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Mondo Píxel PG por John Tones y Javi Sánchez

Mondo Píxel PG supone, como el Parental Guidance de su título indica, un punto de vista alternativo y guiado acerca de los videojuegos. Cada viernes, John Tones y Javi Sánchez, miembros del hervidero de visiones con seso sobre lo interactivo Mondo Píxel, contarán en LdN cómo se ha convertido el ocio electrónico en una volcánica explosión de inquietudes pop. Sus ramificaciones en cine, tebeos y música, su influencia en nuestra vida diaria, su futuro como forma de ocio y olla a presión cultural. Cada semana en Mondo Píxel PG.

E3 para principiantes

Por un momento, finjamos que ninguno de nosotros sabe qué es el E3. La intención de esta columna es prescindir de ese vicio tan feo del periodismo especializado en videojuegos de dar por sentado que sus lectores llevan veinte años jugando, y por supuesto, prescindir de ese otro (igualmente feo) del periodismo generalista de dar por sentado que sus lectores tienen problemas cognoscitivos. Así que partamos de cero, pero asumamos que saben ustedes leer de izquierda a derecha y de arriba abajo, y preguntémonos por qué el E3 de este año ha pasado, en solo un par de días, de rubricar el fin de los videojuegos a dibujar un interesante plan de futuro para el medio.

Antes de nada, convendría clarificar qué tipo de jugadores son Javi Sánchez y John Tones, autores de esta columna. Veteranos y muy amigos de los juegos clásicos y las mecánicas vetustas —en algunos casos casi impracticables hoy día—, para describirlos puede bastar con señalar algunas de sus mayores emociones en este E3. Sánchez tuiteó que estaba desnudo revolcándose y autoestimulándose, de puro gozo y frenesí, cuando Nintendo anunció una nueva entrega de una de sus franquicias menos prolijas pero más recordadas: Kid Icarus. Tones aún no da crédito con el anuncio de una nueva entrega de la serie Mortal Kombat con sistema de juego en 2D, lo que sumado a lo rotundamente pasado de moda de sus diseños y lo robótico y anticuado de su mecánica, viene a ser como si Sony anunciara que va a lanzar una consola con juegos que imitan la calidad lo-fi de las televisiones de tubo. Es decir, los autores de Mondo Píxel son dos jugadores experimentados, pero muy amigos de reivindicar la cultomanía y las bajas pasiones que despiertan las sagas menos populares y glamourosas de la historia del medio.

E3 es el acrónimo de Electronic Entertainment Expo, la feria de ocio electrónico más importante del mundo, que se celebra cada año en Los Angeles. Prácticamente todas las novedades de la temporada se anuncian en la feria, a veces con varios años de antelación. El plato fuerte, sin duda, son las conferencias que los tres grandes fabricantes de consolas hacen de sus criaturas. Si Sony, Microsoft o Nintendo van a lanzar alguna consola nueva o van a modificar drásticamente las existentes, se anuncia aquí. Estas tres conferencias sirven para detectar la orientación que el mercado va a tener durante el año siguiente.

El primer día de E3 fue el turno de Microsoft. Los periodistas especializados, tan amigos del pleonasmo barato, no dudamos en bautizar la jornada como «El fin del mundo tal y como lo conocemos». Pongámonos en situación: hace algo menos de cuatro años, Nintendo lanzó Wii, un golpe de timón a la industria del videojuego cuya onda expansiva aún estamos percibiendo. Dejó definitivamente de lado los lanzamientos para jugadores de toda la vida y abrazó un sistema de control fácil de entender y atractivo para toda la familia, con títulos de estética amable y conceptos comprensibles. Como sabemos, arrasó en ventas y dio la vuelta a la industria, incluso en cuestiones que al observador ocasional le pueden pasar desapercibidas. Por ejemplo: la mítica pantalla de Game Over que todos relacionamos con el universo señalético de los videojuegos… ya no existe. Es uno de los efectos de la wiificación mal entendida: no se debe frustrar al jugador, y por ello, éste no puede «perder».

