«Quizás sea el momento de explorar otra percepción de los desvíos, de buscar desde otros ángulos, de observar en los destellos del espejo, de describir la ofuscación, de voltear la entelequia, de sopesar qué perversidad o cuál aborto corroe la naturaleza. Momento, quizás, para una nueva teratología.» #. Marcos Taracido escribe cada jueves Textos del cuervo. Teratología dejó de actualizarse en marzo del 2008. Foto: Joan Fontcuberta, El Ciclop, reproducida con el permiso del autor
Se encoge para caber en el canasto: las piernas atraídas hacia el vientre y la cabeza sobre el pecho, con los brazos cruzados y ocultando las manos bajo la mandíbula, todo el cuerpo de lado. Está desnudo. La piel, lampiña, parece un mineral pulido pues no hay mota o variación que labre su blancura. No tiene orejas, y es translúcida la piel en la cabeza al punto de que semeja toda su corteza una alfombra de venas azules. Guardan ojos los párpados, pero nadie los ha visto. De los pocos que se acercan sólo los que no miran sueltan algunas monedas; los otros, los que pierden el reto con la curiosidad o el morbo quedan marcados por la placidez que emana de su perturbación.
2008-01-11 12:23
«[L]os otros, los que pierden el reto con la curiosidad o el morbo quedan marcados por la placidez que emana de su perturbación»: pues algo así es lo que me pasa a mí cuando lo leo.
Un beso.