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Román Paladino por Miguel A. Román

Miguel A. Román pretende aquí, el vigésimo octavo día de cada mes, levantar capas de piel al idioma castellano para mostrarlo como semblante revelador de las grandezas y miserias de la sociedad a la que sirve. Pueden seguirse sus artículos en Román Paladino.

Subjuntivo pero menos

Permítanme reiterar una vez más que el lenguaje no es sino el pensamiento hecho sonido; y, dentro de esta concepción del habla humana, el modo subjuntivo del verbo es la expresión del anhelo, la fórmula que el hablante se ha dado para indicar deseo, incertidumbre o conjetura a quien quiera escucharle.

Es por eso que el subjuntivo normalmente viene escoltado por adverbios y expresiones que proporcionan diversas dosis de deseo, esperanza , posibilidad, o, como mucho, remota probabilidad:
Si tú quisieras… (pero, probablemente, no quieres).
Aunque volviese a nacer… (seguro que no).
Dudo de que venga (y es duda explícita).
Quizás tenga compasión (en el mejor de los casos).
Ojalá estuvieras aquí (pero no estás).
Tal vez me hubiera gustado ver Roma (pero nunca fui).

Pero el idioma es libérrimo y pocas veces o ninguna se somete a la norma sin presentar excepciones. Y el uso del subjuntivo no iba a ser excepción a esta elasticidad de la gramática cotidiana.

Así, el presente de subjuntivo ejerce también de imperativo, el futuro se emplea en funciones de condicional, y a los pretéritos, simple como pluscuamperfecto, nos los encontramos (y aceptamos) en territorio donde debiera plantarse un pasado de indicativo. Y sirva la anterior oración de ejemplo, pues donde puse “debiera” tendría que haber puesto “debía”, ya que no es afán ni duda, sino hecho constatable.

Este uso del subjuntivo llamado “impropio” (impropiamente, dicho sea de paso), también “no inducido” (por un indicativo introductor) o, simplemente, “indicativo encubierto”, no es habitual en el habla común, salvo excesiva pedantería, y proviene de un empleo relativamente frecuente en la literatura medieval y renacentista:
…oyeron decir y supieron cómo Hércules viniera allí y comenzara a poblar aquella ciudad. (Escavias, Repertorio de príncipes, 1475)

Uso que copia Cervantes con ostensible ironía (pues ya en su época no se usaba, salvo por los literatos petulantes), tanto cuando “plagia” los versos del Amadís:
Nunca fuera caballero de damas tan bien servido como fuera don Quijote cuando de su aldea vino.

Como cuando ridiculiza a un Sancho que se ha vuelto cursi:
-… claro está que mi alegría fuera más firme y valedera, pues que la que tengo va mezclada con la tristeza del dejarte. Así que dije bien que holgara, si Dios quisiera, de no estar contento.
– Mirad, Sancho —replicó Teresa-, después que os hicísteis miembro de caballero andante, habláis de tan rodeada manera, que no hay quien os entienda.

Sin embargo, esta pátina de antigüedad solemne del falso pretérito de subjuntivo ha seducido también a autores modernos:
Pasé mucha vergüenza, muchísima, pero nunca fuera tanta como la que creí pasar. (Cela, Pascual Duarte)
En España y fuera de ella, apareció más de una vez —muchas veces- quien intentara hacerlo. Empeño casi inútil. (Gómez de la Serna, Automoribundia)
Don Amerio, que ya estuviera en Castroforte unos años antes,… (Torrente Ballester, Saga/fuga de J.B.)

Y no es casualidad que dos de los tres ejemplos anteriores correspondan a autores gallegos, dado que la presencia del subjuntivo en las lenguas vernáculas de Galicia y Asturias es superior a la del castellano, en parte porque, en ellas, su significado no es tan marcadamente diferente del indicativo.

Pero, salvo estas cabriolas justificadísimas (y con cuentagotas), no es de recibo recurrir exhaustivamente al modo subjuntivo para referirse a hechos confirmados, donde puede y debe usarse una expresión en modo indicativo. Recomendación que, pese a figurar en todos los manuales de estilo, se olvida con frecuencia en un periodismo poco cuidadoso con las formas:
Desde que comenzara a trabajar en el mundo del periodismo a los 14 años, Toñi Moreno no ha parado de cosechar éxitos. (Diario de Sevilla)
Habrá una nueva asignatura Educación Cívica y Constitucional, como ya anunciara el Gobierno de Mariano Rajoy (El Mundo)

Mención aparte merece el que yo llamo (socarronamente) “subjuntivo necrológico”, recurso frecuente y consolidado por el uso de esta fórmula en los panegíricos y obituarios para citar los logros y empleos que en vida alcanzaron los finados:
Belén Ordóñez ha fallecido en Madrid a los 56 años. La que fuera eterna sombra de su hermana Carmina Ordóñez moría tras una larga enfermedad…
El que fuera el primer hombre en marcar su huella sobre la luna, el astronauta Neil Armstrong, fallecía esta madrugada…
El Ars homenajea al fallecido José Luis Piñol. El que fuera especialista de balonmano de Diario CORDOBA durante muchos años…
El que fuera secretario general del Ayuntamiento durante dieciocho años, [], falleció ayer a los 87 años en Oviedo.

