La fotografía no ha muerto, sólo ha cambiado de formato. Sus valores y normas tampoco han desaparecido, sino que se han actualizado y nos obligan a mirar el mundo de otra manera. En Profundidad de Campo, cada día 23 repasaremos su evolución en un intento por demostrar que las dudas que origina son similares tanto cuando hablamos de megapíxeles y Photoshop como cuando hablamos de daguerrotipos y granos de plata, y explicaremos cómo interpretar un arte y oficio que, a su vez, interpreta el mundo para nosotros.
Hace muchos años, el diario La Razón se caracterizaba por publicar sus portadas con una imagen a tamaño de página que ilustraba el titular estrella del día. Aunque en la mayoría de los casos se trataba de fotografías de prensa o montajes un tanto cutres como el de los playmobil sobre un mapa de España intentando hacer chanza sobre un artículo de porcentajes de efectividad laboral en las comunidades autónomas, alguna que otra vez se lo pasaban teta creando puros collages fotográficos. Mi favorito siempre será el que realizaron cuando hubo polémica porque la Vuelta a España (o el Tour, no lo recuerdo muy bien) pasara o no pasara por el País Vasco: la imagen de portada era una clásica escena de pelotón ciclista saliendo de una curva repleta de aficionados, y entre estos, recortado de otra foto y pegado sin mucha atención a detalles nimios como los tamaños, las luces, etcétera, un señor ondeaba con orgullo una mastodóntica ikurriña. El montaje era tan obvio que resultaba casi ingenuo señalarlo. Un amigo, estudiante de periodismo, me dijo que no era necesariamente un fraude: al fin y al cabo, estaba ilustrando una noticia, que es practicamente a lo que ha quedado relegada la fotografía de prensa. A ilustrar.
Hace cosa de un mes saltó en Twitter la liebre de la manipulación informativa. El diario El Mundo había publicado imágenes de una manifestación en el País Vasco y algún señor muy inspirado había decidido recortar la foto dedicada al asunto de manera que de una pancarta enorme a la cabeza de la marcha sólo se leían tres letras, las de la banda terrorista ETA. La gracia recorrió las redes sociales como suele hacer, y el director del periódico no dudó en defender la integridad de su publicación y dijo una frase muy significativa: “Los lectores de El Mundo son inteligentes. Nadie vio manipulación sino intención acorde con los hechos”.
“Intención acorde con los hechos”. O, basicamente, que la imagen refleja la realidad que establece el diario El Mundo, o el artículo que la foto ilustra: para el diario esa manifestación contenía un apoyo más o menos explícito a ETA. El artículo así lo sugiere, la imagen así lo refleja. Que no evidencia.
El pasado 16 de octubre, La Gaceta de Intereconomía mostraba en su portada una foto en relación a las manifestaciones de los indignados en todo el mundo. La fotografía, como vemos, muestra a varios jóvenes que han subido a la escultura del Oso y el Madroño en la Puerta del Sol: uno de ellos lleva al cuello, a modo de capa, una bandera republicana. ¿Es esta foto una manipulación?
En la foto no existen elementos ajenos a ella introducidos posteriormente. No está recortada tampoco: compositivamente hay una intención clara de encuadrar la estatua simbólica de Madrid y la juventud que la ha tomado para realizar su protesta. No se trata de ninguna imagen montada a partir de varias fotografías como ya ocurrió con la célebre panorámica de La Razón o con aquel acto del PSOE por el que El Mundo tuvo sus más y sus menos con la agencia Reuters. Sin embargo, la fotografía, aunque no haya causado tanto revuelo como la de la pancarta recortada, tiene la misma intención.
Una fotografía es una manipulación en sí misma. Al fin y al cabo, se trata de la captura de un momento o situación que exponemos en otro contexto. Este momento puede ser muy importante o muy casual, pero el caso es que al hacer la foto le estamos otorgando una importancia, la necesaria al menos para enfocar y apretar el obturador. La imagen de La Gaceta no está recortada pero sí encuadrada con un motivo concreto: sugerir al espectador que asocie el color de la bandera con las intenciones de los integrantes de la protesta, sea verdad o no. ¿Y por qué hacen esto? Porque el periódico en cuestión necesita ilustrar sus tesis sobre la noticia en cuestión.
Hace ya tiempo que no es desconocido a nadie que la prensa escrita responde más a líneas editoriales específicas que a cierta imparcialidad informativa. Los hay más y menos tendenciosos, pero en general todos se deben a los intereses del grupo que los esté controlando. En este contexto, la fotografía de prensa ha quedado reducida a la ilustración de la noticia, una ayuda visual a lo que se está leyendo. Todas las fotografías, pues, son manipulaciones, dado que su propósito es servir de apoyo a la noticia escrita. Volvamos a la frase de Pedro J. Ramírez: “Nadie vio manipulación sino intención acorde con los hechos.”
Como defensa a las acusaciones de manipulación, hay que decir que es impecable. Si alguien señalara a La Gaceta y la acusara de politizar e ideologizar la manifestación del 15 de octubre, sus responsables sólo tendrían que argumentar que ellos no tocaron nada, que se limitaron a publicar la foto que mejor ilustraba la noticia. De la misma manera, el diario ABC publicaba en portada una fotografía que mostraba los disturbios acontecidos en la única manifestación (de entre cerca de mil convocadas y realizadas en todo el mundo) en la que se registraron actos violentos. La foto tampoco está retocada con aviesas intenciones, pero ilustra con precisión el titular que relaciona a los indignados con la violencia.
