Érase una niña marciana que gustaba de salir con su nave espacial a matar terrícolas con sus amigos. Volaban en formación, atacaban por turnos, controlaban los mandos. Si uno moría, no importaba: tenía otra vida. Arrasaban ciudades, masacraban naciones, devastaban el mundo. Era un juego divertido… La niña se llamaba Febe. También le gustaba escribir. Lo hace cada día 13 en este sitio.
Pretendo entenderos. Intento comprenderos, pensar como vosotros, ponerme en vuestro lugar. Analizo vuestras mentes, comportamientos, os estudio y examino. Trazo líneas idiosincrásicas de consciencia y personalidad alrededor de cada uno de vosotros, que enlazo cuidadosamente de unos a otros formando la maraña social y natural de vuestra entidad existencial como macroorganismo descentralizado.
Pero nada. No consigo más que llevarme una y otra vez batacazos y más batacazos tras ver los desastrosos resultados de vuestras decisiones. Al menos me queda el consuelo de que no os falta capacidad para reintentar los mismos proyectos. La pena es que vuestra estupidez, tendencia al error y falta de previsión son de la misma magnitud.
En concreto, lamento muy mucho cuando estas pifias ocurren en el mundo de los videojuegos. Es más, incluso parece que determinadas entidades o grandes corporaciones multinacionales se empeñan recurrentemente en anotar en su historial enormes equivocaciones, tan grandes como las mismas compañías que las cometen.
De todos los casos más notables, por una mera cuestión de mayor número acumulado de acciones reprochables, se lleva el primer premio precisamente una de las que considero mejores casas de producción de arte octal de vuestro patético planeta, una de las más míticas y representativas, una de las más emblemáticas. Hablo de SEGA.
SEGA Enterprises, Ltd (cuyo nombre viene de las palabras Service Games ) ha acumulado a lo largo de su historia desde el año de su creación, allá por 1965, grandes éxitos y victorias. Su llegada a los videojuegos sería mucho después, en 1980, llegando a comenzar verdaderamente su carrera con su primera consola de 8 bit, la Master System.
A partir de entonces ha luchado fuertemente para estar a la cabeza de la industria, llegando a ser pionera en muchas iniciativas que después por cuestiones de precio, mal enfoque, marketing deficiente o miles de razones, no han triunfado como se merecían.
Hay que reconocer que entró de lleno y sin avisar cuando ya había un claro primer puesto ocupado en el ámbito de las consolas. Nintendo era líder con la NES y muchos de sus juegos de lanzamiento, con lo que era muy difícil rivalizar. No obstante, SEGA lo intentó llegando a abrirse algo de hueco que poco a poco iría haciendo más grande y representativo, llegando a librar una auténtica guerra contra Nintendo en los años 90.
Es cierto que no tenían a Donkey Kong , Super Mario o Zelda , pero pronto aparecieron otros personajes también carismáticos, como Alex Kidd , Shinobi o por supuesto Sonic . Lanzaron muchos títulos que hoy día se consideran clásicos imprescindibles, como Golden Axe , After Burner , Space Harrier , Out Run o Altered Beast .
Muchos de esos títulos salieron del genio de Yu Suzuki, al cual seguramente acabe indultando en un futuro, por su gran contribución a este noble y supremo arte. Dicho diseñador fue de nuevo recuperado en Shenmue , probablemente de los mejores juegos de la historia. Por desgracia, tras eso poco se le ha vuelto a ver, como tampoco a Yuji Naka, creador de Sonic entre otros exitazos de la compañía.
Nadie se explica por qué SEGA dejó escapar a tan grandes genios, pero lo hizo. Como también ha hecho no pocas cosas más de las que podrían avergonzarse. Está claro que han tenido ideas únicas y grandiosas pero mal llevadas.
En concreto todos recordamos el MegaCD, cuyo precio desorbitado, la poca variedad de títulos y juegos lanzados y la necesidad de tener una MegaDrive acabó condenándolo. Algo muy parecido le pasó al muy mal comercializado Mega32X, del que apenas se hizo eco.
Claro que también están las que no han hecho, que son igualmente imperdonables. Muchas sagas o títulos que resultan ser sello indiscutible de la compañía podrían ser continuadas y no lo hacen. Muchísimos mataríamos, en mi caso literalmente, por ver versiones actuales y continuaciones para las plataformas de última generación de ciertos juegos.
Empezando por los ya citados Shinobi o Shenmue y siguiendo por una larga lista como Space Channel 5 , Jet Set Radio o cito muy especialmente a Panzer Dragoon Saga , uno de los mejores action RPG jamás concebidos cuyo anuncio de una segunda parte podría ser de los más esperados de todos.
