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Quiero una segunda opinión por Santiago Viteri

La salud, la enfermedad y sus tratamientos son una fuente inagotable de noticias, suplementos especiales y comentarios con la vecina. Una gran cantidad de entendidos de salón y “expertos” en salud opinan sin criterio mientras que la clase médica suele responder con tecnicismos incomprensibles que solo aumentan la confusión. Por eso, Santiago Viteri (médico especialista en Oncología), escribirá una columna sencilla sobre medicina el 29 de cada mes. Porque él siempre tiene una segunda opinión y si hace falta, muchas más.

Series de ficción médica (I)

Me gustan las series de médicos. Uno podría pensar que después de todo el día trabajando en un hospital lo que menos apetece es ver una ficción médica pero en realidad no es así. A un montón de compañeros míos también les encantan las series de médicos. Estamos atentos a los detallitos prácticos y nos complace ir desvelando los defectos, a veces garrafales de estas series. Recuerdo una vez que en Hospital Central dos médicos con semblante grave estudiaban atentos las imágenes de un supuesto Scanner que en realidad era una radiografía de cráneo y para colmo la estaban mirando del revés. También resulta divertido diagnosticar los casos antes que el protagonista aunque a veces sean tan rebuscados que es poco menos que imposible. Como uno de los casos de House en que el infame médico cojo diagnosticaba un cáncer de testículo a una top-model que en realidad era un varón con un rarísimo síndrome de feminización debido a una alteración genética.

Lo que no resulta tan obvio es por qué triunfan también entre el resto del público, que no son médicos. Está claro que es un tema que genera mucho interés. La figura del médico televisivo tiene algo de mitológico. En sus manos está la diferencia entre la vida y la muerte. La sociedad que acepta poner en manos de los médicos su salud espera mucho a cambio. Teniendo en cuenta que tienen que confiar sus cuerpos a esas personas necesitan tener la garantía de que van a velar por ellos, que van a guardar la confidencialidad de sus dolencias y que están realmente bien preparados. Por eso al ciudadano normal le gusta pensar que su médico está hecho del mismo material que los héroes de la Grecia clásica. Humanos excepcionales capaces de trabajar mas de doce horas sin descansar ni despeinarse, capaces de descubrir las causas de la enfermedad por más ocultas que estén. Pero también son indiscutiblemente humanos, de ahí que el 50% del tiempo de estas series se dedique a detallar la vida privada de estos héroes de hospital. Sus amoríos y sus sufrimientos, sus dificultades para pagar el alquiler a fin de mes o sus multas de tráfico los acercan un poco más haciéndolos reconocibles y al mismo tiempo más admirables. Son como yo, pero además son Médicos.

Una de las que más me gusta es la primera temporada de Scrubs. Para narrar las aventuras del primer año de residencia de JD (interpretado por un desternillante Zach Braff) los guionistas entrevistaron a más de 10.000 auténticos residentes y les pidieron que contaran sus anécdotas más graciosas o patéticas. Con este valiosísimo material se las arreglaron para meter a nuestro joven protagonista en mil y un aprietos que me recordaban tanto a mi propia residencia que no podía parar de reír. Aunque quizá esta serie no gustó tanto a los no médicos, porque en ese hospital todos parecían ser idiotas o estar locos, y quizá resultaba demasiado inquietante para el profano.

Sin lugar a dudas la mejor serie médica nunca realizada es Urgencias. Cinematográficamente impecable, médicamente muy cuidada y con unos personajes muy carismáticos esta serie cuenta con una fórmula de calidad y éxito que no ha vuelto a ser alcanzada. Y eso que en Televisión Española la maltrataban constantemente cambiándola de horario y relegándola a las madrugadas. Recuerdo que me quedaba para poner el vídeo en marcha y al final acababa viendo el capitulo entero. Esto me obligaba a acostarme a altas horas de la madrugada, pero me acostaba feliz.