En el libro Indiferencias fotográficas y ética de la imagen periodística (Ed. Gustavo Gili, 2011), Joan Fontcuberta (juro que no me pagan nada por mencionar su nombre en cada columna) opina que en la fotografía, y sobre todo en la fotografía de prensa, no es a la imagen a la que se le debe exigir la honestidad, sino al creador de la misma. En estos casos citados aquí, el responsable directo sería el periódico que decide publicar tal o cual fotografía porque se adscribe mejor a la noticia. En estos casos en los que se habla de fotos manipuladas, la fotografía en general tiene las manos atadas. Es la noticia la que está manipulada. La imagen no tiene culpa de estar igual de utilizada que el lector.
2011-10-23 14:20
Excelente artículo, como bien comenta en el propio cierre, es la misma noticia la que está manipulada siendo la fotografía condicionada a reforzar el contaminado mensaje inicial.
Permítame invitarle a comentar otro caso más de manipulación que descubrí casi por casualidad. El pasado día 19 de octubre, el diario Público titulaba una noticia como “La presentación más ‘sucia’ del PP”. Ya de por sí, el título se las trae, pero en fin. Este artículo venía ilustrado con la fotografía de los principales miembros de PP en una azotea, donde se apreciaba un aire sucio y sobre todo un horizonte cargado de contaminación, lo que daba pie al titular y a todo el artículo.
Esta fotografía se podía ampliar para apreciarla a mayor tamaño y cuando uno hacía clic se encontraba con que no era la misma fotografía pues muchos de los personajes allí retratados habían variado su postura. Y sobre todo, se veía un cielo mucho más despejado y limpio que en la primera imagen. ¿Manipulación descarada o simple lapso de tiempo?.
Aquí les dejo el link a la noticia original: http://www.publico.es/espana/402378/la-presentacion-mas-sucia-del-pp
Un saludo y repito, gran columna y excelente artículo.
2011-10-23 15:11
A priori me parece peor el caso de El Mundo que el de La Razón que usas de ejemplo al principio. Al hacer un montaje obvio y burdo como aquel de la ikurriña (u otros parecido que hace este diario) sí que se cumple lo que dice Pedrojota de “intención acorde con los hechos”. Nadie —que no sea memo o un bosquimano que jamás ha visto un montaje fotográfico— ve una imagen auténtica de la realidad en esos montajes, todos ven una ilustración de lo que se está contando.
En cambio la famosa foto de la manifestación con el mensaje de “ETA” sí es una manipulación con intención de llevar al engaño y de hecho la realidad es que sin Twitter y sin redes sociales, en un mundo pre-internet, esa foto habría hecho pensar al 90% de los lectores de El Mundo que en efecto la pancarta ponía ETA y sólo eso. Pedrojota se ha encontrado que su “periodismo” miserable y repugnante aquí tenía una respuesta inmediata de las redes sociales y no le ha quedado otra que huir hacia adelante y negar la mayor. Algo muy acorde con la ética del personaje, claro.
2011-10-26 02:32
Adrian, no deja de ser curioso que el panorama de periódicos cuyas imágenes muestras también es sesgado, ¿manipulación?
2011-10-26 05:36
Alberto, no estoy seguro pero creo que El Mundo incluía la foto entera de la cabeza de manifestación en las páginas interiores. En cualquier caso, no estamos hablando de una imagen que sólo el diario El Mundo podría haber publicado, sino de algo contrastable y no necesariamente gracias a Twitter y las redes sociales. También está que yo creo que a Twitter y demás se le concede una importancia divulgativa bastante exagerada y sobredimensionada, pero vaya.
María José, no pretendo manipular a nadie. Comento casos de diarios concretos porque son los que últimamente han recibido acusaciones y comentarios de manipular. Soy muy consciente, y de eso hablo en este mismo artículo, de que este acto ilustrativo sucede en todos los medios escritos de todos los ámbitos políticos y sociales. Y, de hecho, ni en este ni en el primer artículo sobre Manipulaciones echo la culpa a nadie de nada salvo de seguir las directrices que les marcan los grupos empresariales que los poseen. Es más, me sorprende que se siga hablando de manipulación en la prensa escrita cuando en este país el que compra un periódico determinado lo hace generalmente porque ya sabe lo que le van a decir y cómo le van a decir las cosas. Me remito a la frase de Pedro Jota: “Los lectores de El Mundo son inteligentes”, que en román paladino viene a ser “El que compra El Mundo ya piensa de por sí que esta mani reivindica a ETA; nosotros sólo se lo ponemos por escrito para que sea más feliz en su razón”.
2011-10-26 18:58
Adrián, no pienso que quieras manipular a nadie, siento si ha parecido un ataque. De hecho era más bien una pregunta para reflexionar, en el sentido de que es muy probable que lo que hacemos todos tenga mucho de nuestro sesgo. La foto del mundo sí aparece comentada en las redes pero el resto de análisis que presentas podría hacerse con el 80% de las portadas de todos los periódicos y, de hecho, si buscas redes de otras ideologías verás comentarios del mismo tipo respecto a la otra franja de periódicos que no has recogido en tu sección y que me habría gustado ver, sobre todo dado el tema del que tratas, eso de la mujer del César. No te conozco ni sé cómo piensas y así que no tengo por qué suponer nada acerca de tus ideas políticas, pero lo que la experiencia me ha demostrado es que cuando alguien piensa como uno y “deforma” la realidad de la misma manera que lo hace uno mismo es imposible que te des cuenta, por eso la gente lee los periódicos, escucha las emisoras o ve las cadenas de televisión que piensan como ellos y por eso todo el mundo sólo ve la paja en el ojo ajeno. Es muy difícil apartarnos de eso. Hace algún tiempo escribí sobre este tema.