Agustín Ijalba es escritor. Durante dos años mantuvo la columna de análisis de la realidad Por arte de birlibirloque En este espacio publicará Retales todos los lunes. Retales dejó de actualizarse en febrero de 2007.
Preguntarme acerca de la veracidad del universo que abrigo en mi mente, si considero que mi mente forma parte del universo que ella misma concibe, me instala en la noria idealista. Sin mí, ese universo no sería el mismo: sería otro, y otro distinto sin duda al que en mi soledad conjeturo.
¡¿Pero cómo puedo conjeturar algo parecido a un universo sin mí?!
Todo idealismo afirma que no puede haber una realidad objetiva que no sea una realidad pensada; vale decir: que no puede haber realidad sin pensamiento. ¿Pero qué es la realidad “objetiva”? ¿Puede acaso haber objeto sin sujeto? Desde luego que no. Todo objeto requiere de un sujeto frente a él. Toda realidad que pueda concebir debo pensarla. Tautología: es imposible concebir una realidad sin concebirla.
Hay un principio de irrenunciable certeza en todo conocimiento, y es precisamente esa vacilación que provoca la duda del escéptico, la incertidumbre que jamás puede ser desconocida: no sin mí; ¿pero acaso conmigo?
Ignoro el devenir porque ignoro incluso mi propia determinación a devenir. Sé que el cielo jamás caerá sobre mi cabeza, pero la realidad es tan quebradiza…