Blockhaus, de tantos momentos que he ido olvidando…no fue un gran año, pero tampoco estuvo nada mal.
2010-02-16 01:29
Lo de este hombre es increíble. Está consiguiendo que me muera de ganas de pasarme el día entero sentado frente a la tele viendo… Deportes!
2010-02-16 21:42
Espero que para el 2010 salga el Madrid con algo positivo xD
Genial Luis!