Mondo Píxel PG supone, como el Parental Guidance de su título indica, un punto de vista alternativo y guiado acerca de los videojuegos. Cada viernes, John Tones y Javi Sánchez, miembros del hervidero de visiones con seso sobre lo interactivo Mondo Píxel, contarán en LdN cómo se ha convertido el ocio electrónico en una volcánica explosión de inquietudes pop. Sus ramificaciones en cine, tebeos y música, su influencia en nuestra vida diaria, su futuro como forma de ocio y olla a presión cultural. Cada semana en Mondo Píxel PG.
A estas alturas, toda persona mínimamente interesada en qué se cuece en nuestra escena cultural al margen de los canales oficiales sabe quién es Miguel Noguera. Pero por si hay algún despistado que ni visita El Focoforo, ni ve Buenafuente, ni lee El Jueves, ahí va una somera explicación: Miguel Noguera elabora una excéntrica variante del stand-up comedy tradicional a la que llama Ultrashow, y en la que lee, una tras otra y sin aparente intención de establecer un ritmo coherente, ideas que lleva apuntadas. Estas ideas poseen un tono entre agresivo y naïf que las hace únicas y que establecen su propia coherencia: tienen un principio y un fin en sí mismas, y no se expanden más allá de la mera lectura de la nota, que casi nunca acaba con una punchline o un remate. Es decir, dentro de las propias ideas de Noguera tampoco existe el ritmo o el orden del que carecen los Ultrashows. El resultado, más que deslavazado, es anárquico y fulminante: cada idea es una explosión de ingenio porque cada una de ellas podría ser, por sí misma, la culminación que cerrara el Ultrashow, desafiando así las leyes no escritas de las convenciones narrativas. Noguera se está convirtiendo poco a poco en un viral, está contaminando el lenguaje con sus latiguillos (algo que no veíamos desde Chiquito de la Calzada) e incluso modificando la realidad, haciendo que ésta se vuelva nogueriana, y no a la inversa. En definitiva, es lo más cerca en muchos años que ha estado la cultura mainstream en España de tocar y entender la excentricidad artística pura.
Lo cual es importante, porque el equivalente en los videojuegos de Noguera fue protagonista, serendipias que pasan, de un reciente Juego del Día en Mondo Píxel: Wario Ware Inc. (conocidos simplemente como Wario Ware, y en Japón como Made in Wario), y que ha conocido versiones para todas las plataformas de Nintendo desde Game Boy Advance, en 2003. Cada una de sus entregas se ha subido al carro de las tendencias o el hardware que Nintendo estuviera promoviendo en ese momento (sensores de movimiento, conectividad, party-games, cámara, etc.), pero siempre han sido fieles a una curiosa poética de la extrañeza pop y a una mecánica común: la del microjuego. Ninguna de las pruebas que presenta Wario Ware dura más de cinco segundos, y en esos cinco segundos el jugador tiene que entender el contexto de la prueba, qué tiene que hacer… y hacerlo, a menudo pulsando un solo botón en el momento adecuado (y cinco segundos dan para muchos momentos inadecuados). Lo singular de estas pruebas es que están completamente autocontenidas en sí mismas: no forman parte de una prueba mayor que se subdivida en estos microjuegos. Cada juego, simplemente, dura cinco segundos, y lleva su propio planteamiento (reglas), nudo (juego) y desenlace (se gana o se pierde). En ese sentido, los juegos de Wario Ware son todo un desafío a esa obsesión que ya hemos comentado por aquí de la industria y, por ende, del jugador medio, de equiparar calidades con cantidades, obsesión que nos ha deparado una buena ración de facepalms con las críticas de soberbios juegos recientes, como las de nuestro adorado Portal 2.
En cualquier caso, hemos hecho el ejercicio de tender este puente de ideas surreales, abstractas, breves y, sobre todo, contenidas en sí mismas que enuncia Noguera y que forman el esqueleto de los Wario Ware hacia otros medios… y no lo hemos conseguido. Aunque es posible encontrar microrrelatos, infracanciones o minitebeos, rara vez pasan de ser ensayos en formato reducido de narraciones más extensas, salvo que nos introduzcamos en las procelosas aguas de la Experimentación Por Las Buenas y del Arte Grandilocuente. Tanto las ideas de Noguera como los Wario Ware (y el resto de los videojuegos, que siempre son pop aunque no quieran, pero este es otro tema) tienen un fuerte agarre en lo cotidiano y en los medios de comunicación de masas como suministradores de experiencias. Y teniendo en cuenta la naturalidad con la que los Ultrashows de Noguera conectan el humor de bar con la performance para iniciados en vanguardias artísticas, no nos resulta nada complejo contemplar su equivalente digital, los microjuegos de Wario Ware, como una oda a la vanguardia artística… que no se ha dado cuenta de que lo están jugando en un bar.
2011-05-25 04:29
Después de leer atentamente el artículo sólo puedo decir; Cuanta tontería !!!
2011-05-25 04:48
Bien visto. Pero entre Chiquito de la Calzada y Noguera antes estuvo la saga Chanante como la gran modificadora del lenguaje cotidiano. De repente todos maños.
@Jorge Santos ¡Bien por ti!