Pero si hay algún proyecto de médico leyendo esta columna mi recomendación definitiva no será una serie, sino una película. El Doctor protagonizada por William Hurt, un millón de veces emitida, pero no por ello menos eficaz. Puede que sea una película un poco ñoña, puede que su mensaje sea muy obvio. Pero es un buen mensaje para llevarse a casa. En ella, un cirujano frío y distante con sus pacientes descubre que padece un cáncer de laringe y experimenta lo que se siente al estar en la piel del enfermo.

Me queda hablar de muchas otras series como Anatomía de Grey (o sexo en el quirófano) o House (el nuevo y cabreado Sherlock Holmes) pero eso lo vamos a dejar para un próximo artículo.

Santiago Viteri | 29 de marzo de 2008

Comentarios

  1. Marcos
    2008-03-29 13:05

    Precisamente esta semana discutíamos sobre la importancia que pueden tener estas series en el imaginarios público: incluso, la responsabilidad que podrían tener al “crear” en el televidente falsas espectativas sobre lo que realmente es un hospital. Mi opinión era, y por ahora sigue siendo, que es ficción, y que si el espectador no distingue ficción de realidad es su problema, y gordo, pero nunca el de la productora, independientemente de la calidad del producto.

    Y sin ningún lugar a dudas: Urgencias. Quizás la mejor serie de televisión que se haya hecho, no ya de médicos, sino en general.

    Saludos

  2. Alber
    2008-03-30 20:18

    Dudo mucho de que haya un sólo gremio profesional que se sienta bien tratado en las series de ficción: periodistas, policías, informáticos, agentes comerciales, mecánicos de coches y todo lo que a uno pueda ocurrísele, aparece desenfocadadamente retratado en las series de televisión, en las pelis y en en los libros. Pero es que el deber y el objetivo de quien escribe esos textos no es ser fiel ni prestar un servicio público, sino resultar narrativamente interesante.

    Si yo tengo que narrar una escena de mi ambulatorio ajustándome a la realidad, sería lo más soso del mundo: el lugar es soso, mi médico es soso (el anti-House, para que se entienda) y los pacientes somos sosos y tenemos dolencias la mar de sosas. Pero es que la vida es, esencialmente sosa. Por eso precisamente nos gusta mucho la ficción literaria/audiovisual: porque te enseña a gente que podrías ser tranquilamente tú mismo pero que, de una u otra forma, son extraordinarios.

    Por cierto, mi serie favorita de médicos (que no era muy de médicos, la verdad) es “Doctor en Alaska”.

  3. Marga
    2008-03-30 21:34

    Estoy con Alber, mi serie favorita de médicos es Doctor en Alaska (aunque confieso que mi personaje favorito no era el médico neura sino el locutor de radio)y una serie más antigua: Mash con Alan Alda, ese sí que era un cirujano.
    Si vamos al campo de las especialidades para mi Fraisier es la mejor serie de todas (aunque no sea muy de psiquiatras)
    De todos modos aprovecho esta sección para decir que desde que vivo en Euskadi, (soy madrileña)ir al médico es todo menos soso, porque aquí y con motivo de los perfiles lingüísticos, puedes ir al pediatra y que te atienda un médico general, o al psiquiatra y que te atienda otro médico general (sin que el médico en cuestión lo explicite), y en Madrid, mal que les pese, eso no sucede. Así que todo menos soso, aventurado, arriesgado y más parecido a la ficción de lo que parece(el paripé del fonendo y el depresor lingual y si empeora el estado general llévelo a urgencias señora lo hace hasta el camarero de la estación de autobuses de San Mamés)
    En la últimas oposiciones de Osakidetza el curriculum valía 20 puntos (con un tope para que no haya muchos listos en Osakidetza)y el perfil lingüístico (esto es, el euskera 16 puntos) Así sea para obtener una plaza de neurocirujano, cardiólogo o psiquiatra infantil es más rentable para los residentes meterse en unos sitios llamados euskaltegi (para tener esos perfiles)que estudiar inglés (la literatura científica está en inglés, lo siento), rotar fuera en unidades especializadas o estudiar medicina en definitiva. Un asco.
    Ahora bien estos políticos de los perfiles si tienen un hijo autista a ver a que psiquiatra lo llevan si al que habla euskera o al que se ha formado como psiquiatra infantil y se ha especializado en el campo del autismo. A ver si decimos la verdad, que el que nace en la margen izquierda lo tiene un poco chungo para que le vea alguien especializado…

