La salud, la enfermedad y sus tratamientos son una fuente inagotable de noticias, suplementos especiales y comentarios con la vecina. Una gran cantidad de entendidos de salón y “expertos” en salud opinan sin criterio mientras que la clase médica suele responder con tecnicismos incomprensibles que solo aumentan la confusión. Por eso, Santiago Viteri (médico especialista en Oncología), escribirá una columna sencilla sobre medicina el 29 de cada mes. Porque él siempre tiene una segunda opinión y si hace falta, muchas más.
El Dr. Randolph Frederick Pausch falleció el 25 de julio de 2008 a causa de un cáncer de páncreas. Tenía 48 años. Era profesor de informática en la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburg, Pennsylvania, y su carrera académica fue brillante, pero lo que le hizo realmente famoso fue su última lección, que impartió el día 18 de septiembre de 2007.
Esta lección, que llevaba el título Alcanzar realmente tus sueños de la infancia formaba parte de un ciclo de conferencias en el que se pedía a distintas personalidades académicas que pensaran sobre lo que dirían si tuvieran la ocasión de dar una última clase antes de morir. De ese modo, podían reflexionar sobre aquello que considerasen más valioso o útil en la vida y se les ofrecía la oportunidad de transmitir esa sabiduría a sus alumnos. La gran diferencia en el caso de Randy Pausch fue que para él realmente iba a ser su última lección. El día que Randy aceptó dar esa clase sabía que le faltaba muy poco tiempo para morir.
Randy fue diagnosticado de cáncer de páncreas en Agosto de 2006. Inicialmente se sometió a tratamientos con intención curativa, que incluyeron cirugía radical, quimioterapia y radioterapia. Un año después, en Agosto de 2007 las pruebas revelaron que la enfermedad se había extendido con metástasis en el hígado y en el bazo. Llegados a este punto los médicos informaron a Randy que probablemente sólo le quedaban entre 3 y 6 meses con buena calidad de vida.
Al principio, según cuenta en el libro titulado La última lección Randy dudó sobre si aceptar la invitación para dar aquella conferencia. No quería malgastar el tiempo que le quedaba en trabajar en aquella conferencia si eso le iba a restar oportunidades de pasarlo con su mujer y sus tres hijos. Además tenía mucho que arreglar, dejándolo todo preparado para cuando él ya no estuviera. Pero por otro lado, aquella oportunidad le parecía algo realmente importante. Él sabía que podía utilizar esa conferencia para transmitir a mucha gente lo que había aprendido de la vida. Además confiaba en que si grababa aquella charla, podía utilizarla para transmitir una parte de su vida a sus propios hijos, que aún eran demasiado pequeños para comprender lo que iba a pasar.
A continuación os dejo el enlace para ver la conferencia de Randy Pausch en con subtítulos en español
En ella Randy se muestra vital, divertido, y sobre todo, extraordinariamente vivo. No os adelanto nada más, sólo vedla. También se puede leer el libro La última lección que escribió con la ayuda de un periodista del New York Times, donde amplia el tema y las ideas de la conferencia y cuenta algunas cosas más de su vida.
Descansa en paz, Randy, y muchas gracias por tu última lección.
2008-09-29 14:58
Hola, lo de Randy es impresionante. Vi la conferencia y también me he leído su libro. Me puso un nudo en la garganta, sobre todo cuando habla de sus hijos y su mujer. A pesar de ser una historia triste, al final me deja una sonrisa en la cara y me inspiró mucho valor para afrontar los pequeños problemas del día a día. A veces somos muy tontos perdiendo nuestro tiempo en preocupaciones sin sentido. En el libro también encontré la web cadenadeoptimismo.org, y me parece una idea bonita la de recoger todas las noticias positivas del mundo. Gracias Randy por tu ejemplo. Y mucho ánimo para la familia.
2008-09-29 16:03
Mientras se va enfriando la comida.
Hace unos cinco años murió mi mejor amigo. Le dieron fecha de vida y por desgracia acertaron. El último mes con una actitud serena que sorprendió a todos dejó todo preparado. La historia es larga e innecesaria de contar aquí.
