Agustín Ijalba es escritor. Durante dos años mantuvo la columna de análisis de la realidad Por arte de birlibirloque En este espacio publicará Retales todos los lunes. Retales dejó de actualizarse en febrero de 2007.
Apreciar mis contradicciones y cuidarlas, en la justa medida en que aprendo de ellas y con ellas a vivir en el mundo, el mismo que me reclama diariamente mi cuota de realidad contradictoria.
Soy con-fabulador de lo real. A nada ni a nadie debo lo que soy, sino al azar. Soy, con el resto de las cosas que son, una pieza insustituible y sin embargo prescindible (contradicciones: dicciones en guerra). Valgo lo que valgo en el conjunto del universo. No procuro sino alimento para subsistir: imágenes, ficciones, pan de mi intelecto, recreaciones que me otorgan la verdad porque así lo dispongo desde la atalaya de mi infinita soberbia.
Hambre que saciar. He ahí mi permanente insatisfacción, la herida abierta que me delata frente a la roca o al árbol. No hay trecho que no reclame un estómago vacío, razones para razonar. No hay respuesta que no me exija una pregunta, no hay paz después de la paz.
Imaginemos una balsa de mercurio: si retiramos una pequeña porción del metal mágico, el hueco que quede será automáticamente cubierto por el resto de materia informe. Así lo real y así nuestra pertenencia al mundo. Ingenuo el que pretenda más.
(Debo la imagen de la balsa de mercurio a uno de los profesores de filosofía que más aprecié y aprecio. En sus disertaciones siempre hubo una parcela reservada al asombro inicial de toda filosofía, a la duda que sigue a toda certeza, a la pregunta que sutilmente envuelve el atardecer cuando te asomas al balcón a respirar los primeros aromas de la madreselva)
2006-05-15 18:18
Precioso, pero o no entiendo o no coincido con lo vertido en la frase “A nada ni a nadie debo lo que soy, sino al azar” ¿? ¿Y qué sea el azar?
2006-05-16 01:32
No exite nada al azar. El tiempo convierte el azar en destino.
Preciosa imagen la del mercurio.