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Matando terrícolas por La Pequeña Febe

Érase una niña marciana que gustaba de salir con su nave espacial a matar terrícolas con sus amigos. Volaban en formación, atacaban por turnos, controlaban los mandos. Si uno moría, no importaba: tenía otra vida. Arrasaban ciudades, masacraban naciones, devastaban el mundo. Era un juego divertido… La niña se llamaba Febe. También le gustaba escribir. Lo hace cada día 13 en este sitio.

Senos sin cosenos... ni nada más

Es bien sabido que para toda forma de vida del universo, la principal función por la que se rige dentro del marco de su especie es la perpetuación de la misma a través de la perdurabilidad en el tiempo mediante todo tipo de sistemas de reproducción.

Mentira.

Dejando de lado especies que tienen un solo sujeto que se reconcibe a sí mismo (aún quedan algunas en galaxias muy alejadas) o aquéllas cuyos especímenes nacieron en una ocasión de procedencia dudosa pero jamás mueren, de entre todas las formas de vida que he llegado a conocer, no he conocido ninguna como el ser humano en este aspecto.

Puede que muchos digáis lo contrario, pero es innegable y estoy segura de que el principal leitmotiv de vuestra vida y existencia ha sido, es y será siempre el sexo. Pero no hablo de ese sexo con amor (como del que hablaba el mes pasado) de las películas pastel, sino de la búsqueda del placer físico por el placer mismo, el deseo inconfesable, la apetencia recóndita, la fantasía inconcebible nunca claudicada.

Fruto y prueba de ello es que la prostitución haya sido la primera profesión del mundo, la pornografía un negocio seguro altamente lucrativo, las azafatas con minifaldas un reclamo publicitario efectivo, los sex-shop considerados como los Toys ‘R Us para adultos y, por último, la creación de los videojuegos eróticos.

Voy a daros algunos ejemplos de que estáis realmente enfermos mentalmente por ello. No, no digo que se deba huir del placer (aunque el dolor es altamente revelador también en muchos casos), pero hay extremos y luego están los hiperplanos a los que vosotros llegáis. Aunque también es cierto que para mí es difícil comprenderos. Soy de Marte.

Empecemos hablando de tetas. Como niña marciana que soy (más por marciana que por niña), no adolezco de tales incómodos y poco prácticos instrumentos de seducción que tan locos vuelven a los hombres (y por supuesto a muchas mujeres). La realidad es que en cuanto aparecen un par de ellas bien puestas, se nubla la mente del que las desea.

Como primera dama pechugona vamos a citar a Cassandra Peterson, más conocida como Elvira, icono estadounidense de los ochenta que ostentaba unas buenas domingas allá donde hacía aparición. Hizo programas televisivos, películas y se produjeron dos videojuegos que tuvieron gran difusión, cuya portada no dejaba mucho a la imaginación.

Siguiendo esta misma tónica, la que no podía faltar obviamente es Lara Croft, de la saga Tomb Raider, interpretada luego en el cine por otro icono sexual de la actualidad como Angelina Jolie. La curiosidad de este juego y que fue sin duda alguna su factor clave de éxito no fue otra que la de tener una protagonista femenina en los albores de los juegos 3D donde lo que destacaba precisamente no era su personalidad. Omitiré el chiste malo.

Enumerando algunos casos significativos más que siguen la fórmula de la gran talla de sujetador tenemos la vampiresa de BloodRayne, las chicas de la saga Dead or Alive, las luchadoras de wrestling femenino de Rumble Rose o las golfistas (que no golfas aunque nunca se sabe) de Outlaw Golf.

Pasemos a los clásicos. En los tiempos pretéritos de los ordenadores personales y los salones recreativos surgieron algunos títulos curiosos del género de puzzles que merece la pena recordar. Para empezar tenemos el afamado Sextris, donde jugábamos un Tetris en el que cada nivel superado nos desvelaba una mujer ligerita de ropa.

También estaba aquel conocido popularmente “juego de la araña” o Gals Panic, donde íbamos mostrando área de una imagen de una asiática a la que íbamos despelotando poco a poco. Otro con muchas versiones es Shangai, jugado con las piezas del juego chino Mahjong. Por último quiero mencionar el Pipi & Bibis y el Lady Killer, auténticas joyas del género de las que no os pongo nada para que investiguéis vosotros.

Vamos con otro clásico de antaño que ha supuesto toda una amplia y variada saga de títulos que ha llegado hasta nuestros días: Larry Laffer, el ligón más grande de la historia de los videojuegos y protagonista de la saga Leisure Suit Larry. Este personaje se dedicaba literalmente a ligotear mujeres hermosas y llevárselas a la cama como un conquistador consagrado. Todo un exponente de las aventuras gráficas, llegó a sufrir censura en 1992 por el alto y explícito contenido sexual.

Como curiosidad del mes tenemos a Voyeur, que tuvo gran controversia por las escenas que se mostraban. Se trataba de un juego basado en la técnica de mostrar secuencias cinematográficas grabadas con actores reales y dotarlas de interactividad, de manera que el comportamiento del juego era uno u otro según lo que presionásemos. El protagonista espiaba escándalos públicos y había secuencias verdaderamente explícitas.

Para ir cerrando voy con lo duro, lo que me hace sentir el más alto grado de patetismo en vuestra especie. Ese momento en que lo real y lo virtual se confunden y vais buscando en lo inexistente aquello que no podéis suplir ni teniéndolo delante de vuestras imperceptivas narices. Estoy hablando de las novias digitales.

Efectivamente, ya existe en Japón (dónde si no) un videojuego donde se exhibe una voluptuosa muñequita renderizada que se puede “tocar”, “jugar” con ella y simular que entrega su cuerpo al que la compró. Todavía pendiente de lanzamiento, el Real Kanojo (literalmente, “Novia Real”) promete ser todo un éxito en Japón. Es posible que provoque alguna boda tal como ha hecho su predecesor para Nintendo Ds, el Love Plus.

Así que esto es con lo que empiezo el año, con sexo. Bastaría añadir un “así se empieza bien” para arrancar alguna risa socarrona, pero no lo haré. Ya sabéis que a mí lo que me gusta es arrancaros otras cosas. Pero no lo diré porque en el fondo yo soy una niña buena aunque lo disimule mucho. Por ello haré una advertencia relacionada con el tema de hoy.

Tened cuidado de donde os metéis…


“El erotismo monta mecanismos que sustituyen el amor por un álgebra de sexos de combinaciones muy conocidas.”
Berl, Emmanuel

“Para no sucumbir ante la tentación del precipicio el mejor tratamiento es el fornicio.”
Benedetti, Mario

La Pequeña Febe | 13 de enero de 2010

Comentarios

  1. Alberto
    2010-01-15 19:04

    Echo de menos a Maria Whittaker, musa del Barbarian que tantas horas de… juego nos regaló. Y el mitiquísimo Samantha Fox Strip Poker . Los Strip Poker de la época del Commodore y el Spectrum son ahora incomprensibles, era todo puritita imaginación: ¡eran píxeles amontonados en blanco y negro, por amor de dios!

    El “Gal’s Panic” era uno de los éxitos absolutos del salón recreativo de mi barrio, junto con el Pocket Gal , ese “strip billar” demencial con dibujos manga. Que tiempos. Ahora sólo juego a simuladores kantianos y cosas así.


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