Alfredo Herrera Patiño dirige la editorial mexicana Verdehalago y escribe con asiduidad la bitácora Erratas eminentes. Asombros y paralajes intentará dar salida a los muchos asombros en los que vive desde las diversas perspectivas y lugares donde le suceden. Se publica los miércoles.
Amanecemos híbridos, a veces, mitad melancólicos, mitad eufóricos, prestos a tomar el día para nosotros mismos o dejarnos llevar por alguien otro. Admitámoslo, al desgaire. No creamos ni provocamos con precisa eficiencia nuestros estados de ánimo. Ciertas combinaciones de acciones e infusiones, de pasiones y paseos pueden llevarnos, algunas veces, a la emoción que anhelamos, pero fracasamos casi siempre. Algunos corren, adictos a las endorfinas. Otros comen chocolates o escuchan a Mozart. Algunos más se sientan para aprender a respirar de tal manera que la manera en que respiran se vuelva provechosa para liberar esas endorfinas que tan bien le sientan a nuestro cerebro, tan estresado él, el pobre, por todo lo mucho diario sucedido.
¿Qué sucederá cuando los comerciantes farmacólogos prometan estados de ánimo cosméticos y bajo patente y diseño? Combinaciones para las fiestas de compromiso, para las juntas de trabajo, para los viajes en avión, para la cita amorosa, para el velorio del amigo, para la reunión de ex alumnos, para impresionar en la primera cita…
¿De quién serán entonces las emociones?
¿De quién ahora los pensamientos?