Hyperion (1989), Los cantos de Hyperion (1990), Endymion (1996) y El ascenso de Endymion (1997), de Dan Simmons. Un gran descubrimiento y una gran saga, con todos sus peros incluidos. Le dediqué un artículo, Universo Hyperion.

Nietzsche (Le Roy / Onfray, Sextopiso, 2012). Interesante. Un ejemplo más de la ductilidad del cómic, en plena ebullición de su uso biográfico y divulgativo.

El regreso del Caballero Oscuro (Frank Miller, Planeta DeAgostini, 2006). Muy peculiar es el modo de narrar de Miller, y a mí me resulta pesado, qué le vamos a hacer. Aunque hay apuntes atractivos, en general todo resulta, entre viñetas, demasiado confuso.

Las Fabulosas Crónicas del Ratón Taciturno (Martín Romero, Sins Sentido, 2011). Preciosa historia, tierna y violenta, y dibujo original y ostentoso. Una pequeña joya.

La isla (Armin Greder, Lóguez, 2003). Parábola, efectiva, del miedo que subyace al rechazo al extranjero, y el cierre en sí mismo que provoca.

Brooklyn en blanco y negro (Hilario Barrero, Universos, 2011). Me ha llevado meses leer este diario de los años 2008 y 2009, pero porque lo he dosificado como píldoras necesarias. Si creo que es disfrutable por cualquiera, mucho más si, como en mi caso, la amistad da otra dimensión a cada asunto narrado o imagen descrita de la vida de Barrero, sus viajes internos, los externos, sus amistades ya símbolos dentro de su universo , la ópera, los libros…

No hay escapatoria y otros cuentos maravillosos (Tom Bowley / Óscar Villán, Faktoría K 2012). Quizás, sólo quizás, las ilustraciones que más me han gustado de las de Villán. En cuanto a los cuentos, Bowley adapta clásicos (sobre todo orientales) con inteligencia y sencillez. Echo de menos una declaración explícita de esa entidad de adaptador, pues el lector que desconozca los originales creerá que son obra de Bowley.

downtown (Noél Lang / Rodrigo García, dib buks, 2012). Otro cómic que utiliza el formato para la divulgación, en este caso un cúmulo de anécdotas de niños con síndrome de Down, buen modo de hacercarse desde una perspectiva desdramatizadora y cercana.

Una colmena en construcción (Luis Durán, Norma, 2012). Me encantó el dibujo, y me gusta la poética que genera, pero me esperaba algo más de la historia, un poco endeble y falta de peso o argamasa.

El bibemdum celeste (Niclas de Crécy, Ponent Mon, 2012). Pues tengo la sensación de no haber entrado en el cómic del francés. Es decir, temo haber tenido una pájara al más puro estilo ciclista mientras lo leía, porque a pesar de la majestuosidad del dibujo, de lo barroco de la historia, del surrealismo y la locura que lo impregnan todo… a pesar de ello me aburrió, nunca llegué a sentirme interesado por la historia y, finalmente, pasé las últimas página deseando acabar el puerto de categoría especial, a una hora del ganador.

Jason: ¡CHHHT! (2001), Low Moon (2009), No me dejes nunca (2007), Porque está haciendo esto (2005), Yo maté a Adolf Hitler (2007), El último mosquetero (2008), Miau Miau (2006), You Cant Get There From Here (2004), En pocas palabras (2009). Inmenso. Artículo en La mirada hueca de Jason.

Por qué leer los clásicos (Italo Calvino, Tusquets, 1992). Creo que el mayor elogio que se le puede dar que tras su lectura tengo varios clásicos en lista de espera deseando ser leídos. Digo también que no deja de ser una recopilación de artículos dispersos con un breve prólogo que es el que responde al título genérico del libro.

La oveja negra (1969) y Movimiento perpetuo (1972). Ya conocía muchos de los textos que aparecen en estos dos libros de Augusto Monterroso. Un goce y la constatación de la libertad genérica con que se movía el guatemexica, entre el microrrelato puro, el cuento y el microensayo, un puente quizás entre Borges y nuestra literatura cuentista.