La cuestión es que la industria del videojuego, derivativa y chupóptera por definición, ha decidido a estas alturas que no hay más alternativa que esa para conseguir un beneficio rápido, y las presentaciones de Sony y Microsoft de este año ha sido, esencialmente, de sofisticados aparatos que convierten sus respectivas consolas… en carísimas Wiis. Las grandes novedades de las dos compañías son versiones en alta definición de juegos de gran éxito y baja calidad como Wii Sports o Wii Play. Hasta aquí, un panorama terrible para quienes creemos que los videojuegos son un medio con capacidad intrínseca para desarrollar nuevas vías de entretenimiento, o al menos, alguna que no destaque sólo por la confusión entre «jugar» y «pasar el rato de la forma más torpe y descerebrada posible».

Curiosamente, ha sido Nintendo, compañía a la que muchos jugadores identifican como responsable de la pésima situación creativa que actualmente viven los videojuegos, la que ha dado este año un nuevo golpe de timón al panorama: ignorando la tendencia hacia los juegos familiares que ella mismo inició, en este E3 presentó un catálogo de lanzamientos y hardware para el año que viene basado, en cierto sentido, en un regreso a las mecánicas de juego clásicas. No solo retomando series muy del gusto del jugador encallecido, como la citada Kid Icarus u otras como Persona o Dragon Quest, sino mostrando una notable cantidad de juegos basados en una perspectiva bidimensional o en mecánicas clásicas, que es casi un símbolo de tiempos pasados que difícilmente volverán. O transpirando cierto respeto por el concepto más esencial de videojuego, en el que conceptos como «desafío» están muy presentes. Posiblemente tras la jugada de Nintendo sólo haya un inhumano estudio de mercado y una nueva máquina de imprimir billetes (esta vez, el nombre es 3DS) pero resulta esperanzador cómo, aparentemente, la compañía ha dedicado un par de años a salir de una crisis de la que sólo le salvaban sus exitosas consolas portátiles y, ahora, convertida de nuevo en un sello que no tiene intención de ser identificado con «entretenimiento multimedia», sino con «videojuegos», vuelve a tender la mano a los jugadores de toda la vida.

A estas alturas, para los que ya hemos sustituido la emoción honesta por el cinismo, no es algo que nos vaya a hacer llorar. Porque ese brillo que ven en nuestros ojos no es de emoción. Es… ehm… no es más que el polvo que se nos ha metido en los ojos al soplar en la ranura de un cartucho de un vetusto juego de NES que, casualmente, quizás hoy nos ha apetecido volver a sacar de su caja.

John Tones y Javi Sánchez | 18 de junio de 2010

Comentarios

  1. Manuel Haj-Saleh
    2010-06-18 23:57

    Hum… lo que no entiendo es por qué se considera a Nintendo (o, colateralmente, a Ubisoft, recordando una mini-discusión que tuve con un focoforer no hace mucho) “responsable” de esa aparente bajada de calidad creativa. En todo caso los responsables serán los otros desarrolladores de juegos, que siguieron su ejemplo, ¿no?

    Nintendo lo tenía muy claro: estaba cayendo en ingresos y con la Gameboy y las licencias ya no le llegaba. Alguien por allí se da cuenta, observa, que hay un mercado potencial de gente enorme que no juega a videojuegos, por el simple hecho de que tener que pulsar cuatro o cinco botones diferentes y a la vez estar mirando a una pantalla es un esfuerzo demasiado grande. E improductivo, ya que el jugador ocasional no tiene o no quiere tener tiempo para hacerse con el dominio de un juego y, tras un par de partidas, lo normal es que se frustre. Y entonces se inventan la Wii, que permite dos cosas: juegos sencillos a priori pero con dificultad variable, agradables a la vista y, fundamental en todo esto, fáciles de controlar: un palo que mueves y sacudes.