Sin embargo, pese al luctuoso matiz que implica, constato que es hoy ampliamente utilizado para individuos vivos y coleantes, solo porque hayan ya cesado en la actividad o circunstancia que les dio relumbrón:
[Jennifer Grey, ] Quien fuera uno de los rostros más angelicales del cine durante los años 80… (La Vanguardia)
Parece que la que fuera Miss España en el año 2006 vuelve a tener ocupado su corazón. (El Norte de Castilla)
La que fuera líder de Tahures Zurdos marcó una época en la historia del pop rock del Estado. (Deia)
La que fuera la suboficial Ellen Ripley en la saga ‘Alien’, Sigourney Weaver… (La Razón)
El que fuera consejero de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta […] Asimismo, el que fuera alto cargo andaluz entre los años 2004 y 2009… (Ecodiario)
El que fuera uno de los líderes del grupo británico Dire Straits… (Que.es)
El que fuera jugador blanquiazul Mario Husillos es el sustituto de Fernández (El Mundo)

No sé a ustedes, pero a mí me daría yuyu que hablaran de mí con un tiempo verbal de estilo funerario cuando todavía (espero) le quedan muchas alegrías a este cuerpo. Y ustedes que lo vean.

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Y más:
Hispanoteca
Alexis Márquez
Fundeu

Miguel A. Román | 28 de agosto de 2012

Comentarios

  1. Alberto
    2012-08-28 11:10

    Y no es casualidad que dos de los tres ejemplos anteriores correspondan a autores gallegos, dado que la presencia del subjuntivo en las lenguas vernáculas de Galicia y Asturias es superior a la del castellano, en parte porque, en ellas, su significado no es tan marcadamente diferente del indicativo.

    Cuando fui a vivir a Santiago fue una de las tres cosas más divertidas que encontré en el modo de hablar castellano de los gallego (sobre todo de los gallegoparlantes): ese “me gustó mucho Andalucía; cuando pasáramos por Lepe le dije a mi mujer, ‘¡mira, el de los chistes’” que me dijo un día un depediente de El Corte Inglés y que fue el primer subjuntivo raro que oí de muchos.

    Las otras dos cosas son el “Dar + infinitivo” para indicar “Poder, ser capaz de hacer algo” y el uso del verbo “Tener” como si fuera “haber”. Curiosísimo.

  2. Xavi
    2012-08-28 12:05

    @Alberto, “Dar + participio” es lo que, en gallego, significa ser capaz, y por eso en Galicia lo incorporamos en ocasiones al español: “Non dou movido a mesa” -> “No doy movido la mesa”.

    Lo mismo ocurre con el verbo “tener” en vez de “haber”; usando el ejemplo de Torrente Ballester, las frase castellana “Don Amerio, que ya había estado en Castroforte…” podría traducirse como “Don Amerio, que xa estivera en Castroforte…” o como “Don Amerio, que xa tiña [tenía] estado en Castroforte…” Ambas formas se contagian al español en Galicia.

    Lo de “pasáramos por Lepe” es menos justificable :-).

  3. óscar
    2012-08-28 14:06

    El pretérito pluscuamperfecto de indicativo en gallego se parece mucho al pretérito imperfecto de subjuntivo español: Aquel verano habíamos estado en Lepe cuatro días se dice en gallego Aquel verán estivéramos en Lepe catro días*, de ahí que haya gallegos que digan en castellano aquel verano estuviéramos en Lepe cuatro días.
    Habíamos visto un montón de películas se dice Viramos un montón de películas, y no pocos gallegos dicen en castellano Viéramos un montón de películas.

    * Si siguiéramos la normativa sería estiveramos sin tilde, aunque lo habitual es oírlo con acento en la segunda e.

    (Otra peculiaridad del español hablado en Galicia: aquí es muy raro escuchar ¿Has hecho la cama? Se suele decir: ¿Hiciste la cama? –en gallego no hay tiempos compuestos, y suena raro utilizarlos en español.)

    Saludos de un seguidor de la sección.

  4. Aloe
    2012-09-03 16:18

    A mi me encanta el empleo de los tiempos verbales que hacen los gallegos hablando castellano. El indefinido en lugar del pasado perfecto, los subjuntivos peculiares y los giros calcados del gallego.
    También me hace gracia su abundante uso de esos dativos éticos de los que hablaba hace poco.
    A lo mejor es un vicio reprobable por mi parte, pero es que me suena dulce, ligeramente arcaico y muy caracteristico, como de quien se le da una higa como se hable de Zamora para abajo.
    Y como diria un gallego: ¿Cómo, es que no se entiende? Malo será…


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