Sobre Fenix y Buda, de Osamu Tezuka (ambas en Planeta DeAgostini) ya hablé.

Varamo, La villa, Cómo me reí y _El congreso de literatura. Un gran descybrimiento el de César Aira. Algo dije al respecto en Aira. Vila-Matas, Sebald.

Robinson Crusoe (MediaVaca, 2012). Ah, ya había leído esta maravilla de Ajubel en su edición de libro impreso, y ahora, al verlo para iPad, lo compré y devoré de nuevo: y les diré que no es que se adapte perfectamente a la versión digital, sino que mejora con mucho la de papel. Y más bravos por esta apuesta de Mediavaca: el papel cuesta 25€, la versión para iPad 1.99. Maravilloso, insisto.

Ice Haven (Daniel Clowes, Reservoir Books, 2006). Pues no he conseguido entrar en este afamado cómic. Frío, como el título. Lo siento.

Cadáver exquisito (Pénélope Bagieu, Norma, 2011). Ni fu ni fa, una historia simpática y ya, como una correcta comedia romántica hollywoodiense, pero francesa.

Desencuentros (Bárbaro Fiore, 2008). Pues qué decir: otra hermosura de Jimmy Liao, autor que me tiene totalmente a sus pies. Es, quizás, –el de Liao– el mayor acercamiento al género poético de esta época. Y desde una perfecta aleación de imagen y texto, o historia.

El paréntesis (Elodie Durand, Sins sentido, 2011). Bonita y didáctica historia en torno a una enfermedad mental de la narradora. Muy interesante el modo en que vemos su modo de sentir el mundo a través del dibujo.

Incluí Compañía K (William March, Libros del Silencio, 2012), Trampa 22 (Joseph Heller, RBA, 2010), ¡No pasarán! (Vittorio Giardino, Norma, 2010), Despachos de guerra (Michael Herr, Anagrama, 2012) y ¡Puta guerra! (Jacques Tardi, Norma, 2010) en un artículo sobre la ficción bélica.

Una judía americana perdida en Israel (Sarah Glidden, Norma, 2011). Pues otro acercamiento al conflicto palestino-israelí desde el cómic, aunque difiere de los de Sacco y Delisle: el primero miraba políticamente, el segundo ingenuamente, y Glidden viaja a Israel convencida de la maldad de los judíos, y el viaja matiza sus prejuicios. En cualquier caso, aquí todo el foco está puesto en Israel y sus habitantes.

Reportajes (Joe Sacco, Reservoir Books, 2012). El mejor Sacco que leí hasta ahora, y creo que es simplemente por la extensión de las historias: al ser todas microrreportajes, generalmente de encargo, el maltés tiene que frenar su natural impulso a la verborrea. Magnífico. Y ojo: por ahí adelante hay periódicos dispuestos a publicar reportajes en formato cómic. Verdad verdadera.

Paquidermo (Frederik Peeters, Astiberri, 2012). Muy sugerente el modo en que el autor mezcla la narración realista con lo onírico y lo poético. Muy recomendable.

Un día en la vida de Iván Denisovich (Alexander Solzhenitsyn, Ícaro, 2008). Pues tan tremenda y conmovedora la reconstrucción de la vida en los campos de concentración rusos en Siberia como tediosa. Entiendo la apuesta del autor, describir un único día en la vida cotidiana de los presos y generar, con esa labor, el ambiente de miedo, opresión y condiciones infrahumanas en que sobrevivían, pero el precio son páginas y páginas de minuciosa reconstrucción de tareas carentes de interés para este lector.

La isla (Carlos Bruno Casatañeda, Cartonera Island, 2012). Bravo por esta pequeñísima editorial que apuesta por la difusión y los formatos múltiples.

V de vendetta (Alan Moore y David Lloyd, DC Cómics, 1989) Cuando se lee a Moore se tiene la sensación de estar ante un grande, un de esos inmensos escritores que domina las estructuras complejas, los diálogos, las tramas envolventes, con distintos niveles de profundidad y con la inteligencia exacta para poner fechas y habla a la vez de hechos intemporales: un clásico. Si no hiciese cómics estaría en todas las listas, recopilaciones y libros de historia literaria existentes como un imprescindible.