  4. santiago viteri
    2008-04-01 01:53

    Marcos: Tan importantes son estas series en el imaginario colectivo como en el mio personal. Casi podría decir que lo que me decidió definitivamente a ser médico fue Urgencias… También recuerdo haber leído que cuando se estrenó Top Gun el número de voluntarios que se alistaron a las fuerzas aereas se multiplico por tres.

    Alber: A mi tambien me encantaba Doctor en Alaska, pero como dices era una serie mucho más de Alaska que de Doctor. Esta claro que una serie tiene como principal objetivo ser televisivamente entretenida, pero creo que hay ciertos errores de bulto que sólo obedecen a la falta de asesoramiento. Está claro que es más televisivo que el médico protagonista diagnostique, opere y haga la autopsia que sacar a tres personajes distintos y esas concesiones se comprenden e incluso se disfrutan. Pero no los absurdos y las “tiradas de la moto” Aunque reconozco que a la mayoría de la gente esas cosas les pasan desapercibidas y por tanto no importan demasiado.

    Marga: Estoy de acuerdo contigo. Me parece bien que en las comunidades con dos lenguas oficiales el tener conocimiento de ambas puntue positivamente en las oposiciones. Lo que me parece un disparate es que la lengua valga mucho más que los méritos profesionales, los artículos publicados en revistas internacionales o el doctorado. Yo prefiero que mi médico seleccionado por oposición sea el que más medicina sepa, pero marga, es que tu y yo debemos de ser un par de bichos raros…

  5. Cayetano
    2008-04-01 18:08

    Santiago y Marga: Aunque no es el asunto del artículo lo del euskera en oposiciones de osakidetza es algo más complicado de explicar o evaluar en un simple comentario.

    Pero si voy a decir algo, el colegio y los sindicatos médicos (no los de enfermería, auxiliares, etc.) tienen suficiente poder para cambiar la situación (como se ha demostrado en el último conflicto) y es un tema que no les ha preocupado en absoluto. No hasta el punto de plantear un conflicto y llevarlo a los tribunales.

  6. Santiago Viteri
    2008-04-01 18:16

    Cayetano: Es verdad que no es el tema del artículo pero es un tema interesante y me gustaría conocer tu opinión. Yo no conozco personalmente la situación de Osakidetza, yo tengo más experiencia con el Sergas gallego, pero la situación es muy parecida a la que explica Marga

  7. Cayetano
    2008-04-01 20:26

    Santiago: En Osakidetza hay problemas más graves que el del euskera. Para evitar que éstos salgan a la luz, o que acaparen durante mucho tiempo las portadas de los medios, se emplean técnicas de gestión de recursos humanos muy efectivas. No seré yo quien tome partido en ese juego.

    Básicamente la gestión de la sanidad pública va hacia un modelo de privatización (el personal médico de dichas empresas no necesitan realizar oposiciones donde se necesite saber euskera) y es este el meollo del asunto. Tambien hay que señalar que la gestión de la sanidad está en manos, fundamentalmente, de gestores económicos (algunos con formación sanitaria) y ante las protestas (del pasado) de esta tendencia los sindicatos médicos han conseguido sus objetivos (entre ellos no se encontraba el asunto del euskera).