Hay varias frases, una de un autor que no diré nombre: “Hay que vivir con la muerte como si fuera tu amiga, siempre detrás de tu hombro” y así cada minuto de vida es precioso … Otra de Oteiza: Tambien hay que saber ganarse la muerte.
Dafortunadamente algo que es tan natural (que a todos nos llega) se obvia y evita en esta cultura nuestra … la conciencia de la muerte (mi muerte) curiosamente nos hace mejores, más humanos y casi siempre (algo que parece contradictorio) más optimistas pues reorganiza nuestra escala de valores.
Un saludo y gracias por tocar el tema.
2008-09-29 22:47
Santiago, ya había escuchado la conferencia y la verdad es que me había quedado una sensación agridulce. Por una parte me parece envidiable esa forma de enfrentar la muerte, que es el motivo por el que tú lo traes aquí, en una sociedad que vive de espaldas a ella. Pero por otra parte (y me pasó igual que con la de Steve Jobs, que curiosamente también fue diagnosticado de cáncer de páncreas, aunque con más suerte) no me gusta mucho el fondo del mensaje que trasmiten. Está bien eso de luchar por los sueños, sobre todo cuando se consiguen, pero claro ellos son de la minúscula parte de la humanidad que los han conseguido. Y, por supuesto, no pongo en duda que hayan luchado por ellos y que se los hayan trabajado, pero la implicación al revés no se da. Y no sé si con estos mensajes se incrementa el número de personas que consiguen sus sueños o más bien el de que siente que su vida es un fracaso. Tiene un poco que ver con el artículo que he escrito esta semana para el ojo que ve, me parecen muy poco acertadas y bastante injustas expresiones del tipo:“Las paredes de ladrillos no están ahí para mantenernos fuera. Están ahí para demostrarnos cuánto deseamos algo. Porque las paredes de ladrillo están para detener a aquellos que no quieren algo de corazón.”
Justamente acabo de leer “El desierto de los tártaros” con una visión un poco diferente y, y yo creo que más realista, del mismo asunto.
2008-09-30 19:54
Gracias LemonMarta, Cayetano y Maria José por vuestros comentarios.
Nos pasamos toda la vida intentando aprender a vivir y creo que para saber vivir es necesario ser conscientes del hecho de que un día moriremos. Si intentamos vivir negando esta realidad nunca sabremos a lo que nos exponemos, lo que nos estamos perdiendo.
Casi ninguno de nosotros sabe cuando va a morir, por eso es más facil no pensar en ello. Cuando te pasa como a Randy Pausch y sabes, más o menos, cuando se acabará tu vida puedes decidir cómo quieres que sea el tiempo que te queda. Randy, en su lección intenta aconsejarnos sobre cómo vivir. Pero eso es algo que cada uno debemos descubrir por nuestra cuenta
Además Randy nos explica las cosas que le ayudaron a él, pero no tienen que ser, ni son, las mismas que nos ayudan a nosotros.
A mi, que he visto la conferencia y he leído el libro, la visión de Randy de “aprovechar” el tiempo, no me gusta ni me ayuda. También me sucede como a Maria José, que no creo que conseguir los propios sueños sea la receta de la felicidad. Hay sueños que es mejor no conseguirlos, y también hay sueños que es mejor no tenerlos.
Randy Pausch es el paradigma del modo de vida americano (self-made man, family man) donde si te lo curras desde lo más bajo puedes llegar a lo más alto, donde todos tienen derecho a la felicidad. Esto no es una crítica, es una descripción. El modo de vida americano tiene innegables virtudes y carencias.
A mi lo que más me gusta de la conferencia de Randy es cuando habla de como ayudar a los demás a conseguir sus sueños puede ser incluso mejor que conseguir tus propios sueños
2008-10-01 12:34
Santiago, no lo conocía, gracias por el enlace a la conferencia de la última lección (sobre todo con la facilidad de que tenga subtítulos, je).
