«Quizás sea el momento de explorar otra percepción de los desvíos, de buscar desde otros ángulos, de observar en los destellos del espejo, de describir la ofuscación, de voltear la entelequia, de sopesar qué perversidad o cuál aborto corroe la naturaleza. Momento, quizás, para una nueva teratología.» #. Marcos Taracido escribe cada jueves Textos del cuervo. Teratología dejó de actualizarse en marzo del 2008. Foto: Joan Fontcuberta, El Ciclop, reproducida con el permiso del autor
Apenas quedan señales del injerto, poco más que una línea oscurecida que marca una frontera en las muñecas. Del lado de acá no hay contradicciones, y el cuerpo siente suya cada célula y pedazo, como al ver a un vástago elaborar un gesto que es el tuyo, o como cuando a la intención medida de pisar un charco le sigue el movimiento exacto de la pierna para pisar el charco. Del lado de allá vive el otro; le ordena asir y lo hace con pereza, y advierte que alguien le acerca la taza a los labios, o le desata los botones o le ajusta la corbata, siempre demasiado fuerte, demasiado brusco, demasiado otro. Y percibe cómo eluden el apretón de manos; cómo los niños evitan sus rodillas, cómo hay alguien más entre su cuerpo y el de ella.
2007-06-14 10:21
Ls manos ¡son tan nuestras! Tenemos ahí nuestras huellas dactilares y, según la gitana, nuestro futuro escrito.
Me atrevería a asegurar que es, con mucho, la parte del cuerpo que más nos observamos. Conocemos nuestras manos como la palma de la mano.
En Nuevos Dioses, una novela olvidada de Vazquez Figueroa, el personaje descubre la trama (que no voy a desvelar por completo) a través de observar sus manos y sentirlas extrañas.
Como siempre, amigo Marcos, un microcuento precioso y sugerente.
2007-06-14 14:23
Coincido con Miguel en lo de precioso y sugerente. Tiene frases redondas; qué digo, es todo él redondo.
Y fíjate que de este ¿monstruo? no parecía que se pudiera sacar gran cosa, en comparación con los otros. Precisamente el texto es el que lo hace, para mí, digno de la Fauna.
Un beso
2007-06-14 18:51
Muchas gracias. Sois pocos pero valiosos.
Miguel me ha ayudado con el latín del título, pues el mío anda un poco herrumbrado. Quería jugar con “alia”, que es otro pero también extraño, raro, y que tiene varios derivados en castellano que transitan por ese camino.
Es cierto, Ana, que no es un monstruo al uso, un monstruo genético; pero lo es a efectos prácticos: imagínate el efecto en tu propia familia. Y lo es plenamente en el sentido en que aquí les vengo dando, pues, entre otras cosas, generan monstruos a su alrededor.
Gracias de nuevo.
Saludos.
2007-06-15 08:28
Hay más. Y muchos más lectores.
La belleza es un valor añadido por el hombre a las cosas. El filósofo dice que la belleza nació el día que el cerebro humano la inventó. Que es la afirmación de nuestra sensibilidad del momento.
Hay que aplicarse en la prosa, para lograr que la fealdad se convierta en belleza, como la de estos textos, que también me encantan, aunque no siempre lo manifieste.
Saludos.
2007-06-16 01:02
Eso digo yo, Candi, que somos muchos más lectores, hay que dejarlo claro no vaya a ser cosa de que nos deje fuera de su círculo el famoso señor Taracido.
2007-06-16 02:58
Comparto lo expresado en comentarios 4 y 5. No voy a decir que somos legión, pero…
2007-06-16 13:18
Gracias, gracias, pero mi intención no era provocar estos apoyos que por otra parte ya conozco. Los lectores siempre son pocos, siempre; pero tengo la satisfacción de decir que ninguno de los comentaristas es familiar mío :)
Saludos
2007-06-16 15:39
¿Papá?