    Ahora, si algún aspirante a una plaza de médico en osakidetza considera que el método de valoración es injusto, puede plantearlo en su colegio o en los tribunales correspondientes. ¿Que no funcionan? Ese es un problema que no les interesa resolver y en el que no pondrán tanto empeño ;)

    Por otro lado hay diversas “Plataformas por la Libertad Lingüística”, formada por 2.000 padres que reclaman su derecho a recibir la educación en el modelo A, o en su lengua materna (castellano o español) a los que les espera una dura y larga tarea ;(

    Mi opinión es irrelevante, solo señalar que no conozco ningun colectivo médico que luche por “ese derecho” o contra esa “injusticia”. Meter bulla es fácil otra cosa es comprometerse y luchar por aquello que se cree justo. Así que no les voy a hacer la cama a los que opositan a una plaza en osakidetza.

    Se ha demostrado como funciona el colectivo médico: El su última huelga arrastraron a resto del personal sanitario, una vez conseguidos sus objetivos les importa un carajo que les ocurra al resto. Asunto de castas que le dicen ;).

    Y ojito, que se distinguir muy bien los comportamientos dentro manada, de las manifestaciones individuales fuera de ella.

    Y como dicen en el servicio de atención al cliente: Si tiene una reclamación siga este o aquel procecimiento … Que funcione o no es, tambien, otro asunto

  8. Cayetano
    2008-04-01 21:01

    Olvidé decir que los guionistas de las series de médicos y tal podrían salpimentarlas con trozos de los guiones de Dinastía

  9. Cayetano
    2008-04-01 22:17

    Para hacerse una idea de lo que da de sí el tema linguistico: Joseba Arregi en Yo hablo en principal . Yo estos temas, como los sanitarios, se los dejo a los profesionales … (modo cínico). Así que el asunto, como tantos otros, tratados en profundidad no resultan ser tan simples.

    Por ejemplo, el tema que apunta Marga de los pediatras, como faltan especialistas, cubren el servicio médicos de medicina general o recien salidos del MIR. Eso nada tiene que ver con que en las oposiciones filtren a los que no dan puntos en euskera.

    Se informa mal y de manera interesada.

  10. Ana Lorenzo
    2008-04-01 22:59

    A mí me gustaba mucho Urgencias. En especial el pediatra. Es broma, me gustaba la serie. Supongo que las series de médicos nos gustan porque solucionan con piezas que encajan en un puzle perfecto lo que en la realidad ni es puzle ni encaja ni tiene, muchas veces, solución.
    Es como cuando ves que la justicia triunfa en las series de abogados, que también ha habido unas cuantas. Parecen sueños hechos realidad.
    Ya sé por qué a Marga le gustaba más el locutor de Doctor en Alaska: ¿porque aparte de la filosofía loca de la vida, estaba como un tren? También el pediatra de Urgenias, un tal George Clooney. (Hala, ya he tenido que fastidiarla).
    Espero el siguiente artículo, con el políticamente incorrecto House.
    Un beso.

  11. Alber
    2008-04-01 23:39

    Mi personaje favorito de Doctor en Alaska es Adam. Es un personaje difícil de recordar, porque sale muy poco y siempre es huidizo: al parecer, es un cocinero genial, pero también es espía y no se sabe cuántas cosas más. Una vez secuestra al doctor Fleischman para que trata a su mujer (la de Adam), que es hipocondríaca. La mujer se llama Eva.

    Bien, pues el personaje de Adam lo interpretaba Adam Arkin, luego archiconocido por protagonizar Chichago Hope, la serie de médicos que rivalizó con Urgencias y que, al parecer, terminó por llevarse el gato al agua.

    Y no sólo eso. En otra serie de culto, El ala oeste de la Casa Blanca, Adam Arkin hace de psicólogo (vale, no es un médico, pero se le parece) y trata al propio presidente de los Estados Unidos de una caso de insomnio (que resuelve en menos de lo que canta un gallo, claro).

  12. miguel angel salinas layza
    2009-08-11 03:59

    santiago eres lo maximo te saluda tu promocion de la unidad escolar miguel de moche


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