Érase una niña marciana que gustaba de salir con su nave espacial a matar terrícolas con sus amigos. Volaban en formación, atacaban por turnos, controlaban los mandos. Si uno moría, no importaba: tenía otra vida. Arrasaban ciudades, masacraban naciones, devastaban el mundo. Era un juego divertido… La niña se llamaba Febe. También le gustaba escribir. Lo hace cada día 13 en este sitio.
Aún a riesgo de que me tachen de escritora de prensa rosa, hablemos de famosos.
Si yo cito personajes como Steven Spielberg o George Lucas, el lector terráqueo contemporáneo pensará inmediatamente en cine; si menciono a Michael Jackson o Britney Spears, en música; si añado a la lista los nombres de Pelé, Michael Jordan o Tiger Woods, estoy hablando de deportes, claro; o de literatura, si de repente llega Tom Clancy a este Paseo de la Fama en forma de párrafo. Pues no. En todos los casos, hablo de videojuegos.
Como todo medio de comunicación, como todo arte, como toda industria, el mundo de los videojuegos se ha nutrido de diversas estrategias para conseguir sus objetivos, sean expresivos, de entretenimiento o simplemente lucrativos. Es un hecho. Las caras conocidas venden mejor, dan que hablar, llegan a la gente. En una palabra: los famosos dan fama. Son como adorados Midas que doran los productos en los que se inmiscuyen.
Se jacten de ello o no, aman aparecer en todos los medios, engrosar sus bolsillos, afianzar su impronta en el dominio público. Para algunos, basta simplemente con poner su cara. Otros prefieren implicarse en una buena parte del proceso creativo. Los hay que proporcionan apoyo económico a modo de productores o mecenas. Todos ellos quieren lo mismo: que su nombre aparezca bien grande en portada, cartel o créditos.
Para muestra, “Press Start Button”:
Ejemplo 1: Michael Jackson
Viejo amigo mío, procedente de un planeta más allá del Sistema Solar y que prometí no desvelar jamás, no en vano ha estado presente en aventuras espaciales o ha sido un paseante selenita como yo. Además de la adaptación de la película Moonwalker a las versiones homónimas en salones recreativos, videoconsola y ordenador, ha colaborado en algunas bandas sonoras de otros títulos.
Pero su más curiosa intervención la ha hecho a modo de cameo futurista en Space Channel 5, un divertido videojuego musical con variopintos personajes y coreografiadas animaciones. El Rey del Pop hace aparición como uno de esos mismos personajes en uno de los niveles del juego, bautizado como “Space Michael” y realizando sus característicos pasos de baile. Obviamente, también pone voz a su tridimensional réplica digital.
Ejemplo 2: Tom Clancy
Escribir es fácil (al menos desde que hay enseñanza pública). Escribir bien, no tanto. Publicar libros, ser considerado escritor de prestigio y vender tiradas y más tiradas de sus obras, es realmente difícil. Este loado novelista de thrillers políticos y espionaje, además de lograr todo eso, ha trascendido su talento más allá de las editoriales.
Cofundador de la compañía Red Storm Entertainment (actualmente absorbida por Ubisoft), ha puesto nombre y apellido a muchos de los títulos desarrollados por la misma. Algunos basados en sus novelas, otros con tramas y personajes específicamente creados para ellos. Por citar los más conocidos y que han llegado a ser afamadas sagas a golpe de una secuela tras otra, tendríamos Rainbow Six, Ghost Recon o Splinter Cell.
Ejemplo 3: George Lucas
Visionario de las guerras espaciales (equivocado en algunos aspectos sobre saltos al hiperespacio que quizá algún día le aclararé), tras el éxito de Star Wars y la consecuente creación de su propio estudio, decidió posteriormente crear una división que desarrollase videojuegos, inicialmente llamada Lucasfilm Games, hoy LucasArts.
Sin embargo, hay que decir en su contra que realmente esto es todo lo que el renombrado director galáctico ha hecho por los títulos que llevan el sello de su apellido. El verdadero mérito pertenece a su equipo de desarrollo, responsable de las adaptaciones de las sagas cinematográficas y los referentes indiscutibles en el género de las aventuras gráficas, donde marcaron todo un hito con joyas como Monkey Island, Grim Fandango o Maniac Mansion.
Ejemplo 4 (y fin): El Dream Team
Si existe un lugar en la industria del videojuego en el que podamos tener un voluminoso elenco de nombres públicos, ese es el género deportivo. Hablamos de miles de jugadores de fútbol americano, baloncesto o béisbol, corredores de Fórmula 1, futbolistas, golfistas, tenistas y un largo etcétera de millones de dólares en derechos de imagen “por su cara bonita” (el caso de Ronaldinho es aparte), digitalizada en dos o tres dimensiones, eso sí.
Desde algunos de los protagonistas del pasado siglo como Pelé, Michael Jordan o John Madden (que aún mantiene su propia saga con Madden NFL) con títulos enteramente dedicados, hasta los innumerables componentes de alineaciones futbolísticas, estrellas de la cancha y otros deportistas cuyos texturizados avatares están poblando las entregas que con periodicidad anual renuevan la siguiente temporada de un Pro Evolution Soccer, un Tiger Woods PGA Tour o un NBA Live.
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A modo de conclusión, creo que con esto ha quedado perfectamente claro que el éxito puede trascender barreras de unos campos a otros, que con una buena campaña publicitaria se puede sacar mucho partido a un producto que vaya rubricado de un nombre propio que nos suene al oído algo más que un Juan López (tipo muy respetable donde los haya, pero lamentablemente no tan rentable inversión como el archiaparecido Fernando Alonso).
Pero sobre todo lo que más claro me ha quedado a mí, que tanto os observo e ignoro, es que los terrícolas precisáis de ídolos que ensalzar hoy y negar mañana, cosa que extrañaré siempre. Al fin y al cabo, hasta la más brillante longeva estrella muere tarde o temprano, dejando polvo y cenizas cósmicas. Nada más.
Remember my name (Febe!) I’m gonna live forever…
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“Algo debo haber hecho mal o no sería tan famoso.”
Stevenson, Robert Louis
“Una celebridad es una persona que se ha pasado la vida tratando de llegar a famoso y cuando lo ha conseguido utiliza gafas negras para que nadie lo reconozca.”
Allen, Fred
2007-10-16 00:01
Febe: de LucasArt se te ha olvidado el mejor videojuego de todos los tiempos… ¡El día del tentáculo! ¿Será quizá porque te molesta el parecido con los marcianos del protagonista?