Se publican aquí críticas de libros que por algún motivo —pequeñas editoriales, escasa distribución, desconocimiento del autor, fuera de modas— no aparecen en los medios y publicaciones tradicionales.
por Ana Lorenzo
Margaret Oliphant
Lady Mary
El Nadir, 2009
101 páginas | 15 €
ISBN: 978-84-936744-0-3
http://www.editorialelnadir.com/
Old Lady Mary. A Story of the Seen and the Unseen ve la luz en castellano traducido por María Inglés para la Colección Narrativas El Nadir con el título Lady Mary. Una historia de lo visible y lo invisible.
¿Es una historia de fantasmas? Sí. ¿Es una historia de miedo? No, no lo es. ¿Cómo va a infudirnos miedo la anciana amable, cariñosa y bien educada a la que conocemos en una vida que «se deslizaba sobre terciopelo, marchando apaciblemente, sin sobresaltos ni interrupciones, irreprochable, mansa, dulce, benévola»? (pp.10-11) ¿Una señora a la que acompañamos en la perplejidad de su descubrimiento de que ha muerto, precisamente ella, «en persona»? (p. 29).
Si en La puerta abierta (The Open Door), el terror viene de que el efecto de las apariciones del alma en pena es lo primero que conocemos, y después los gritos «¡Oh, madre, déjame entrar!» en boca del niño que está postrado por, precisamente, haber visto; luego, el escenario: la puerta, los suspiros, los sollozos, los gritos; por último, la aparición; en Lady Mary, el orden contrario anula el suspense y el miedo: conocemos primero la historia de la que luego se aparecerá, congeniamos con ella, pasamos sus mismos apuros por no haber dejado solucionado el futuro de su ahijada legalmente y por tratar de hacerse visible y poder comunicar a los vivos dónde encontrar su testamento escondido por una pequeña broma, y hasta la acompañamos de vuelta al más allá, de regreso de lo visible y lo invisible.
No hay aquí discusiones filosóficas, pero Margaret Oliphant vuelve a dejar presentes a la ciencia, en el doctor, y a la fe, en el pastor, como los dos pilares de las creencias humanas que contradicen, a priori, la existencia de los fantasmas. Y, de hecho, si no hubiese un narrador omnisciente y no acompañásemos a la vieja Lady Mary de regreso tras su estancia en ese estado de visibilidad e invisibilidad a un tiempo —no es ella la que decide quién la ve o quién no, no son tampoco los vivos los que lo hacen—, ¿qué prueba fehaciente quedaría de la aparición? ¿No podría achacarse todo a alucinaciones de la niña Connie o a una sugestión de la joven Mary?
En la descripción de los acontecimientos que han tenido lugar en la vida de la anciana, podemos encontrar muchos de los que sufrió la propia Margaret Oliphant; su actitud en la vejez bien podría ser la suya. No deja de parecer curioso que, tras tantas penalidades y tantas cosas buenas, una broma tonta al final sea algo tan condicionante para su alma, dado que Margaret Oliphant sí creía. La estupeda narración del apacible transcurso de los días de la anciana Lady Mary es casi lo mejor de esta novela, donde la vida doméstica de las mujeres de su época es retratada con pinceladas rápidas y concisas.
Si buscan una buena historia de miedo, vayan mejor a otra de las calificadas como Historias de lo visible y lo invisible. Si quieren leer una buena historia de fantasmas de Margaret Oliphant desde otro punto de vista, adéntrense en este mundo de mujeres del siglo XIX.
2009-06-12 14:11
Buena reseña, lo buscaré.