Mientras preparo una respuesta/nota al margen a este hilo de comentarios de mi anterior artículo haré un breve recopilatorio-resumen de lo más significativo de este 2011:

1. Comienzo con algo que no hice y que no sé si marca una tendencia o es algo circunstancial, pero que resulta muy llamativo porque hasta ahora, y desde mi etapa universitaria, era mi principal fuente alimenticia: no leí poesía, apenas.

2. La narrativa, pues, fue el principal nutriente de este año que acaba. El ensayo, el otro gran género que leía con fruición, se ha quedado en su formato reducido: el artículo o reportaje, y creo (mi memoria es tan patética como mi falta de sistema de archivo en soporte extracerebral) que no he leído ningún libro de tipo ensayístico. Y de la narrativa leída destaca, en cuanto a impacto, la ficción de corte fantástico, aunque a las tres obras que voy a citar las une el tratamiento realista, tanto que uno podría temer abrir la puerta de casa y encontrarse allí a los personajes.

3. The Walking Dead, cómic de Robert Kirkman que todavía no ha acabado y que me sobrecogió profundamente por su acercamiento brutal a la condición humana y su habilidad narrativa. Lograr que en una historia de zombies el terror lo provoque el hombre.

4. En ficción televisiva sin duda el gran descubrimiento fue Misfits, la serie británica que da una vuelta de tuerca al mundo de los superhéroes y lo hace con mucha clase, originalidad y humor. Quizás la ficción, de las que yo he leído/visto, que mejor ha entendido el mundo en el que nos estamos moviendo.

5. Y el pasmo es para Rafael Pinedo y su Plop, una novela breve e inmensa que logra, con una delgadez extrema de recursos retóricos, pegarte al asiento como lo haría una montaña rusa, y vomitar de miedo y de placer al terminarlo.

6. Sí, las tres obras tienen en común un pesimismo inmenso; las tres dibujan un mundo desagradable, difícil, apocalíptico (no tanto Misfits, o no tan claramente). Es lo que hay. Que el próximo sea mejor año.