Mirando el fútbol, uno es capaz de aguantar tardes enteras con la vista fija sobre un patatal en el que no sucede nada. Sólo porque puede terminar sucediendo. Incluso en las circunstancias más inverosímiles, en una tanda de penaltis de una final, por ejemplo. David Álvarez (Balazos) sigue buscando a los que vienen después de Panenka. La cita es los martes.
Las alegrías vienen como cojas estos fines de semana sobre la hierba. Tullidas. El Barça gana aire en la primera posición, pero lo hace con un gol trompicado, después de dos rebotes, marcado por Navarro, que realmente jugaba en el equipo contrario. Un gol prácticamente de pinball, con el único mérito de la casualidad y la intención. Un gol después del que todos querían abrazar a Saviola, el último que la empujó al palo, desde donde volvió a la espinilla de Navarro. Era ya el minuto 88, y querían abrazar a Saviola, a quien el año que viene no desean ver vestido así. Y habrían abrazado también a Navarro, si se hubieran atrevido. Algo debió de ver el del Mallorca, que después del partido reclamaba al menos la mitad de la prima que iban a cobrar los otros por ganar la liga.
2007-04-17 14:30
En realidad todos querían abrazar a Navarro, por eso dudaban de a quién agarrarse. Pero decir, como dicen los Medios, que ya casi ganó la liga el Barça es mucho decir con la pasmosa irregularidad que mantiene; no apunta seguridad suficiente como para pensar que va a ganar muchos partidos de aquí al final.
Y, ¿recordará Stoichkov-entrenador al jugador que fue? No lo creo, pero si es así habrá un motivo para la alegría. Con lo que yo lo odié.
Saludos.
2007-04-18 01:00
A veces da la impresión de que quieren que la temporada que viene empice cuanto antes. Y olvidar ésta. Sólo el Sevilla provoca de vez en cuando instantes de entusiasmo.