Me ha gustado mucho la presentación que hace de él su amigo, por el humor y la emoción con que lo hace, y me ha gustado también mucho el comienzo de la última lección de Randy, diciendo de qué no iba a hablar en tres puntos claritos y con gran sentido del humor, también. Pero coincido contigo y con María José en que quizá es una conferencia demasiado norteamericana, demasiado empeñada en que todo el mundo que vale para salvar ese muro que está ahí para dejar fuera a los que no valen, no a nosotros lo salve y llegue a realizar esos sueños concretos, demasiado concretos. Hasta en el tono de la conferencia me llega esa forma tan norteamericana de creer en uno mismo y conquistar el mundo.
Quizá gente tan fuerte no esté preparada para ayudar más que a los que son igual de fuertes que ellos y tienen sueños parecidos y fuerzas similares, incluidas la inteligencia, el saber aprovechar una oportunidad, la ambición de legar algo (parece que esto sea un gran consuelo para este hombre: todos los proyectos que deja como legado; insiste mucho en ello).
Por otra parte, es impresionante ver cómo ha ordenado Randy, con la muerte tan cercana, lo que le ha estrujado a la vida.
Tú, que eres oncólogo, ¿te encuentras a menudo con gente satisfecha con su vida si les dan la noticia de que van a morir en breve? ¿Sienten más bien la urgencia de hacer algo que se les quedó en el tintero? (Obviamente no hablo de viejos, como mi abuela cuando murió de cáncer, sino de gente de mediana edad o menos.)
Un beso.
2008-10-01 13:14
Ana. no soy oncologo y ya te responderá si quiere Santiago, pero según las estadísticas una persona que recibe la noticia de que tiene una enfermedad grave y que tiene menos de 50 años tarda en asumirlo (de forma positiva en general) una media de tres meses.
Pero cada uno es un mundo y reacciona de formas muy diferentes.
Pero muy pocos tienen la suerte de vivir una experiencia como la que narra la película interpretada por Jack Nicholson y Morgan Freeman: Ahora o nunca.
2008-10-02 17:04
Hola Ana, Cayetano
Sobre lo que comentais:
Hay una diferencia importante entre la cultura norteamericana y la española que se ve muy claramente en el ámbito de los pacientes con enfermedades terminales. Estoy a punto de enunciar una gran generalidad pero sigo adelante. El español siente un gran pudor emocional y no es muy dado a los grandes gestos dramáticos a los que la sociedad norteamericana se siente tan inclinada. Es muy frecuente que el enfermo norteamericano ante una situación de este tipo y después de un lógico tiempo para asimilar la noticia haga una lista de cosas que quiere hacer antes de morir, prepare un gran discurso de despedia e incluso de una fiesta para decirselo a todos sus familiares y amigo.
En nuestra sociedad esto es extraordinariamente poco frecuente.
Respondiendo más directamente a la pregunta de Ana:.
He visto a pocas personas satisfechas con sus vidas, preparadas para afrontar la muerte con tranquilidad, conscientemente. Cuando te encuentras a alguien así es realmente una experiencia maravillosas, ya que esas personas transmiten una serenidad que se te contagia y así el médico también vive esa muerte de otra manera. En la gente joven (menos de 45 años) es más frecuente que una vez lo asumen, intenten hacer algunas cosas que habían dejado para después. Yo siempre les animo a hacer esos pequeños viajes. Casi siempre vuelven contentos y más tranquilos.
2008-10-03 11:28
Gracias, Santiago, gracias, Cayetano. Sí, me refería a gente que realmente esté satisfecha con su vida. Curioso, no había pensado en el efecto positivo que eso tendría en el médico.
Un beso.
2008-10-07 14:26
Hola!
He leido lo que ha dicho LemonMarta y me parece una muy buena idea la página nueva de cadenadeoptimismo de Randy!! He entrado y me he registrado.
Un saludo!
2009-01-05 07:51
¡Hola! En el siguiente enlace hay algunos comentarios sobre la trascendencia del testimonio de Randy Pausch, así como un amplio surtido de enlaces hacia “La última lección” en español.
http://lcum.blogspot.com/2009/01/randy-pausch-y-el-resto-de-nosotros.htm