Raúl Pérez Cobo es poeta y articulista. Edita la bitácora inculatorias. Colorado post se dejó de actualizar en abril de 2006.
Hay quien dice que en la carrera de la literatura se debe mantener la regularidad para llevarse el triunfo, la constancia, el sacrificio, el sudor frente al escritorio y pedalear sobre el bolígrafo para alcanzar una meta volante —parecida al filme del mago del suspense, “Con la muerte en los talones”, a partes iguales con Kubric y su “Espartaco”, “La ultima tentación de Cristo” y “La pasión” de Gibson—. Y tiene mérito, porque no es cómodo hacerse kilómetros y kilómetros de papel sentado sobre un sillón incómodo, con la espalda arqueada y asqueada frente a la presión, doblemente doblada por los perseguidores propios y ajenos: la comunidad, los recibos, el mánager, fans facturas que te van a la zaga para descubrir que tu entrenamiento en letras es inversamente proporcional al logro que vas a conseguir.
Entonces la cadena engrasada, la tinta que a veces, por el frío invierno se congela, por los páramos de la mente en blanco, tiene que hacer funcionar el engranaje de forma perfecta y se lanza a la captura de un mensaje. “Huye, que solo aquel que escapa, huye”...
Y pasar estas dificultades cada día, de forma rutinaria, sufriendo, para alcanzar la cima de un capítulo, la contrarreloj de un verso…demasiada vuelta…