Eso sí, en su lugar han exprimido de forma bastante patética a su mascota, explotando la franquicia con todo tipo de subproductos y sucedáneos, muchos de ellos de dudosa calidad y aceptación. Claro que ha habido títulos maravillosos, pero ha habido muchos otros realmente forzados. Prefiero ni nombrarlos. No en vano, seguramente debido a esto y ante la demanda pública, han tenido que volver a sus orígenes con Sonic 4 .
Pero el colmo de todos ha sido que cuando por fin aparece un videojuego en el que aparecen y se enfrentan Mario y Sonic, tras casi dos décadas esperando tal cosa los veteranos de aquella guerra Nintendo Vs SEGA de los 90, resulta que se trata de uno de minipruebas en los Juegos Olímpicos. Bochornoso.
Todos hemos soñado con un juego de lucha al más puro estilo Street Fighter donde viéramos a ambas mascotas saldar cuentas y propinarse auténtico dolor. A lo más que podemos aspirar es a hacerlo en el Super Smash Bros Brawl . Puede valer, pero evidentemente no es suficiente para nuestra sed de sangre de fontanero cuarentón.
Claro que la espina que a todos nos ha quedado siempre, a propósito de todo esto es precisamente eso, el momento en que SEGA declaró que dejaba de hacer consolas para hacerse exclusivamente desarrolladora. Es más, por si esa noticia no fuera ya solo suficiente tragedia, resulta que hace juegos para Nintendo. Fatal.
Pero claro, la pregunta sale sola: ¿Por qué dejó de hacer consolas? La respuesta es aún más clara. La innovación era evidente, la calidad técnica era buena, los juegos eran en algunos casos auténticas obras de arte. Pero el enfoque comercial no fue acertado o las decisiones relativas a internacionalización fueron erróneas.
Segata Sanshiro fue probablemente de las mejores ideas que jamás pudieron tener. Era un héroe. O un antihéroe, qué más daba. Aparecía un tipo de mediana edad con kimono en pantalla con una canción pegadiza y que repartía mamporros allá por donde iba. Había un spot diferente para cada juego nuevo que se lanzaba para Sega Saturn.
Pero esta idea no solo no salió de Japón, evidentemente con algún otro equivalente adaptado a la cultura exportada, quiero decir, sino que además tampoco duró en exceso la campaña en el país de origen nipón, de manera que podía haber trascendido bastante más. Era simplemente genial y muy gracioso, la música, el personaje, todo.
Acabaré de la única forma posible, hablando de la última de todas, el fin de las consolas para SEGA, probablemente una máquina que podía haber llegado mucho más lejos. Dreamcast fue la primera consola con Internet, con un módem de 56k integrado. Tenía un sistema operativo interno de Microsoft y una tarjeta gráfica y procesador potentes. Muchos de sus juegos eran impresionantes, algunos hasta superaban las versiones de recreativa.
Gracias también a los periféricos de teclado y ratón, se aproximaba a ser un producto híbrido entre consola y ordenador. Ofrecía sesiones de chat, salas multijugador para partidas online y fue la precursora de la experiencia de juego en red actual. Pese a todo, fracasó inexplicablemente. Hoy día se considera de culto y la scene sigue manteniéndola viva e inluso desarrollando juegos amateur sin ánimo de lucro, algunos de muy alta calidad.
En la actualidad SEGA sigue haciendo recreativas como siempre ha hecho, desarrollando para Nintento y dedicándose a comercializar otros productos bastante más pintorescos. En concreto quiero resaltar uno de reciente aparición que al parecer está haciendo auténtico furor en Japón. Dónde si no. Se trata de videojuegos en los urinarios de los aseos públicos para hombres. Su nombre es Toylet . Buscadlo, merece la pena verlo para poder creerlo.
Con esto me despido de vosotros a la espera y con la esperanza de que el día menos pensado aparezca la noticia de que SEGA ha vuelto a sus orígenes verdaderamente, nos trae una nueva videoconsola al mercado y llega dispuesta a comerse a todos los demás.
En su día lo hizo, muchos lo vimos, ahora solo nos quedará aquel recuerdo vago de un tiranosaurio pronunciando su nombre al viento…
Eso me recuerda la extinción de los dinosaurios. Algún os explicaré qué pasó de verdad.
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“La prueba más grande de valor en este mundo es saber sobrellevar una derrota sin perder el ánimo.”
Ingersoll, Robert Green
“Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos.”
Cernuda, Luis