TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
1. Dan Simmons publicó Los cantos de Hyperión en cuantro entregas: Hyperion (1989), La caída de Hyperion(1990), Endymion (1996) y El Ascenso de Endymion (1997). Y realmente son eso: una novela dividida en cuatro partes, si bien a su vez, los años de publicación lo indican, hay un corte narrativo entre los dos primeros libros y los dos segundos. Pero lo que importa: la historia en su conjunto, lo hechos esenciales de la trama, los conocía Simmons cuando afrontó la escritura del primer volumen. Esto importa: importa por la coherencia de toda la ficción, que elude los estiramientos forzados tan habituales en las sagas exitosas, e importa porque ilumina la astronómica capacidad del cerebro de Simmons para abarcar tamaña epopeya.
(Me decidí a leerlos por la inclusión de la saga entre los imprescindibles de la literatura de ciencia ficción que compiló Paco Serradilla. Más información sobre los cuatro libros en la Wikipedia)
2. Uno de los elementos que dan peso y cementan la obra es la metaliteratura. El primer libro es un remedo de Los cuentos de Canterbury de Chaucer, y los siguientes siguen el esquema de la literatura de peregrinación renacentista y barroca, una especie de Persiles en el que el viaje a Roma/Pacem se hace por amor en ambos casos, con separación y reencuentros y peripecias varias. Y está Keats, John Keats, no sólo como referencia, sino como sustento y fluido vital que llena el cuerpo de la novela. Y la literatura interna, los Cantos de Martín Silenus que van escribiendo la historia a medida que se narra, y que sirven a un tiempo de poema épico generador de mitos y fundador de la historia, de la intrahistoria.
3. Porque Hyperión tiene mucho del imaginario barroco, de ese afán y ese amor por la maravilla, esas antologías de fenómenos, rarezas, monstruos y extrañezas, pero Simmons logra controlarlo, domar a sus bestias, introducirlas y tratarlas de modo que el lector se maraville poco a poco, sin saberlo, hasta que se da cuenta de que vive en un mundo lleno de quimeras y alucinaciones que, sin embargo, podrían ser el suyo.
4. Es desigual, claro: el primero es portentoso, el segundo es la estela del tremendo oleaje del primero; el tercero es lento, pesado, parasitario; el cuarto arregla el tercero. Los dos últimos son mucho más infantiles y torpes que los dos primeros.
5. Me pasó con Los cantos de Hyperion como con Perdidos: abandoné la serie de televisión mediada la tercera temporada, harto de la falta de explicaciones, las tramas absurdas, los constantes golpes de magia arreglatodo , los soluciones chapuceras… pero a los pocos meses volvía a engancharme ya hasta el final, consciente de los fallos y agujeros, pero atrapado, preso de la ficción en ambos casos por la misma razón: los personajes, la maravillosa construcción de unos personajes en cuyos destinos te sientes implicado, y cuya pesada carga de misterio quieres desvelar, capítulo a capítulo, página a página. Es cierto que hay una diferencia fundamental: Hyperion cierra casi todo lo que abre.
6. ¿Y está bien escrito? Está magníficamente escrito, con una prosa ágil pero sin concesiones, especialmente rica e imaginativa en la descripción de paisajes y mundos desconocidos; y con una estructura compleja, basada en el paralelismo de acciones pero con múltiples bifurcaciones de modo que hay momentos en que el escritor parece un malabarista manteniendo en equilibrio más y más mazas, anillos y bolas… en los dos primeros libros: el nivel baja bastante cuando la trama se centra en el personaje de Endymion, como si Simmons estuviese mucho más perezoso, con una estructura narrativa mucho más plana, y una excusa para el narrador bastante endeble, una pirueta (la condena a muerte en la caja de Schrödinger desde la que escribe la historia) algo infantil que condiciona toda la narración. (Noto el bajón especialmente en la historia de amor entre Endymion y Aenea, tan bonita como débilmente narrada, como con freno y lugares comunes)
7. El Alcaudón, el cruciforme, los cíbridos, la esfera de datos, los comlogs, las tumbas del tiempo, los teleyectores, el Tecnonúcleo, los éxters, los ergs… sólo por estos conceptos Los cantos de Hyperion merece un lugar en la historia de la literatura, uno al que se vuelve una y otra vez y entra a formar parte del entramado de ese imaginario de la ficción que constituye esa otra vida nuestra que lucha cada día por ganar terreno.
2012-09-20 14:57
Buenos días,
Muy acertado tu análisis de la novela. Comparto la mayoría de tus sensaciones con su lectura también, pero para mi el final de la novela no cubre las espectativas.
Es el problema de esa primera ola maravillosa que describes, que aporta tanto a nivel creativo y literario, que poco a poco se difumina en su canto a Keats y se vuelve brumosa. Con un final con más energía e inspiración, sería una novela de 10. Pero “sólo” puedo darle un 8/10. Aún así, un referente de la novela fantástica.
Un saludo,
Miguel Roséss
2012-09-20 15:08
Gracias, Miguel. Terminas diciendo «un referente en la novela fantástica»; estuve a punto de comentarlo pero al final renuncié: ¿de la novela fantástica sólo? Es que se tiende a tratar este género, como el terror, en un compartimento estanco, de modo que obras consideradas magistrales ahí no trascienden ni entran a formar parte del parnaso general. Lo entiendo, creo que juzgamos con otros ojos las obras de género, pero, ¿no se merece Hyperion la ausencia del adjetivo?
Saludos
2012-09-22 14:44
Estoy con Marcos, a mí me parece un gran escritor y punto. A veces si eliminara los elementos fantásticos, sus novelas serían incluso más brillantes, como sucede en “El Terror” en la que yo creo que se le ven un poco las costuras precisamente por añadir esos elementos e incluso en una cantidad exagerada.
2012-09-24 15:58
Tenéis razón, pero lo queramos o no, los lectores lo asocian a ese adjetivo. Aún así, para daros aún más la razón, decir que traspasó no sólo la referencia literaria, sino también cultural y moda, empezando con el ciberpunk.
Muchas novelas, libros, ensayos, etc son buenos, entretienen, enseñan… Algunas cambian la percepción de la realidad, de la sociedad, de la forma de vida. Hyperion lo hizó y por eso debe figurar como referencia entre los grandes libros.
Un saludo,
Miguel Roséss