Marcos Taracido

Título: El hombre virtual
Autor: Mariano Gistaín
Edición: autoedición en formato digital
Fecha de edición: 22-10-2001
Dirección: http://www.10lineas.com/HombreVirtual/

Las comedias de George Cukor o Howard Hawks; las novelas de Asimov o de Bradbury; las películas de ciencia ficción de serie B; el humor de Cary Grant y el de Groucho Marx; sobriedad e ingenio. Todo y más se agrupa en este relato futurista de Mariano Gistaín en el que un equipo de científicos que trabajan en los últimos detalles de un hombre virtual ven frenados en seco todas sus estudios y años de trabajo al anunciarse el fin del proyecto por falta de presupuesto.

El hombre virtual es muchas cosas. Es una historia actual que reflexiona sobre la inteligencia artificial y la esencialidad del ser humano. Es un relato divertido porque atrapa al lector, que no sólo goza con el devenir de la acción, sino que está ávido por conocer el desenlace final. Es una obra de humor, sutil, ácido en ocasiones, punzante, surrealista y, como todo buen humor, luminoso. Es una novelita &mdashy aquí el sufijo sólo indica extensión— de intriga al más puro estilo conspirativo. Es una parodia de las películas americanas de conspiraciones político-científicas.

Los personajes son clichés mil veces vistos y con ello consigue Gistaín que rápidamente entremos en la acción y situemos a cada uno de ellos en su papel perfectamente esperable, pero al tiempo sus pequeños matices, los giros humorísticos y, sobre todo, sus contradicciones internas les aportan una riqueza suficiente para darles unicidad y para que su suerte importe al lector. Especial interés tiene, claro, la construcción del hombre virtual, porque el hecho de que su personalidad vaya siendo desvelada para todos los personajes a medida que avanza la trama añade un motivo más de atención y tensión al relato.

Y bajo la apariencia inocente de la parodia, el diálogo ingenioso, la trama de peli de serie B, está el dibujo de una sociedad decadente, individualista y, sobre todo, incapaz de que su pensamiento avance al tiempo que su tecnología. Y un diálogo constante, primitivo, audaz y lúcido sobre el poder de creación y la capacidad divina de dirigir el destino de otro.

-Soñábamos durante años y años con esto, Sean, con crear un hombre perfecto… Y hemos creado a una persona de verdad… Perfecta. ¿Cuántas horas hemos discutido por esa sonrisa?
Sean asiente, arrobado:
-Te empeñaste en que se pareciera a Cari Grant…
-No pudo ser —dice ella—, demasiado caro…
-Bueno —concluye Sean—, creo que nos salió mejor…
Alma:
-Nuestro sueño se ha cumplido…
Sean:
-Se nos olvidó soñar también lo que venía despues…
Dice Alma:
-Nunca creímos que lo fuéramos a conseguir…
Sean:
-Nunca se sueña bastante lejos.