Miguel A. Román

José Antonio Millán
El candidato melancólico
RBA libros, Barcelona, 2006
168 páginas, 15,00 €
ISBN 84-7871-771-4

Entre las preguntas más apasionantes que mueven hacia delante al conocimiento humano se encuentran aquellas que remiten al origen de las cosas: cómo comenzó el universo, cómo se originó la vida, cuándo aparecieron los hombres, dónde nació la civilización.

José Antonio Millán nos traslada una más: ¿Cómo nacieron las palabras? Y, ya puestos, ¿quién las inventó? ¿por qué lo hizo? ¿en qué se inspiró para darles la forma que conocemos?

La tarea de dar respuestas a éstas y otras preguntas similares tiene disciplina asignada: la etimología; pero esta faceta de la lingüística casi siempre se nos presenta como una oscura referencia a lenguas muertas y, eventualmente, enterradas y olvidadas.

En El candidato melancólico, Millán demuestra que, al contrario, aquellos ancestros del castellano vigente –y de otros idiomas actuales– laten todavía bajo la piel de nuestro vocabulario. Más aún: el habla que hoy manejamos bajo la percepción de que es estático y permanente, muere y nace cada día a través de sus vocablos, como células en perpetua renovación, condición sine qua non para que un organismo siga vivo, cumpliendo así con la heraclitiana máxima del “todo fluye”.

Con sencillez y buen humor, el autor nos explica que no únicamente nacen vocablos nuevos (y nunca de la nada) mientras que otros son relegados, sino que esta dinámica utiliza otros muchos mecanismos: reconversión de significados, derivación y fusión entre términos, modificación de la pronunciación (y forma de escribirse), recuperación de palabras desaparecidas para renacer como conceptos nuevos…, concluyendo en muchas ocasiones que “cualquier cosa puede dar cualquier cosa”.

Pero la explicación de estos procesos y las respuestas que se nos ofrecen serían baldías si no nos descubrieran al mismo tiempo una discreta realidad: las palabras forman parte de la sociedad y cambian en la medida en que cambia ésta: los avances tecnológicos y sociales, las costumbres y formalidades, las migraciones de los pueblos…, son el motor que transforma día a día, poco a poco, los elementos que utilizamos para la comunicación, fin último –aunque no único– del lenguaje.

A lo largo de dieciséis capítulos (más introducción y reflexiva conclusión), este lingüista pasea al lector por la curiosa historia de más de 700 términos, que han llegado hasta nosotros provenientes del sánscrito, griego, latín, árabe, inglés, francés e incluso del persa o el malayo. Y en su devenir a través de pueblos y épocas, nos traen consigo los pensamientos de sus remotos hablantes, revelando en algún caso que, pese a todo, la humanidad es una en su conjunto.

Como atractivo adicional, José Antonio Millán, inveterado colono del ciberespacio, tras su experiencia con Perdón, imposible , vuelve a brindarnos un espacio interactivo para “El candidato melancólico”:http://jamillan.com/candidato/ . Allí, además de adelantar la introducción (donde justifica tan abstruso título a la obra) y el primer capítulo, ofrece una bitácora donde interpelar al autor, e incluso un ¡concurso! y otros materiales complementarios.

En resumen, un libro ameno y asequible, sin renunciar al rigor lingüístico, a cuyo término el lector “se sabrá un eslabón vivo de esa cadena de siglos que en cada momento hace que nos entendamos y que a cada momento pone los cimientos del cambio…”