    El objetivo está clarísimo: hay que llegar a ese sector de población que jamás se compraría una consola. Un sector que abarca un espectro mucho más amplio de edades, que incluye a las mujeres (habitualmente poco inclinadas a los videojuegos) y que puedan gastarse los 250 dólares/euros que cueste el bicho sin pensárselo mucho. Admitámoslo: hay muchísimos más “no jugadores” que jugadores, o PNJs que PJs, si me permitís el chiste malo. Y, piensan en Nintendo, van a ser nuestros.

    Y acertaron, coño. Acertaron de pleno, y no sólo eso, sino que utilizaron uno de esos principios —el de la usabilidad— para su consola pequeña, la de las ventas enormes. Y se la reinventan, aplicando el sistema a una carcasa conocida y, en su día, rompedora: la doble pantalla modelo “Donkey Kong”. Pones un táctil, un lápiz, y te haces con un abanico de juegos que ¡también! abarquen ese espectro, pero esta vez sin descuidar a los que ya se dejaban las pestañas en la Gameboy. Haces anuncios con gente de más edad y —otra vez— con mujeres. Y te arriesgas, porque total ya vas cuesta abajo y no pierdes nada.

    “Po no” que volvieron a acertar… Dos de dos.

    Otras compañías se suben al carro y quieren licencias de Nintendo. Quieren participar del pastel, quieren vender juegos como churros, a esa gente que jamás había jugado y ahora quiere el aparatito y hacer el ganso con el mando en medio de la sala. Los quieren y los necesitan, y hacen, por tanto, juegos con esas mismas características. Es negocio y funciona muuuuuuy bien. ¿Es culpable Nintendo de eso? ¿Es culpable Ubisoft de eso? En todo caso, lo será de los creadores (hablo de compañías) que se niegan a seguir creando, o más bien —y diría que esto se aproxima más a lo que pasa—, que deciden sacar otro tipo de juegos, aparte del que ya tienen.

    Los otros fabricantes de consolas, que ya de por sí emplean políticas comerciales y de márketing muy agresivas (hasta Sony ha tenido que rendirse y bajar los precios), quieren mantener ese mercado de jugadores de toda la vida, pero se rinden a la evidencia: hay un gran sector de mercado que no poseen. Y el que ya poseen, en parte liberado por la aparentemente descuidada Nintendo, está pidiendo también —al menos en parte— liberarse de los botones. Un poco chungo si quieres seguir en buena posición de mercado, ¿no? Mira, de eso sí que puede que Nintendo algo de culpa, pero sólo por haber querido salir a flote y haber hecho las cosas bien para ello.

    Y ojo, yo entiendo que al jugón de toda la vida no le guste, que eche pestes de la wiificación (palabro muy acertado éste) y que preferiría un salto de calidad mayor o más elaborado para los productos de las compañías a las que ha sido fiel. Pero se equivoca de culpable, me temo. Yo no pretendo hacer una defensa de Nintendo, pero déjenme que les ponga un ejemplo que conozco muy bien: yo mismo. Jamás de los jamases me habría comprado una consola, soy el segundo peor jugador de videojuegos del mundo y, en el fondo, me dan envidia y pelusa aquellos que se enganchan al mando y en dos minutos se envician con cualquier juego, dominándolo a los pocos días. Les odio ;-)

    Y sin embargo tengo una Wii en casa y una DS en la estantería. Cierto que las uso poquísimo, pero consiguieron que me comprara ambos cacharros. Y fue muy fácil… bastó que mis primos aparecieran por mi casa con una Wii a cuestas y el juego de los conejos. El resto es historia. Sospecho que no soy el único, sospecho que no somos precisamente pocos a los que nos ha pasado algo así.

    Saludos (y disculpen el ladrillaco).

  2. morri
    2010-06-19 15:28

    (Copio y pego lo que puse en Mondo-píxel:)

    Yo siento discrepar en una cosa. Hay una tendencia a decir que Wii Sports o Wii Play son juegos de baja calidad. Que me digan que Sports Island de Hudson Soft es de baja calidad es cierto, es una mierda como un piano. ¿Pero Wii Sports? Ni mucho menos. Si algo ha hecho bien Nintendo es juegos casuales sí, pero bien diseñados al milímetro. La mecánica jugable usando el control por movimientos funciona a la perfección y el juego crea diversión sencilla para toda la familia al instante. Es un juego que tiene ese objetivo y lo cumple sobradamente. De ahí que sea un éxito. Wii Play es una demo técnica que regalan con un mando y no es nada más, pero también implementaba muy bien las mecánicas.

    Lo que vengo a decir es que Nintendo no es la culpable de que hayan salido muchísimos juegos de baja calidad; son las otras compañías que no han entendido nada de la filosofía de Nintendo lo que ha llevado a que aparecieran ingentes cantidades de basura en forma de juego. Vieron gráficos sencillos en el Wii Sports y pensaron que la clave estaba ahí. Pero eso es solo la fachada, el diseño del juego y el control de calidad es excepcional. Algo que no pueden decir los otros creadores de juegos casuales.

    Nintendo tenía un plan, que era salir de su crisis de resultados a partir de Gamecube y lo han conseguido. Una vez revolucionado el mercado y ganado dinero a espuertas, ahora vuelven al redil de los jugadores de toda la vida. Es una estrategia muy interesante y este E3 ha demostrado que cuando Microsof y Sony van, Nintendo ya ha vuelto tres veces. Hay que reconocerles que han hecho un trabajo empresarial excepcional. Y si eso, además, nos trae grandes juegos en los próximos meses, mejor todavía.

  3. Tones
    2010-06-19 15:36

    Bueno, por problemas de espacio, y porque este no es el tema de la columna (que venía a hablar del E3), no se entró en muchos detalles cuando se dijo que, simplemente, los juegos-tipo de Wii son de baja calidad. Es una afirmación quizás demasiado rotunda y que merece matices.

    La calidad de un juego, desde luego, desde el punto de vista particular de este que suscribe, viene dada por dos cuestiones: el diseño artístico (con sus múltiples variantes: originalidad, valores plásticos, diseño puro y un largo etcétera) y, por encima de todo, obviamente, la mecánica de juego. Son dos cuestiones que, creo yo, se descuidaron mucho en los lanzamientos-tipo de Wii. A nivel de diseño son desastrosos, y la mecánica de juego era, en efecto, accesible, pero no tenía ninguna profundidad: ¿o no recuerdan que llegaba un momento en que a Wii Sports se podía jugar sentado y sin casi mover el mando? Están a años luz de juegos igualmente accesibles como Mario Kart o los típicos puzzles, pero que tienen profundidad.

    Dos cosas no discuto: lo que vino después fue infinitamente peor que los lanzamientos originales, y quizás nuestro recuerdo del Wii Sports original se ha devaluado por culpa de Ubi Soft, por decir un nombre. Y por otra parte, Nintendo lo necesitaba y la industria quedó marcada: como jugador de otro tipo de juegos me sentí dado de lado, pero eso no quita para que me parezca un movimiento económicamente saludable, muy inteligente y que Nintendo, por descontado, está en todo su derecho de hacer. El mismo derecho que tengo yo a saludar con entusiasmo un hipotético retorno de la compañía a los juegos que la encumbraron. Yo soy muy poco rencoroso y muy poco fanboy. La fase que ha vivido recientemente Nintendo no me interesa nada, pero porque yo aparte de crítico soy jugador. Eso tampoco puedo evitarlo.

  4. Agu
    2010-06-23 15:40

    Me ha encantado.
    Con respecto al tema de la vuelta de Nintendo, estoy de acuerdo, haciendo lo que tenia hacer y lo que hace mejor, traer juegos viejos nuevos, ese Kirby me ha enamorado.


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